· La microcirugía duro 12 horas y estuvo a cargo de un grupo multidisciplinario que reconstruyó vasos sanguíneos, tendones y músculos.
· A 13 días de la operación, la evolución de Julio César es satisfactoria y fue dado de alta.
La tarde del pasado jueves 13 de noviembre, un accidente cambió la vida de Julio César Blanco Hernández, de 19 años de edad, la navaja de una troqueladora le amputó la mano derecha a la altura de la muñeca. Horas más tarde, especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Nuevo León, reimplantaron exitosamente la extremidad.
La primera vez que se realizó en el Instituto este tipo de intervenciones fue en 1967; no obstante hoy en día las habilidades y el trabajo de microcirugía se ha actualizado con equipo que tiene mayor precisión para reconstruir vasos sanguíneos, unir venas, arterias, tendones y músculos.
El doctor Juan Manuel García Rodríguez, director de la Unidad de Medicina de Alta Especialidad (UMAE) y Hospital de Traumatología y Ortopedia No. 21 en Monterrey, Nuevo León, comentó que son varios los factores que se conjugan para el éxito en este tipo de cirugía.
“Es indispensable la atención rápida, es decir no tardar más de 6 horas entre el momento que ocurre el accidente y la operación, conservar el miembro seccionado en hielo y que el corte sea lo más nítido posible, para disminuir la dificultad del procedimiento”, acotó García Rodríguez.
Añadió que el esfuerzo para que Julio César recuperara la mano estuvo a cargo de un grupo multidisciplinario de traumatólogos y cirujanos plásticos, que laboraron durante 12 horas. En el quirófano, los especialistas: Héctor Pérez Cantú, César Noé Angulo Parra e Hiram Jessy Velarde Borjas, fijaron las estructuras óseas, mientras que Miguel de la Parra Martínez, Hernán Chacón Moreno y Alfredo Meza Hernández fueron los cirujanos plásticos.
Informó que la tarea que realiza el Seguro Social hace posible que personas como Julio César puedan volver a contar con el miembro seccionado. Tan sólo en lo que va del año este grupo de cirujanos plásticos, dijo, han efectuado dos reimplantes de mano, uno de antebrazo y un total de 22 dedos.
El doctor García Rodríguez, comentó que el accidente ocurrió en una factoría localizada en el municipio de Guadalupe, colindante a la ciudad de Monterrey, donde Julio César Blanco trabaja en la industria metalmecánica. A tan sólo una hora de concluir su jornada, el joven obrero, padre de un niño con un año de edad, sufrió el accidente,
“Fue algo muy rápido, tengo casi dos años de manejar esa máquina y se lleva tiempo para retirar la pieza, pero en ese momento, el guante de seguridad chocó con algo y mi mano quedó ahí; cuando la quise retirar era demasiado tarde, pensé que la perdería para siempre”, recordó.
El especialista subrayó que por fortuna, él y sus compañeros actuaron adecuadamente; de inmediato obstruyeron la hemorragia, apagaron la maquinaria y uno de sus colegas recuperó el miembro amputado que se encontraba en el guante de seguridad, lo colocaron en hielo y finalmente el joven fue llevado al hospital del Seguro Social para recibir los primeros auxilios.
Señaló que a 13 días de la operación, la evolución del derechohabiente es satisfactoria, la mano reimplantada no muestra coloración violeta en la piel, signo inequívoco de la presencia de problemas post transplante; por lo que la acción puede considerarse todo un éxito y fue dado de alta.
“Después de la cirugía y los cuidados de médicos, traumatólogos, anestesiólogos, cirujanos plásticos y enfermeras, el paciente pudo regresar a su casa, la segunda fase de atención corresponde a la rehabilitación; ésta llevará de 4 a 6 meses para que recupere completamente la movilidad”.
Finalmente Julio César Blanco Hernández externó su reconocimiento a los médicos: “hicieron todo lo posible para salvar mi mano, tengo una gran admiración por su capacidad y destreza, creo que para los trabajadores es un gran apoyo contar con el Seguro Social; si yo no tuviera esta protección, sería muy difícil afrontar un problema de esta naturaleza”.
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