LA MIGRAÑA

Mucho tiempo cacarearon los tres niveles de gobierno, la “remodelación” del boulevard, Ixtapa-Aeropuerto, en el tramo, “El limón”, - “Agua de Correa”,  y lo que estamos viendo es una simple reencarpetación  con material  diferente al que tenía, que no dejará cambio significativo.  A mi entender -remodelación- significa, cambiar de forma, (“diseño”, y/o construcción)  algo que ya existía, siempre para mejorarlo, ampliarlo,  embellecerlo, etc.
Aquí,  los “comunicadores” que hacen los boletines de gobierno desinforman a la gente que es la que paga las obras o los funcionarios, sus patrones, prometen y no cumplen lo que  dicen, como siempre.  ¿De dónde viene el comentario?, que yo sé muchos de ustedes estarán de acuerdo conmigo,  porque pareciera que  a  Zihuatanejo, lo diseñó el enemigo.   Hay muchas calles que no “van a ningún lado”  o terminan en un camellón o abruptamente  frente a la barda de una casa, que marcan el fin de la calle,  y hay que dar unos recorridos infernales e innecesariamente  largos que desesperan al  más paciente, mas aun cuando llevas algo de prisa, en las  horas “pico”, a la entrada y salida de las escuelas o  para llegar al destino que uno desea. Hay varias avenidas y calles  transversales que “atraviesan” el boulevard, mejor dicho, deberían, pero no, para cruzar al otro lado hay que  dar unas  vueltas endiabladas, que saturan en ciertos puntos el tránsito de vehículos, y logran que uno  recuerde la incompetencia de los funcionarios y lamente la clase de gobiernos que tenemos.   Ojalá que remedien a tiempo esas  omisiones de construcción y hagan algo que se  les agradezca.  ¿Ejemplos?  Todo, pero, todo, lo más  importante es que tengan en cuenta  que  las calles transversales tengan continuidad  hasta el lado opuesto del boulevard.  Ya el conductor sabrá si le da a la izquierda o derecha, pero lo importante es que no desperdicie su tiempo.  Donde sí me gustaría ser enfático con una sugerencia es que en las esquinas del boulevard con las avenidas que suben al FOVISSSTE e INFONAVIT  en esos lugares es urgente que construyan unas “islas que seguramente darán agilidad al flujo de vehículos de transponte público y también evitarán  accidentes a  los usuarios.  Ojalá que este  comentario  sirva como una llamada de atención a los  encargados del proyecto, porque desafortunadamente la  mayoría de las veces estas llamadas de atención son igual que predicar en el  desierto.  Los comentarios personales, aquí,  no se valen, eso lo sé perfectamente, pero esta ocasión hare una excepción.   El 8 de mayo del presente me dio una tremenda “chiripiolca” que me mandó a la lona, y a penas me ando levantando.  Un tumorcillo en la cabeza, situado a la altura de la glándula pituitaria, (hipófisis) cualquier “baba de perico”, dirían por ahí.  Lo primero en un  caso como tal es que mis familiares me llevaron a “urgencias” del IMSS, porque he de decirles que para mi fortuna, estoy asegurado, desde hace un titipuchal de años.  Cero atención, aquí en IMSS, eso obligó a mis familiares a buscarle por otro lado.  Total que cuando me di cuenta había ido a par hasta, Morelia, Mich. En un hospital particular donde encontraron los servicios  de un neurocirujano que me sacó del problema.  Después de un enorme gasto, exorbitante, mejor dicho, para nuestro nivel económico, y cuatro meses de convalecencia, irremediablemente tuve que regresar al bendito “Seguro Social”.   Como va; primero el médico familiar que te receta mejórales y otros placebos para un problema  como el mío, segundo paso, me canalizaron con un médico internista,  de allí mismo del IMSS,  un tal,  Gutiérrez, o Sánchez, Moranchel, no recuerdo el apelativo.  Como se puede recordar el nombre de “tu” médico que a la segunda semana después de la primer visita, cuando estas sentado frente a él, con una actitud de “me vale madre lo que tengas” te pregunte –“qué, qué le pasa a que viene conmigo”_.   En conclusión, este sujeto, me canalizó a Neurocirugía” al hospital, “Vicente Guerrero” de Acapulco. Porque él no pudo, no quiso, o no se le dio la gana atenderme, y se sale por lo facilito.  Siempre saldré echando pestes sobre el Seguro Social, cuando voy en busca de atención médica, pero no sobre la institución, sino por el personal que allí labora, como el doctor “Moranchel”, y la recepcionista que lo acompaña, una dama “flacucha”que se cree la más bella del mundo. Nos leeremos la próxima semana.