“SIN FIN DE HISTORIAS”

Por Ramiro Arturo Barrera Moreno

¿EL CUARTO PODER?

Enòc Rodríguez Marchàn, es un tipo de piel amarillenta, ojillos saltones como sapo, dientes metálicos y una sonrisita burlona acompaña siempre sus expresiones faciales. Desde los 16 años se ha ostentado como periodista, aunque a duras penas haya cursado la secundaria. En estricto rigor, este tipo se ha convertido en un extorsionador profesional. Hoy a sus casi cincuenta años de edad, su “profesión” de dizque periodista le ha dado para vivir cómodamente y mantener a su segunda familia, ya que su primer matrimonio fracasó y su ex mujer y sus primeros cinco hijos, se fueron a vivir a otra Entidad Federativa (abandonados a su suerte sin ningún tipo de apoyo) En el ejercicio del periodismo Enòc tiene una estrategia muy particular para sacar dinero: Primero analiza a su futura víctima, preferentemente que sea una persona pública (ya sea funcionario, político, líder sindical, comerciante acaudalado o profesionista exitoso), la estudia, busca sus debilidades, sus vicios, sus infidelidades, sus escándalos. Ya con esa información llega a visitarlos buscando una entrevista.
Al ser recibido por su víctima, lo primero que hace Enòc es disparar su cámara fotográfica, tomándole varias imágenes, las cuales al ser reveladas es obvio que por la sorpresa, el retratado saldrá con cara de espanto pelando chicos ojotes, con la boca abierta. En conclusión con expresiones que mueven a risa. De esta manera el pseudo periodista ya tendrá un arma más a su favor para sacarle una cantidad mayor de dinero a su entrevistado. Cuando Enòc comienza las preguntas hacia su interrogado, también le va deslizando la información que ya tiene de él, por ejemplo “Señor a usted lo ven muy seguido en bares, table dance y en diversos antros ¿eso es parte de su trabajo? O “Señor usted esta casado con la Sra. Fulanita, pero también se le ve muy seguido con la señorita perengana, que está embarazada ¿es su familiar? O la muy socorrida “Dicen que usted se está haciendo una casota con alberca, y se compró carro del año: ¿su sueldo mensual le alcanza para esos lujos?
Así el “periodista” va tejiendo su red, hasta que su entrevistado afloja y cede a entregarle a su entrevistador una considerable cantidad de dinero, lo que evitará ser balconeado públicamente. Por el contrario si no prospera el chantaje del “chico de la prensa”, su víctima será públicamente exhibida, contando los detalles más íntimos de aquel que osare no soltar el billete.
Desafortunadamente ese es un tipo de periodismo que padecemos en la mayoría de los Estados del País. Abundan los pasquines amarillentos que dan prioridad a los escándalos y a la nota roja. Aunque los medios nacionales igualmente priorizan las notas mas escabrosas. Un amigo reportero de un diario de circulación nacional me dijo… “Solo me publican notas de cinco muertos para arriba, así funciona hoy el negocio del periodismo. Si no vendes no eres nadie… Pero somos el cuarto poder”.
Yo por mi parte, debo decir a mis lectores que más de 30 años de mi vida los dediqué a servir a la administración pública, en distintos sectores de los gobiernos federal, estatal y municipal, en cargos de relativa importancia, y por afición y de a gratis escribo regularmente en algunos periódicos del estado, así que conozco de cerca como se mueven los editores y reporteros de nuestros medios  de información. Les relataré el caso del propietario de un medio y su relación con alguno de los Presidentes Municipales con los que colaboré. Este Director de periódico, cuando comenzó el trienio, buscó a toda costa tener un “convenio” entre su medio informativo y el Ayuntamiento (cosa común que funciona hasta nuestros días y seguirá funcionando, siendo estos de palabra, sin que haya un contrato por escrito). El Presidente no quería pactar ningún acuerdo, por que esto obligaba a la administración municipal, a pagarle a aquel periódico una suma mensual muy considerable y las finanzas públicas no eran muy boyantes. Por lo que no se aceptó ningún convenio.
