FALCONARIO

-Gandules y gandallas-

Por Jorge Luis Falcón Arévalo

Está en riesgo una sociedad que aspira a ser democrática cuando se persigue judicialmente a quienes haciendo un uso responsable de su libertad de expresión realizan investigaciones de interés público para escrutar a personas que ejercen recursos públicos.

Hay libertad de imprenta porque podemos escribir sobre asuntos que atañen a la sociedad, sobre asuntos de gobierno-partidos políticos-políticos en activo o en pasivo: muchos mal averiguados, pero se escribe de ellos y sobre ellos y pocas veces ocurren casos en los que hay que callar para no enojar… y recibir castigo.
Los matices también existen: la autocensura a veces proviene de las empresas editoriales o empresas mediáticas que en nombre de “la empresa” cuidan sus intereses financieros. Y sin embargo, después de discusiones a veces agrias y rabiosas con golpes de mano en la mesa, predomina el criterio periodístico de buscar salidas a la libertad de expresión, que es la base de todas las libertades. En todo caso: en los cargos y abonos del periodismo nacional podríamos afirmar que en México hay libertad de imprenta… hay libertad de expresión y hay libertad de pensamiento: nada más faltaba que no.
Se puede hablar del piromaniaco de Andrés Manuel López Obrador, que incendio tres plataformas petroleras de tierra de pozos que serían abiertos a su explotación, en Tabasco. Se habla de que “Sufragio efectivo no reelección” de un “presidente legítimo” que anda en campaña (sic). Un loco con sus seguidores de igual magnitud de loquera o esquizoides. Un gandalla de la polaca.
Se habla de un priismo que ha vendido la patria y de un pandillero como Humberto Moreira, inculto conocedor de la historia o un gandul paria de usufructuar los dineros de la sociedad para sus propios beneficios, como muchos gobernantes, con “espíritu de servicio” ¡Si como no!
El político cuenta con su propia libertad de expresión. Prueba contundente Faustino Soto Ramos, diputado local. Su casi ya reviste importancia. ¿Y la de los otros que no tienen fuero?
Los funcionarios de los tres niveles de gobierno tienen otra faceta de la propia libertad de expresión. Objetan los ojetes. Piden cotos de poder. ¿En qué benefician a la sociedad representantes populares analfabetos, hampones y dedicados al chantaje, más que a legislar?
Callar a los periodistas de a de veras inútil; es un asunto de vocación y de vida: es un asunto de libertades: la de imprenta es indispensable para vivir con la conciencia tranquila.

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