LA MIGRAÑA OPUS 10

Por Jorge Luis Aranda Martinez

Mi propósito de fin de año era reponer algunas piezas dentales que me faltan para llegarle al 2011 con dentadura completa, falsa, pero completa.  Así que me propuse a buscar quien me hiciera el trabajo dental, y el destino me llevó  al consultorio de la Dra., (cirujano dentista)  Cecilia Villavicencio,  (Calle Antonia Nava No. 14 Centro, Zihuatanejo) Una vez que la recepcionista me hizo pasar al consultorio y me acomodé en el sillón de las “torturas”  le explique a la odontóloga la razón por la que había ido. 
Allí mismo,  me hizo abrir la boca lo más grande que fuese posible, vamos, como los cocodrilos del estero de playa “la ropa” y en breves minutitos, que me parecieron  horas, porque sentía unos fierros extraños y fríos hurgando dentro de mis sufridas paladar y encias, la doctora, por escrito, me dio su veredicto final.  Y para que yo no me hiciera bolas después y resultara con que no había entendido, tomó de un estante un cartoncito que ella llama “carnet de citas” un bolígrafo barato y anotó la sentencia a cumplir, si quería en el 2011 lucir una sonrisa de galán de telenovela.  Veamos que dice el cartoncito: una resina $550.00,  una extracción, de un colmillo que ya andaba bailando tango y amenazaba abandonar su lugar hasta cuando masticaba un flan, $500.00.  Un tratamiento periodental  (limpieza de los dientes) $1,800.00  Un puente removible superior $14,000.00.  Un puente removible inferior, otros $14,000.00.  Total: $30,850.00. Pesos.  Una vez terminadas sus anotaciones en el “Carnet de citas” me lo entrego con la consabida, orden;  lo espero el 06 de Sep. A las 12:00,  para empezar el tratamiento.  Camine unas cuadras para reponerme de la impresión que causo mi pretensión de volver a tener, otra vez mis treinta y tantos dientes, que por un rato seguí caminando sin rumbo fijo.  Por más que le daba vueltas  al problema de cómo iba a pagar esa cantidad si mis ingresos apenas llegan a unos $5,000.00 mensuales.   Finalmente la Divina Providencia vino a mi rescate, y de la misma manera que fui a dar con la Dra. Villavicencio,  que casi logra un considerable aumento de los niveles de azúcar en mi persona, por su abultado presupuesto, me encontré con una hermosa cirujano dentista, que me volvió a la vida.   Por segunda vez empecé el mismo procedimiento por el que había pasado.  Después de la revisión de lo que queda de mi dentadura original y del nuevo diagnostico-presupuesto, la cantidad total, por el mismo servicio y tratamiento se redujo a un poquito más de una cuarta parte que el anterior.  México, es un país donde existe la “libre” competencia y cada profesionista pone un precio a su trabajo.  Pero esa libertad en muchas ocasiones se convierte en abusos y trampas donde caen los vanidosos.  Yo jamás he aceptado y hasta donde me es posible lucho por no ser objeto de esos abusadores, y hasta la fecha lo he logrado.   Así que el próximo año si se me acercan a dar el acostumbrado abrazo de los buenos deseos del año nuevo, notaran en mí una doble sonrisa, la primera para presumir mis relucientes dientes, consecuencia de un excelente trabajo, como el mejor realizado por el dentista más chipocludo; y la segunda por no haber caído en las desmedidas pretensiones de quien pone su boca como medida.  Finalmente les diré que, pediré a la dentista de  quien he hecho referencia en la parte final de esta historia que tuvo un final feliz, su permiso para dar su nombre y domicilio, porque sé que irán con ella, porque yo seré el objeto publicitario mas creíble de su talento y capacidad como profesionista.