*** Ayotzinapa, ¿Una vergüenza para el estado?
Después de un mes de los lamentables hechos del 12 de diciembre pasado, los normalistas marcharon por las calles de Chilpancingo acompañados por un contingente de gente foránea, lo que refleja que al interior de la entidad, no gozan del respaldo de la sociedad civil, que dicho sea de paso, ha manifestado estar harta de sus prácticas vandálicas y al margen de la ley.
Así es. Nadie en su sano juicio puede alegrarse por las muertes registradas aquél lamentable día. Y el sentir de la sociedad civil que se ha manifestado, ha dejado en claro que desea una investigación exhaustiva a efecto de que se haga justicia y se castigue a quien o quienes resulten responsables. Pero todo conforme a los canales legales conducentes. Nada de grilla e inmiscuir a otros actores políticos y sociales, que seguramente están ansiosos de protagonismo y tal vez hasta de conseguir prebendas y canonjías.
Así como son lamentables las tres muertes registradas, también lo es, que los normalistas de Ayotzinapa, coordinados a lo mejor por algún o algunos personajes maquiavélicos, anden buscando apoyos fuera de la entidad, porque eso refleja que en el transcurso de los años, no han podido o no han querido ganarse el respeto y el apoyo de la sociedad.
Si hoy su movimiento no tiene fuerza dentro de la entidad, no es porque se haya orquestado alguna campaña en contra de ellos, sino porque simple y sencillamente, han sido los normalistas, solamente los normalistas, quienes se han ganado a pulso el rechazo de la sociedad, a raíz de los secuestros de autobuses, saqueo de negocios, toma de edificios públicos, bloqueo de calles, avenidas y carreteras. En fin, con sus actos al margen de la ley.
La gente está harta de ser rehén de los denominados Ayotzinapos. Y tan es así, que en los sondeos de opinión registrados en la entidad, la gran mayoría de ciudadanos se han pronunciado a favor del cierre de la normal rural. Pero todo en función de lo que los normalistas han sembrado. La misma manifestación del jueves fue objeto de molestia para los capitalinos, ante la manera impune en que desquiciaron las vialidades.
Tampoco han encontrado, ni encontrarán eco en su demanda de juicio político en contra del gobernador, porque la gran mayoría de los guerrerenses saben del compromiso que tiene Ángel Aguirre Rivero en materia de derechos humanos. Así como por impulsar el desarrollo integral en la entidad, en donde el sello de su gobierno es la sensibilidad y el rostro humano. Los sondeos hablan de una aceptación importante hacia las acciones y programas que ha implementado el titular del poder ejecutivo local. Y cuando se ha preguntado a la ciudadanía si considera que el mandatario estatal ordenó el brutal desalojo, el NO ha sido contundente.
La sociedad civil no quiere saber nada de los ayotzinapos. Por eso es entendible, más no justificable, que anden pidiendo el apoyo fuera del estado, donde no les conocen su pedigrí. La normal de Ayotzinapa, hay que decirlo, ha sido y por mucho, una de las mayores vergüenzas de la entidad suriana.
ANOTACIONES:
1) REGIDOR COMPROMETIDO: Indiscutiblemente, el regidor de planeación de Chilpancingo, Noé Carachure Giles, sigue demostrando porque es considerado como uno de los más fuertes aspirantes a la diputación local por el primer distrito. El día de hoy, como parte de su agenda de actividades, habrá de poner en marcha una brigada médica integral más. Ahora en la Colonia PRD, en donde espera que se otorgue atención a familias de más de diez asentamientos.
2) PROPUESTA DE ASTUDILLO: No tiene la intención de culminar un periodo de tres años y medio y el alcalde capitalino ya anda proponiendo que en la reforma constitucional se alargue el periodo de los alcaldes a cuatro años. Llena de incongruencias está la política. Esa es la cuestión.
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