El incidente se suscitó luego que treinta precaristas rompiendo candados de la entrada y llevando horcones y víveres invadieron desde el sábado a las 03:00 de la mañana, el predio de doce hectáreas y media, ocupado desde más de veinte años por el Centro Acuícola de la SEMARNAP, ubicado en la salida de la población referida a un costado de la carretera federal Coyuca-Tepetixtla.
Según lugareños, la semana pasada bajó de Tepetixtla el dirigente de la Organización Campesina de la Sierra del Sur, Benigno Guzmán Martínez a sostener una reunión con simpatizantes en la colonia El Huamil de Aguas Blancas, donde acordó esta acción con Rigoberto Loeza Hernández, Mercedes de Jesús y otros de las comunidades de Paso Real y la colonia Tierra Digna de la cabecera municipal.
Y fue hasta este domingo al medio día, que los habitantes de Aguas Blancas convocados por el comisario Juan Mariche Hernández y Julián Hernández Mayo, presidente del Consejo de Vigilancia del Ejido; se reunieron en la cancha principal donde acordaron después de una fuerte discusión en donde unos proponían lincharlos en el zócalo para acabar con este cáncer y que sirviera de ejemplo a otros pueblos mientras otros sugerían mejor notificarles que la comunidad no los aceptaba y que mejor se retiraran pacíficamente.
Prosperó la segunda opción, pero con el ultimátum de darles un plazo de tres horas o serian desalojados a como diera lugar, porque advertían que no esperarían la pasividad de las autoridades que los hacen crecer con sus respuestas retardatarias.
La muchedumbre acompañó a las autoridades locales y en la entrada del Campo Acuícola los invasores se mostraron agresivos portando machetes y palos se atrincheraron al tiempo que contestaban con palabras soeces y los representantes populares se limitaron a decirles que el pueblo les daba tres horas para salirse y que regresarían por la tarde.
Acudió al lugar Pedro de Los Santos, Jefe del Centro Acuícola, acompañado de Antonio Ramírez Rodríguez Técnico Acuicultor, ambos empleados de la SEMARNAP, quienes dialogaron con los precaristas y les hicieron ver que habían irrumpido a una propiedad Federal rompiendo los candados de la entrada principal, las chapas de los laboratorios y dormitorios, haciéndolos responsables de lo que había en su interior, advirtiéndoles que interpondría una denuncia ante la PGR.
En respuesta le contestaron que ese lugar estaba abandonado y era del pueblo, que fincarían sus viviendas y echarían a andar los estanques para generar producción y al mismo tiempo su estadía en este lugar permitiría que sus hijos estudien preparatoria y sus carreras profesionales porque allá arriba no hay esa oportunidad.
Una vez vencido el plazo que dieron los pobladores, al caer la tarde alrededor de tres centenares de ciudadanos armados con machetes y palos se abalanzaron furiosos hasta el Campo Pesquero y arremetieron contra la puerta de entrada abriéndola con una camioneta, el contingente se introdujo a las instalaciones y comenzó a desalojar de los inmueble: camas, víveres, enceres domésticos, horcones, colchonetas, hamacas , refrigeradores y garrafones de agua, conminando a los invasores a salirse voluntariamente.
Al ver que no entendían los pobladores tomaron los enceres y los sacaron del predio, así como a los invasores, sin registrarse incidentes, a los pocos minutos arribaron policías municipales y estatales quienes desde un lugar apartados solo observaron.
Una vez que los precaristas se retiraron con sus pertenencias, los pobladores hicieron lo mismo al igual que los elementos policiacos.
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