Recuerda sobreviviente de Aguas Blancas la masacre y exige justicia

Coyuca de Benítez, Gro., a 29 de junio (IRZA).- Con secuelas físicas, por las agresiones que sufrió hace 16 años, a consecuencia de las heridas y golpes que le propinaron policías del estado, Floriberto Giménez Cruz, a sus 75 años de edad, uno de los sobrevivientes de la masacre de Aguas Blancas, recuerda a detalle lo que sucedió hace donde perecieron 17 campesinos.
Cansado por esas secuelas y con el recuerdo de los hechos que enlutaron varias familias de la localidad de Tepetixtla, Aguas Blancas y Paso Real, contó a este medio informativo que el primero de mayo de 1995, cuando era gobernador Rubén Figueroa Alcocer; los habitantes de la localidad de Tepetixtla en conjunto con otras comunidades enclavadas en la parte media y alta de la sierra, citaron al ex mandatario estatal, debido a la tala de árboles.
El sobreviviente, explicó que el llamado fue hecho por Benigno Guzmán, con la finalidad de plantearle las condiciones deplorables en las que se encontraban los habitantes de la parte media y alta de la sierra de Coyuca de Benítez, ubicado en la región de la Costa Grande de Guerrero.
A esa reunión arribó el ex gobernador, Figueroa Alcocer, quien le dijo: “nosotros no lo mandamos a traer para otra cosa, nosotros somos campesinos, somos honestos, lo que lo mandamos a llamar; es para que vea con su propia vista en qué condiciones se encuentra el pueblo de Tepetixtla, son años que se trabaja lo de la madera no tenemos nosotros beneficio de nada”.
Dijo que además le pidieron que les ayudara con el drenaje, pavimentación de calles, fertilizante, “somos gente humilde y no tenemos dinero para comprar el fertilizante” y dijo que Figueroa Alcocer se comprometió con construirles la carretera y el fertilizante.
Pero la fecha acordada para la entrega del fertilizante, el gobernador no se presentó y envió a su secretario, “nos pusieron otra fecha Figueroa y se llegó esa fecha y no dio el fertilizante, fue cuando bajábamos nosotros para ver la respuesta de él”, detalló Giménez Cruz.
Esa fecha fatal fue el 28 de junio y narra los hechos, de que se dirigían al municipio de Atoyac de Álvarez, cuando al llegar a esa zona del vado de Aguas Blancas, varios elementos de la Policía Montada, tenían instalado un retén en la carretera, “todo ese cerro que se ve allí, estaba lleno de motorizados, había mucho gobierno. Cuando llegamos nosotros al vado, cuando escuchamos que nos paráramos, pues no podía correr porque todo eso estaba tapado de ellos la carretera”, indicó el sobreviviente de la masacre.
-Después que sucedió:
“Todos veníamos adentro y como dicen que veníamos armados, pero no, no sabíamos lo que iba a pasar, cuando empezó la balacera nos bajaron de uno por uno y nos tiraron cerca del arroyo”, manifestó.
Declaro que después de la balacera y la muerte de los 17 campesinos, fueron reunidos los sobrevivientes, donde fueron llevados a unos metros de distancia donde se suscitaron los hechos de muerte, “nos reunieron más y nos dijeron lárguense pa’ su casa”.
Giménez Cruz, refirió que los cuerpos de los campesinos abatidos por las balas de los policías estatales, fueron llevados a la presidencia municipal, donde fueron “tirados, regados y dejados” en ese lugar para que los familiares los llevaran a darle cristiana sepultura y una misa de cuerpo presente a los cuerpos de los 17 campesinos.
El sobreviviente de los hechos ocurridos en el año de 1995, exigió al gobierno del estado que encabeza, Ángel Aguirre Rivero, “se castiguen a los verdaderos culpables, ya que nosotros tenemos derecho a que haya un gobierno que atienda las demandas, una persona que no tiene pendiente con la justicia”.
“Debe de ver un gobierno que de verdad atienda las demandas, como acabo de decir que no hay justicia y no hay apoyo, que le pertenece a todos que quedamos enfermos, yo ando mal de los oídos, parálisis facial y dolores intensos de cabeza, por la agresión que sufrí y varios de mis compañeros, quedamos muchos enfermos, entonces queremos que haya justicia”, culminó.

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