Viven en el rezago y la miseria familias “pepenadoras” del basurero municipal

Una serie de penalidades las que tienen que sortear las familias que viven en el basurero la fuente de trabajo en el que sacan los ingresos para subsistir, en medio de basura lodazal en tiempo de lluvias y polvareda en época de secas; Morris West con su novela Los Hijos del Sol se queda corto.
De esta forma en el tiradero municipal viven 180 personas las que se dedican a la pepena de materiales para su venta entre ellos hay niños; dicen que en la ciudad no hay trabajo y cuando lo encuentran no les alcanza lo que ganan; también a ellos les pegó la crisis económica pero por la concientización que se ha hecho para el reciclaje; hay menos que recoger; el problema del dinero es igual en todo el país y en todos los estratos sociales, dicen.
Por su parte el señor Tomas López Romero comentó que hay muchas necesidades, pero que afortunadamente las autoridades municipales ya les han estado ayudando con campañas médicas y la entrega de despensas, pero aun así no es insuficientes ya que en los últimos meses no se ha estado separando bastantes materiales para la venta, incluso hay veces que el comprador no sube al tiradero y eso retrasa sus ingresos, “será porque no tiene dinero, eso es un problema generalizado en todos lados”.
Ahí también subsisten 14 niños que trabajan por la noche pepenando y son un fuerte apoyo para el ingreso familiar; lo hacen tarde para no exponerse a las inclemencias del sol o porque en ocasiones van a la escuela.
A su vez la señora Dolores Moreno Miranda originaria del puerto de Acapulco, dijo tiene trabajando más de 20 años colectando plástico, aluminio, fierro y otros que juntan para su venta, recuerda que en lo que va de este tiempo no se ha registrado una epidemia fuertes en el lugar, resultan brotes de dengue é infecciones estomacales, las que son atendidas en el centro de salud, pero lo que si es un grave problema es la falta de agua potable.
Agrego que el dinero que gana apenas y si les alcanza para ir comprando la comida del diario, pero también los ingresos dependen de las horas de trabajo y del número de miembros en la familia que participe, papá, mamá, abuelos y nietos, todos viviendo en el mismo hogar, pero aun así es insuficiente para llevar una vida en la ciudad donde se tenga que pagar una renta y otros servicios; construir una casa ni en sueños y mucho menos hacer un ahorro para el retiro o la vejez.
Mencionó que de los problemas a los que se enfrentan y que ha provocado que la venta sea menor, es que ahora ya no llega mucho material para reciclar de las 170 toneladas de basura que tiran al día, solo 10 son aprovechadas, el resto no es vendible, además las personas ya están haciendo conciencia y participan en los programas; por ejemplo la cantidad de plástico ya bajó, en muchas escuelas lo están reciclando “pet”, al igual que el aluminio.
Mientras tanto Minerva Gregorio Salvador, dijo que llegó a trabajar al tiradero a la edad de 8 años, ahí creció y se casó, ahora ya tiene sus dos hijos, dice que un tiempo bajó a la zona hotelera a trabajar en donde duró dos años, pero lo que ganaba no era suficiente.
Añadiendo que su hija ya está en edad escolar, en el basurero los vecinos están construyendo una escuela con materiales reciclados y con el apoyo del director de aseo público Eric Leyva Espino, pero es lo que actualmente les preocupa a ella y a su esposo José Luis Hernández, quien ya ha estado buscando trabajo en otro lado, encontró pero es muy poco lo que le pagan en cambio lo que gana en tiradero les alcanza sumando esfuerzos, pero el problema ya no son ellos si no la educación de sus hijos.
Por su parte el niño Carlos Alberto García López de 12 años de edad, dijo que vive con sus abuelitos y todos los días se levanta a las 8 de la mañana a trabajar, ya que por el momento no va a la escuela, esperando que en el tiradero se construya una en donde pueda estudiar y que lo que llega a recolectar de aluminio y plástico lo vende y ayuda con poco al gasto familiar, el resto lo gasta o lo ahorra para comprar en el centro de Zihuatanejo.

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