EL PARTIDO DE LA MAESTRA

Por Moisés Alcaraz Jiménez

El partido Nueva Alianza (Panal) ha participado en dos elecciones en Guerrero, una local para presidentes municipales y para la renovación del Cogreso del Estado; y la otra federal, para diputados al Congreso de la Unión. En ambas ha alcanzado alrededor de 20 mil votos.
En estas elecciones para gobernador el Panal participa en alianza con el PRI y el PVEM. Elba Esther Gordillo Morales, dirigente real de ese partido, estaba indecisa en un principio sobre con quién hacer alianza, se pensó que lo haría con el PRD, PT y Convergencia, pero a fin de cuentas se alió con el partido del cual fue defenestrada por la confrontación que tuvo con Roberto Madrazo Pintado antes del proceso electoral federal de 2006.
Elba Esther es el paradigma del pragmatismo; es decir, es el vivo ejemplo de cómo actuar en política haciendo a un lado principios programáticos y doctrinas ideológicas, dentro de una especie de camaleonismo político. Desde que fundó su partido, Elba Esther se ha aliado con quien le garantice aumentar su de por sí inmenso poder, sin importar que sus aliados sean de izquierdas o derechas, al fin y al cabo esos aliados viven también inmersos en esos nuevos mundos de la política donde las declaraciones del principios salen sobrando.
Contrariamente a lo que en un principio se pensó, su salida del PRI no disminuyó su poder; todo lo contrario, Elba Esther concentra ahora más fuerza política que cuando estaba en el tricolor. Le ha ido muy bien con el partido del que es dueña absoluta. Crearlo no fue tarea difícil: utilizó la estructura orgánica y funcional del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), del cual reformó los estatutos para que de la dirigencia nadie la pueda quitar hasta que fallesca. No se trata de cualquier sindicato: es el más numeroso de Latinoamérica y que recibe cientos de millones de pesos anuales por concepto de cuotas de los trabajadores, con una ventaja adicional: a nadie se le rinde cuentas del ejercicio de ese dinero.
Además del inmenso poder que representa ser la dirigente vitalicia de uno de los sindicatos más fuertes del mundo, la maestra suma ahora una considerable fuerza política derivada del control omnipresente que ejerce sobre su partido, donde nadie es capaz de discutir sus órdenes y ni por asomo se observa algún tipo de disidencia que ponga en riesgo su estabilidad en el mando.
La maestra no es de las personas que se apacigüen en su zona de confort. Su voracidad por el poder es mayúscula, en ella es una necesidad patológica imposible de satisfacer. En esa ruta, se ha fijado como uno de sus principales propósitos no sólo incrementar su poder en todas las secciones del SNTE en los estados, sino ahora también su objetivo es controlar las administraciones de los sectores educativos de los gobiernos de las entidades de la República, con la enorme veta económica que representan los presupuestos de la educación en los estados.
La estrategia es simple: las alianzas que la maestra realiza con otros partidos, no son gratis, vende a muy buen precio su apoyo bajo la premisa de que el poder es caro, cada vez más escaso y difícil de conseguir. Ella lo tiene a manos llenas y no está dipuesta a regalárselo a nadie, le ha costado toda una vida turbia y crearse una fama infame hacerse de el.
A los candidatos a gobernador, del partido que sea, que le suplican una alianza con ella, les cuesta la secretaría de educación en caso de llegar a ser gobierno. A cambio de su apoyo la maestra es muy clara: me dejas el sector educativo de tu estado y te haces bolas con lo demás. El estado de Puebla es un ejemplo de ello. En esa entidad ese fue el acuerdo con el PAN y el PRD. Ahí Elba Esther se empleó a fondo. La prensa nacional difundió que la maestra llevó a esa entidad en las pasadas elecciones a un verdero ejército de maestros que ex profeso dispone para hacer labores de proselitismo electoral. Los mentores y mentoras tocaron puerta por puerta, tanto en zonas rurales como urbanas, para invitar a votar por la alianza de la maestra.
Se comenta que se trata de un grupo de profesores traídos principalmente del Estado de México, Durango, Colima, Veracruz y el Distrito Federal, especializados en asuntos electorales, que recorren los estados para promover el sugragio donde en tiempos electorales la maestra va sola o participa en coalición. Seguramente en Guerrero muy pronto veremos ese ejército, sabremos entonces si eso es verdad o son rumores para desprestigiar a la maestra que, por cierto, no hace falta que nadie la desprestigie pues ella se ha encargado de construir para sí misma uno de los historiales más negros en la historia del sindicalismo mexicano de todos los tiempos.
Por ello la pregunta es: ¿Qué beneficios le puede traer al PRI aliarse con la maestra cuya fama es repelente a los votantes y en un estado donde el sector disidente es mayoritario respecto al oficial y no quiere saber nada de ella? De ganar el PRI la gubernatura la Secretaría de Educación seguirá bajo control de Elba Esther y Guerrero estaría condenado a vivir otra admistración más de estancamiento educativo. No sólo el magisterio guerrerense sabe cuál es el precio que el PRI tendrá que pagar por aliarse con Elba Esther. Es vox populi que la maestra negoció para ella y su grupo la Secretaría de Educación del estado. Ángel Aguirre rechazó esa negociación, por ello la maestra se fue a la casa de enfrente, lo saben los maestros, la sociedad civil que vota y los indecisos que aún tienen dudas por quien votar, pero que pactos secretos como el que se comenta pueden orientar su sufragio.
En Guerrero el SNTE está políticamente disminuído, con la CETEG tiene fuerzas casi equilibradas y en un contexto de transparencia sindical la disidencia desplazaría con mucha facilidad al grupo de Elba Esther de la dirigencia de ese sindicato. Votan más los integrantes de la CETEG que los simpatizantes del SNTE y la disidencia magisterial no votaría jamás a favor de su acérrima adversaria sabiendo lo que ello representa para sus intereses como gremio y para la educación en Guerrero. La maestra, en Guerrero, más que atraer votos a su favor, con su presencia los puede alentar en su contra.

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