Manuel Añorve ganó el Debate; Aguirre, enojado, desapareció

Por Jorge Romero Rendón

Muy centrado, claro en sus planteamientos, respetuoso pero crítico, el candidato del PRI-PVEM-PANAL a gobernador, Manuel Añorve Baños ganó de calle el Debate con sus contrincantes del PAN, Marcos Parra, y del PRD-PT-Convergencia Angel Aguirre. Sobresalió por una parte la eficacia discursiva del priista, mientras que el exgobernador disfrazado de perredista llegó mal preparado, mal asesorado, malhumorado, y terminó echando un pleito innecesario que lo hizo verse muy mal, alterado en su evidente derrota.

El que se enoja pierde, pero aún así el equipo de campaña de Aguirre echó de todos modos las campanas a vuelo, declarando ganador a su candidato, sin reparar en el daño sufrido, porque el descalabro del Debate le va a costar muchos votos y sobre todo credibilidad.
Una credibilidad, la de Aguirre, que había quedado mermada por el escándalo de la falsa golpiza que denunció el PRD la semana pasada, y que se le revirtió tanto a ese partido como a su candidato, al constatarse que la supuesta agresión y hospitalización de su representante ante el Instituto Electoral, Guillermo Sánchez Nava, fue solo un burdo engaño dirigido a tratar de desprestigiar al PRI, sin lograrlo.
Tres ejes principales le dieron el triunfo a Añorve Baños en la comparación de las propuestas de campaña de los candidatos.
Primero, el hecho innegable de la ineficacia de los gobiernos perredistas, que Añorve ilustró con datos duros que ejemplifican cómo en los casi seis años que lleva el PRD gobernando, su gestión ha fracasado en el combate a la pobreza. Los indicadores nacionales demuestran no solo que Guerrero sigue siendo el segundo estado más pobre del país, sino que el perredismo en el gobierno estatal ha cosechado solo más inseguridad, desempleo, corrupción, expulsión de mano de obra del campo a estados del norte del país y a Estados Unidos.
La infraestructura de salud está prácticamente desmantelada, pues no hay médicos ni medicinas en los hospitales y centros de salud de la entidad, con lo que los guerrerenses sufren y mueren de las mismas enfermedades de hace décadas, sin que el PRD haya instrumentado ninguna acción correctiva ni desde el gobierno ni desde las cámaras de diputados o senadores –con todo y que el presidente de la Comisión de Salud del Senado, Lázaro Mazón, le haya aportado siquiera un Mejoral a nuestra gente, y eso que Aguirre ya le prometió hacerlo secretario en su improbable gabinete-.
Segundo, por la viabilidad de las propuestas de Añorve. Aún cuando algunos críticos del PRD han dicho que es imposible eliminar el pago de la Tenencia u otorgar fertilizante gratuito a los campesinos, que son algunas de las propuestas de Manuel Añorve que rechazan los perredistas, el candidato priista demostró con números y proyecciones financieras que sí es posible aplicar esos programas con éxito y sin que el presupuesto estatal sufra merma significativa alguna.
Y de hecho esa es la razón del éxito que las propuestas de Añorve han tenido entre la población, pues se trata de programas que ya han sido probados con éxito en otros estados gobernados por el PRI, como el caso de las Farmacias de la Gente, con medicamentos que costarán de 1 a 15 pesos, tal como lo hizo el gobernador con licencia de Coahuila –hoy presidente electo del PRI nacional-, Humberto Moreira. Esto es importante, sobre todo ante el desmantelamiento sufrido por el sector salud de Guerrero durante la mala administración perredista.
Tercero, por la serenidad y el aplomo con que Añorve encaró el Debate –excelentemente conducido por la periodista Lizzette López Curiel-, en un momento crucial: las encuestas lo ubican ya como favorito, pues los resultados obtenidos por diversas empresas marcan ya diferencias irreversibles a su favor de entre 3 y 6 puntos; mientras que por regiones el priista tiene una ventaja muy importante en cinco de las siete regiones del estado, mientras que Aguirre solo acusa una pequeña ventaja en una región, y existe un empate técnico en otra más.
De tal manera que el balance es muy favorable en todos sentidos para Manuel Añorve Baños, que luego de su triunfo en el Debate, y con los datos de las encuestas en la mano, se perfila como el ganador de la elección del próximo 30 de enero por un margen que no dejará lugar a dudas.
El que se enoja pierde, y más si se enoja porque le recuerdan el nepotismo con que gobernó entre 1996 y 1999 –unos 30 familiares directos suyos tuvieron los puestos mejor pagados-, y que reeditó apenas en la última elección federal, cuando impuso a su hijo Angelito Aguirre Herrera como diputado federal ¿o no señor Aguirre Rivero? ¿O decírselo es “guerra sucia”?