Puestos ambulantes saturan la ciudad

Pedro Patricio Antolino, Corresponsal

San Jerónimo de Juárez, Gro.- El centro de esta ciudad esta atestado de comerciantes ambulantes que pagan 15 pesos cada uno por día, como derecho de piso. En la antigüedad los bazares árabes eran populares entre las naciones.

Estos bazares se caracterizaron por ser calles estrechas y en ambos costados de la banqueta se instalaban los mercaderes de tierras lejanas, ofreciendo un sinnúmero de productos. Pareciera ser que en la calle principal de San Jerónimo y alrededor del primer cuadro de la ciudad, los mercantes árabes reencarnaron en vendedores ambulantes para volver a ofrecer toda clase de artículos exóticos, que van desde chanclas, discos piratas, arreglos florales, camotes, cacahuates, frutas, bolsas de imitación, chilate, tamales y ropa de segunda.
Alrededor del mercado municipal se ha sobre saturado de puestos ambulantes a tal grado que hacen estorbo a los peatones. Los transeúntes tienen que bajarse de la banqueta y caminar en la avenida arriesgándonos así a ser arrollados por un conductor despistado.
Tristemente los comerciantes no son los culpables pues sólo hacen la lucha diaria para llevar el pan de cada día a su casa, es como nos comenta una ciudadana: Es preferible que vendamos a que andemos robando, la mayoría somos gente de pocos recursos económicos. Sin embargo, cuando hay afrentas a la vialidad y se expone a la ciudadanía a un riesgo como el de ser atropellado por un vehículo se constituye un delito.
La solución a este problema no se encuentra en el echar fuera a vendedores de la avenida como pretenden las autoridades competentes que laboran en el ayuntamiento, que preside el alcalde de extracción perredista Ricardo Barrientos Ríos, si no en la reubicación de los puestos, a pesar que los propios comerciantes están en contra de esta medida, con el argumento de que es en la avenida donde pueden vender sus productos.
Por si fuera poco, los comerciantes establecidos empeoran el problema sacando su mercancía a las banquetas: ropa, muebles, y todo tipo de artículos, se exhiben en las banquetas. Cuestionados al respecto, algunos de ellos señalan que lo hacen para que los ambulantes no les invadan el espacio, pero otros reconocieron que es una tradición vieja, porque la gente está acostumbrada de esa manera, y no entra a los locales.
Cada cual alega a su favor. Pero el meollo del asunto para que el gobierno municipal permita este descontrol, es el cobro de 20 pesos por cada carretilla o puesto ambulante. En este periodo vacacional la cifra prácticamente se duplicó. Los dedos de la mano no alcanzan para sacar la cuenta de lo ganado por el paisaje.

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