Esto provocó la ira del Director del noticiario, por lo que cualquier detalle negativo (cierto o inventado) de aquel ayuntamiento, era motivo de exhibición a 8 columnas. Cansado el Presidente de aquellos ataques, decidió aceptar el dichoso “convenio”. El día que acordaron que ese rotativo publicaría cotidianamente la obra de gobierno de aquel ayuntamiento, todo fueron sonrisas y cordialidad entre el Primer Edil y el  Director de aquel periódico. Pero no tardó ni 8 días para que ese medio informativo volviera a atacar directamente al Alcalde. Así  una semana si y otra también a pesar del convenio, los ataques directos al Primer Edil eran permanentes, por lo que llamó a sus oficinas al propietario y Director de aquel impreso. Sin rodeos textualmente le dijo… “Te voy a contar el cuento del alacrán y la ranita: Este era un ponzoñoso alacrán que habitaba en un bosque y se la vivía inoculando su ponzoña a todos los animalitos que habitaban en ese lugar, era tan cabròn y perverso que gozaba viendo sufrir a cuanto podía clavarle su aguijón. Hasta que cierta vez, una terrible tormenta hizo que crecieran grandes ríos en aquel paraje, lo que impedía al arácnido regresar a su madriguera y se vio en peligro de morir ahogado. Temblando de miedo en la orilla de esa gran corriente de aguas broncas, el acobardado alacrán vio que se acercaba una ranita, la cual al notar su presencia trato de huír, por lo que a gritos el alacrán le llamó:-- No te vayas amiga ranita, quiero ser tu amigo, no tengas desconfianza, ven, no te haré daño…. Mira desde hoy seré tu amigo y te defenderé de los peligros, con la condición de que dejes que me suba en tu lomito y me ayudes a cruzar este rió para que llegue yo a mi casa--.  La ranita confundida alcanzó a balbucear…. --No confío en ti, has hecho tanto mal que no te creo, si te subo a mi lomo me picas y voy a morir--. El asustado escorpión temeroso de ahogarse le dijo… --No ranita como vas a creer, si me haces el favor te estaré eternamente agradecido y además, si me subo en tu lomo y te pico, a medio torrente te mueres tu y me muero yo, y la verdad estoy muy joven para dejar este mundo, ¡ándale no seas mala y pásame al otro lado---.  La inocente y noble batracia creyendo en la promesa del alacrán le respondió;-- Está bien súbete a mi lomo y cruzaremos este caudal--. Nadando con agilidad la ranita cruzaba el extenso afluente sorteando las ramas y basura que la embravecida corriente arrastraba, lo cual provocò la envidia y enojo del innoble alacrán, el cual en un arranque de ira, sacó a relucir su instinto asesino clavándole tres veces su mortal aguijón.  Cuando el arácnido se dio cuenta de su pendejada, ya era muy tarde, la ranita se hundió arrastrando consigo a su venenoso y traicionero amigo de ocasión, muriendo los dos irremediablemente”. En conclusión señor periodista—Dijo aquel Presidente—Tú eres como el alacrán del cuento, por lo que desde hoy se termina nuestro convenio. Los siguientes años de administración de aquel Alcalde, fueron vigilados, calumniados y mal informados por aquel periódico, pero nunca volvieron a recibir un peso de aquel ayuntamiento.
Se dice que el periodismo debe ser objetivo y decir siempre la verdad. La objetividad es IMPOSIBLE, en el ejercicio de un informador, ya que siempre tomará postura en su quehacer. La información que brinde a sus lectores siempre tenderá a favorecer su posición ideológica,  su compromiso político,  sus intereses particulares o de grupo etc. Por lo que es un mito que el periodismo sea objetivo.
Con respecto a decir la verdad, eso ya es cuestión de ética profesional, entendida la ética como el estudio de la moral y la acción humana. Y la moral como el conjunto de creencias, valores, costumbres y normas de una persona o un grupo social, siendo una guía  para obrar (ejecutar acciones) Es decir, la moral orienta acerca de cuales de esas acciones son buenas o malas. Evidentemente  una persona que carece de ética, tampoco cuenta con moral. Ahora que si alguien no se da cuenta que carece de ética y de moral, entonces probablemente lo aqueje algún trastorno mental que puede ir desde la neurosis, la esquizofrenia, la paranoia u otros.
La bronca de todo esto es que si alguien carece de ética, entonces surgen individuos como Enòc o como el Director de ese diario que era un verdadero alacrancito, los cuales piensan que existe el periodismo como un cuarto poder, que les permite la libertad de extorsionar a cuanto personaje tenga cola que le pisen. O a vocear sus medios en todos lados olvidándose que el ruido también es contaminación, olvidando que su derecho termina cuando comienzan a afectar a terceros.  (Aclaro no se trata de Chòn Nogueda, me referí a otro alacrán. De todos es sabido que Chòn es un pan de dios ¿o me equivoco?

Correo electrónico:
ramarbamor@hotmail.com

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