MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo

*** Lázaro Mazón; el tratamiento quirúrgico que requiere salud.

La misión que tiene enfrente Lázaro Mazón Alonso como Secretario de Salud en Guerrero, va más allá de hacer llegar los medicamentos a los pocos centros de salud que están funcionando en la entidad suriana. Ya que la dependencia, viene de un sexenio en donde su sello principal no solamente fue la ineficacia, sino que además el platillo estaba condimentado con soberbia, despotismo, y sobre todo, mucha, demasiada corrupción. Nada más el día de ayer, se ventiló en casi todos los medios que la ex subsecretaria de Administración y Finanzas, Magaly Salinas Serna, una de las más allegadas al ex gerente general, se había hecho ojo de hormiga y que por ello no se ha concretizado la entrega-recepción.  
Así es. Lázaro Mazón, en apego a su perfil de médico, tendrá que emprender un tratamiento quirúrgico de alta especialidad a la dependencia, porque el daño está regado por todas partes. Al interior los trabajadores esperan un cambio de la plantilla total de funcionarios, en donde los nuevos traigan una verdadera mística de servicio y mucha calidad humana, a efecto de generar un buen ambiente laboral.
Entre otros vicios que se generaron dentro de la dependencia, destacan los siguientes: La contratación de personal con altos salarios, cuyas funciones nunca fueron específicas, y que cuando se requería de sus servicios, no servían ni para sacar a un perro de la milpa. La concesión de la renta de equipo y computadoras, así como el servicio de limpia y seguridad para favorecer a los amigos, aunque éstos fuesen deficientes y solamente le generaran un enorme derroche de recursos a la dependencia. Sin olvidar, la enorme cantidad de pasivos que dejaron por concepto de deudas con proveedores.
A eso se suma, los negocios oscuros tejidos entre un sindicato sumiso y los jefes de salud, que se vio traducido en un manejo discrecional de las plazas, en donde según se dice, éstas se llegaron a vender, en razón de la categoría, desde los 120 mil pesos hasta más de medio millón.
En síntesis, se habla de un saqueo irracional de los recursos públicos. Sin olvidar los escándalos que protagonizaron ex funcionarios, llenando de mucho lodo y mugre a la dependencia, cuya imagen, levantarla, será una de las tareas que seguramente emprenderá Lázaro Mazón.
En el exterior, ya el mismo secretario reveló datos de un primer diagnostico, en donde da cuenta de que casi la mitad de los centros de salud no están operando en la entidad. Y qué decir de la empresa que estaba contratada para repartir los medicamentos, que quien sabe cuántas ganancias les dejo, porque hizo lo que quiso, hasta dejar que se caducaran.
La pestilencia no acaba en esa dependencia. Acabó siendo el ejemplo de lo que se vivió en Guerrero durante los últimos seis años. Ese es el verdadero sello del Zeferinato, al que no le interesaron los que menos tienen, pero que lleno de dinero a un grupúsculo de amigos.
No hay duda, de que a Lázaro Mazón le tocó bailar con la más fea. Pero evidentemente, ha comenzado por tratar de tejer una buena relación con los trabajadores. Lo cual se vio desde el primer día que asumió el cargo, cuando a diferencia de los funcionarios del Zeferinato, entró por la puerta de enfrente. Y de manera sencilla y accesible saludó a los trabajadores, a quienes ofreció una gestión sensible y con  rostro humano. 
Ha conformado un equipo del que se espera se pongan a la altura de las circunstancias. Un buen mensaje, parece la inclusión del periodista Alejandro Mendoza Pastrana, en la subdirección de recursos humanos, un área estratégica, que por la calidad del nuevo funcionario, se espera que desde ahí fluya la nueva mística de trabajo. En donde el sello principal sea la eficacia.
En fin. El trabajo quirúrgico de Lázaro Mazón apenas inicia. Veremos si logra levantar al enfermo que yace a unos centímetros del cementerio. Esa es la cuestión.
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