LAS DENTELLADAS

Las perspectivas de México

Por El Tiburón

A raíz de las terribles desgracias naturales que han afectado primero a Haití y luego a Chile, muchos ciudadanos han comenzado a preguntarse las razones por las que un sismo más potente como el que afectó a Chile ha tenido menos efectos mortales en la población de ese país, en relación con lo ocurrido en el país caribeño. De igual forma, muchos han notado también una sensible diferencia en la respuesta del estado frente a las consecuencias sociales de ambos terremotos. Desde luego también se preguntan cuáles serían las consecuencias de un sismo como el chileno en tierras mexicanas.
De acuerdo con la información oficial, el sismo que devastó Haití tuvo una intensidad de 8.1 grados en la escala de Richter, con duración de más de un minuto y provocó de acuerdo con los últimos recuentos alrededor de 300 mil muertos, además de varios millones de damnificados.
Quienes han seguido de cerca la noticia, reportan el caos que ha vivido Haití desde el terremoto; muertos tirados en las calles, gente deambulando en busca de comida y heridos por doquier con toda la infraestructura hospitalaria colapsada. Violencia e incapacidad de un gobierno para controlar la situación generada por el desastre, al grado de que Estados Unidos prácticamente invadió Haití con sus tropas para restablecer el orden.
Sólo unos días después, Chile sufre el embate de otro sismo, éste de 8.8 grados en la escala de Richter, con duración de dos minutos, resultando alrededor de 800 muertos según los últimos reportes. Especialistas calcularon inicialmente que la potencia destructora del sismo de Chile fue 50 veces mayor a la del sismo de Haití, pero ahora se habla de 500 y apenas Hillary Clinton, a su llegada a Chile, habló de que el sismo de Chile tuvo 800 veces mayor potencia que el de Haití. ¿A qué se deben las diferencias, nos preguntamos?
De acuerdo con especialistas, las diferencias entre ambos países se explican por diversas causas, algunas de ellas históricas, como el sojuzgamiento de Haití por parte de los franceses, mismo que los dejó en la miseria más espantosa. Un siglo tardó Haití en pagar los daños de guerra que le cobró Francia por el movimiento de independencia. La otra parte la pusieron los americanos que ocuparon Haití de 1915 a 1934 y se fueron dejando una guardia nacional preparada para exterminar cualquier intento democratizador.
Señalan también los especialistas que las diferencias se explican por la fortaleza de las construcciones chilenas, producto de normas más estrictas para la construcción y un menor grado de corrupción oficial y finalmente por un estado más consolidado y un aparato y una cultura de protección civil más acorde con las circunstancias.
El 19 de septiembre de 1985, un terremoto de 8.1 grados de intensidad de acuerdo con la escala de Richter, sacudió el centro sur de México a lo largo de dos minutos. Varios reportes de aquellos tiempos dicen que el gobierno de México (Miguel de la Madrid) maquilló las cifras, para presentar sólo 6-7 mil muertos, pero con el tiempo se estableció que las muertes superaron las 40 mil.
Mire usted, mi estimado, si las consecuencias de los terremotos dependen en buena parte de la fortaleza económica de los países, si depende del nivel de corrupción, no quiero ni pensar cómo quedaríamos nosotros, los meshicas, después de un movimiento telúrico como el de Chile, con el tipo de arquitectos que tenemos en México, los cuales sólo construyen muy bien las casas de los millonarios, mientras los edificios y obras públicos son levantados con niveles de resistencia menor a la especificada para poder repartirse con los gobernantes los dividendos. Nomás de pensarlo se me encuera el chino.
Y dicen que Chile, una de las economías más sólidas del continente, podrá recuperarse de manera ordenada y sin sobresaltos debido a que cuentan con recursos del Fondo de Estabilización de Cobre que acumula las utilidades generadas por la exportación de ese metal, que para octubre de 2009 tenía acumulados 25 mil millones de dólares, poco más del 25 por ciento de las reservas internacionales de México al 26 de febrero de 2010.
Lo bueno es que México tiene también un fondo de las ganancias por la exportación de petróleo… Bueno me aclaran que no es un fondo sino un barril sin fondo que no tiene ni madres, ya se lo robaron todo, así que a rezar, camaradas.

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