Presentan queja ante la Coddehum en contra de elementos del Ejército

Chilpancingo Gro.- Por los abusos, intimidación y robo de la que fue objeto durante un allanamiento que efectivos del Ejército Mexicano realizaron a su domicilio, Linda Rubí Martínez Cervantes presentó una queja formal ante la Comisión Estatal de Defensa de los Derechos Humanos (Coddehum).
El ombudsman estatal informó que por tratarse de representantes de una institución federal, la queja fue turnada a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), para que le dé seguimiento.
Los familiares de la víctima responsabilizaron a los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional de todo lo que le pueda pasar a Rubí Martínez o a ellos mismos, como consecuencia de la denuncia.
Demandaron que como parte de las investigaciones que se realicen sobre lo que ocurrió la madrugada del pasado viernes 21 de agosto, se obligue a quienes participaron en el cateo a que devuelvan los 20 mil pesos, un televisor y teléfonos celulares que se robaron.
Fue alrededor de las 3:00 horas del pasado viernes, cuando presuntamente el Ejército Mexicano desplegó un operativo de combate a la delincuencia en la colonia Tatagildo, al norte de la ciudad.
Como parte de esa acción, elementos de tropa incursionaron sin tener orden de cateo en el domicilio marcado con el número 12 del andador Bugambilias.
En el lugar, se encontraba como una habitantes de la casa la señora Rubí Martínez, quien por el escándalo que provocaban los soldados al romper cosas y hurgar en las diferentes habitaciones del inmueble se despertó.
“Estaban gritando: ‘¡las armas!, ¿dónde están las armas?’. A mi me dio mucho miedo y me escondí en el ropero”, relata la mujer, quien agrega que de ese lugar la sacaron a empujones y con amenazas los elementos castrenses.
El relato de la víctima quedó plasmado en el documento que presentó ante la Coddehum, en un intento de que el abuso del que fue víctima no quede en la impunidad.
Linda Rubí Martínez reiteró que durante hora y media los soldados la mantuvieron hincada sobre su colchón, soportando amenazas, gritos e interrogatorios; que uno de ellos la cacheteó y otro más le puso el cañón de un rifle en la cien.
También establece que antes de retirarse, la obligaron a levantarse el camisón que utiliza cotidianamente para dormir, quedando casi desnuda ante las miradas de sus captores.
Pero lo que ahora le provoca más temor es que se llevaron fotos de su hijo, de su hermana y de otros integrantes de su familia, por lo que teme por su integridad personal.
Indicó que esperará a que la CNDH se pronuncie en torno a este caso que calificó como de abuso y de violación a sus derechos humanos y a su integridad como mujer. (AGD)

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