“SIN FIN DE HISTORIAS”

Por Ramiro Arturo Barrera Moreno

“UN DIA DE PESCA”

“Mira cuanta cochinada ay en lagua”… “ya ni el barrilete se arrima pa’ca, nomaj no agarra uno nada, ni un triste silio”… “ejte mar se ejta muriendo que la chingada, ta ma sucio que mi conjienjia”.. Esos y otros rasposos comentarios los hace don Bernabé Zamudio, viejo pescador de Zihuatanejo quien conduce con mano firme la panga donde hemos salido a pescar un grupo de amigos. La fecha es el dia 27 de abril del 2010. En la frágil panga, los 3 pescadores y don Bernabé alias “El Chiquilique”, hemos navegado por casi 4 horas sin lograr pescar absolutamente nada. Solo las cervezas y los refrescos que en generosa proporción llevamos en nuestras hieleras, nos brindan consuelo. Mientras nuestro flamante capitán y piloto lanza al viento toda clase de improperios, insultos y disparates en contra de quien para el, son los culpables de que el mar de Zihuatanejo cada vez sea menos abundante. “Fíjense que apenaj hace uno diej año, aquí abundaba la pejca, encontraba uno salema, dorado, sierra y a loj barriletej  ni caso lej hacia uno…pero ora mire ¡nada!.
Continuando con su reperiqueta “Vieran vido como había un animalero, encontraba uno laj mancuernaj de tortuga y podía uno saca pa comer, ¡ora ni eso, por que te dan pa dentro.. boti seguro, joder!.... “En laj playaj bajtaba meter laj mano en la arena, pa que sacara almeja y ajta chiquiej o chiquiliquej, con loj que te podiaj hacer un caldazo que era una ricura, ora ¡ni eso chingao!
Los pescadores ( marineros de chisguete) que íbamos en aquella panga,  solo escuchábamos con atención los profundos conceptos de nuestro guía en aquel inmenso mar quien al mismo tiempo comento.. “ora resulta que el próximo vierne comienza otro torneo de pejca del vela, va a estar carajo que saquen uno de tan siquiera 35 kilos, ya casi no se ven y cuando sacan train puroj chiquitoj ¡ya nada es igual que antej”. Cuando le pregunto al Chiquilique que hay que hacer para participar en ese torneo, muy serio me contesta “Puj ai que perderle el amor a doje mil varoj, que ej lo que cuejta la incripjion. Solo loj ricoj pueden injcribirje, nosotros loj jodidoj ni en sueñoj”
Ante nuestro rotundo fracaso de no poder atrapar ni un triste charal y ante los estragos de la larga travesía que provoco que la mayoría de los flamantes pescadores sufrieran mareos, insolación y otros pesares, cerca de las cinco de la tarde y con un hambre de perro, les digo—mejor nos regresamos a la playa, hay que comer algo--. Al rato sentados en uno de los restaurantes de playa la ropa, nos muestran unos huachinangos, los cuales nos informan nos los pueden hacer a la talla, al módico precio de 280 pesos el kilo, con su arroz y sus tortillitas calientes. Por mi parte y con el estomago pegado al espinazo del hambre, acepto de inmediato. Explico que después de cuatro años fuera de Zihuatanejo y viviendo en el centro del país, estoy cansado de la barbacoa de borrego, el mole de guajolote y las carnitas de cuche de granja, por lo que me urge comer el delicioso pescado. Así, pido tiritas dizque de vela, campechana, camarones y espero con ansia el huachinango a la talla.
Mientras consumimos algunos mariscos y esperamos la talla, el Chiquilique nos platica una anécdota de un torneo de pesca del vela, que motivo un penoso desaguisado, nos cuenta en su florido lenguaje… “Haje ya algunoj añito era el ultimo dia del torneo y el vela que iba puntiando era uno de maj de 45 kiloj y loj que lo habían sacado ya se sentían ganadores del camioneton del primer premio… cuando en de repente llego de ultima hora una embarcajion de un gordito colorado muy conocido aquí y traiban un picudo que se veía longanito pero no muy largo, por lo que a la hora del pesaje ¡Sorpresa! El vela del gordito colorao peso casi loj 50 kiloj, lo que le daba el triunfo. Ají eran loj saltoj del gordo, que en sus dejfiguroj se baño de chela y pegaba de saltoj como chapulín… solo que a la momento de bajar el vela ya ganador y ponerlo en el suelo, alguien vido que de la trompa le salían llelitoj. El gordo tramposo le había metido hielos en la panza a su animal, por lo que comenzaron los recalamos que provocaron la descalificación de ese panzón tramposo”
Así entre platicas de historias de mar llego el ansiado huachinango a la talla, el mas desabrido y horrorosa que he comido en mi vida, las tortillas de maquina frías y cuerudas, el arroz duro frió y desabrido ¡una bergoña! Dijera un amigo italiano. Pero eso no fue todo a la hora de la cuenta casi me da un inflarto bacardiaco, 2,950 pesos del consumo de cuatro personas, solo de comida ya que los refrescos y chelas los llevábamos nosotros y solo nos cobraron cien pesos de descorche. En fin ahora si sentí lo que sienten los turistas que nos visitan cuando son asaltados en esos restaurantes donde tal parece que tratan a toda costa de ahuyentar el poco turismo que visita Zihuatanejo.
Después mi amigo el marinero Don Bernabé alias “El Chiquilique” se aventó una retahíla de insultos en contra de los paracaidistas de las partes altas de nuestro puerto, ya que para el, son los culpables de que llegue tanta basura que contamina nuestra bahía. Total en un momento, los acuso, los juzgo y los sentencio… “Merecen que los jusilen, tan acabando con la bahía, bola de puercos, cochinos indecentes”. Al anochecer y ya a mas de medios chiles, cuando ya los veía a todos medios borrosos, decidimos terminar tal grata reunión, por lo que me dirigí a don Bernabé diciéndole –A donde lo llevo patrón, pa que no le pegue su vieja—Respondiéndome “ jalele pa la Vicente Guerrero”.
Cuando llegamos a la populosa colonia insisto—¿En que calle don Berna? Respondiéndome “Por el camino viejo a la Unión pu’alla por donde Doña Juanita Borja, en lo mero alto de la Coloña”.  Al avanzar por esa parte de la cuidad me sorprendo de dos cosas: de la vista hermosa y privilegiada que tienen y de la gran cantidad de basura que se acumula en calles y barrancas, sobre todo de los montones que se acumulan en la casa de don Bernabé. Por lo que reclamo a mi amigo  –Oiga se queja usted de esta gente por que contaminan la bahia y usted vive en la vil mugre—A lo que muy orondo me responde “No pus yo solito no contamino nada, pero todos los demás son un chingo de cochinos, ¡esos si que contaminan!
(correo electronico : ramarbamor@hotmail.com)

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