APUNTES DE UN VIEJO LÉPERO

Por Jeremías Marquines

Aguirre, pachanga y transa.

Algo de razón tiene el ex gobernador de Guerrero, Zeferino Torreblanca, al afirmar que el gobierno de su sucesor, Ángel Aguirre, es uno antes del 12 de diciembre y otro después de esa fecha, y quién sabe, a lo mejor también hay razón cuando afirma que es un gobierno corrupto y simulador.

Ángel Aguirre perdió respetabilidad al convertir el gobierno estatal en una asociación familiar que maneja el recurso público como si fuese patrimonio propio. Tras la crisis del 12 de diciembre, el gobernador guerrerense se alejó diametralmente de sus socios y aliados perredistas para fortalecer su rancia ala priísta y su grupo familiar.
En noviembre del año pasado escribí una columna que aún está en mi blog, en la que alertaba que para el mes de abril o mayo de 2012, ya no quedaría casi ninguna figura de importancia del PRD en el gabinete aguirrista. Ahora es comienzo de marzo y los que aún se aferran a sus cargos con verdadero furor son Rosario Herrera, en la Secretaría de la Mujer, Marco Matías, en Asuntos Indígenas, y Beatriz Mojica, en Desarrollo Social. Cuadros de medio pelo de ese partido y casi sin capacidad presupuestaria, pues las secretarías a su cargo han sido bolseadas por la esposa del gobernador, Laura del Rocío Herrera, que ahora hasta plantas de agua potable inaugura.
Después del 12 de diciembre de 2011, Aguirre se ha esforzado por desplegar una política marrullera y de más simulación que de sustancia. Preocupado por aparentar popularidad a costa de sacrificar una verdadera política pública de largo alcance que ayude al estado a alcanzar niveles óptimos de desarrollo, el ex priísta le apuesta todo el capital estatal a la pachanga y al circo, al derroche publicitario donde la empresa Televisa se embolsa cientos de millones de pesos.
Después del 12 de diciembre, Aguirre se ha convertido en un gobernador de relumbrón. Para ocultar una administración mediocre, se reserva el dinero destinado por la federación a programas y proyectos sociales de las dependencias para pagar a empresas de espectáculos vinculadas a Televisa. Uno de sus grandes logros es su programa cultural y turístico, fincado en pagar costosísimos espectáculos como el de los cantantes Winsin y Yandel, el Gran Silencio y Jenifer López, esta última cobrará 250 mil dólares por visitar Acapulco, los otros también cobran cantidades en dólares. El pago de estos “artistas” saldrá de los 50 millones de pesos que el gobierno federal destinó para impulsar verdaderos proyectos culturales en Guerrero, no tardeadas cheleras para entretener al turismo defeño. Con toda razón, la titular del Instituto Guerrerense de la Cultura, la señora Frustro solo dio a conocer que el presupuesto cultura era de 35 millones de pesos, pues el resto está destinado a conciertos, cenas de gala, y festivales donde una empresa de la que ella es socia llamada Tango Producciones, se encarga de la producción y contratación de grupos y cantantes, embolsándose una buena cantidad de lana.
Conciertos y espectáculos vacíos son el gran orgullo de la administración del gobernador nepote, que al ser cuestionado sobre el atraco por dos millones de pesos que hizo uno de sus parientes en la Promotora y Administradora de Playa, sólo respondió que pronto vendrá Jenifer López. Banalidad, baquetería y ofensa a la inteligencia de los ciudadanos guerrerenses, sus declaraciones.
En la parte política, las trapacerías de la familia Aguirre no se quedan atrás. Con todo el peso del gobierno estatal, el gobernador de Guerrero, habla, negocia y paga favores para imponer a su hijo Ángel Aguirre Herrera en una diputación local por Acapulco. Es tanta su intervención que hasta desplazó al candidato natural del distrito 07, Alfredo Campos Tabares, quien tiene años trabajando ese distrito.
Ángel Aguirre Herrera, orgullo de su apá y su amá, no tiene ningún arraigo en el distrito 07, su única fortaleza se basa en la repartición de miles de despensas del gobierno estatal y en los manejos que el gobernador hace con las distintas corrientes perredistas, entre estas, la de Nueva Izquierda a quien le pagó con la Secretaría de Desarrollo Social.
La lista de trapacerías sigue, cada día agrega una más a su historial de gobierno. En el manejo de los dineros públicos, Ángel Aguirre es único. Todo el presupuesto es virtual porque el señor se reserva el derecho de disponer del dinero según sus necesidades y la de sus familiares. Hasta el momento no ha transparentado el millonario gasto en publicidad que contrató con la empresa Televisa, no informa cuánto costará al presupuesto estatal el CRIT-Teletón, que se cree para eso se pidió cooperación a la sociedad mexicana. En fin, la cola es inmensa por eso digo que algo de razón tienen las declaraciones del odiadísimo Zeferino Torreblanca.

3 comentarios:

  1. se veían venir éstas acostumbradas acciones, esmerarse en levarse lo que no se llevó en su interinato; acostumbrado a exhibirse en los reflectores, pero actualmente quien le pone un alto a estos tipos de gobernantes nepotistas descarados, si parte de su negocio es la compra de voluntades

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  2. Jeremias gracias por tu columna ,ojala y todos los mexicanos se dieran cuenta de la clase de PARASITOS que ocupan puestos publicos y como siempre lo unico que hacen es ROBAR ,y todos creen que el dinero del pueblo es de ellos se creen los dioses y hasta con derecho de matar ala ciudadania .Porque traer artistas extranjeros cuando en Mexico tenemos mejores que esos extranjeros .Pobre de nuestro jodido Mexico ,esta lleno de parasitos que lo primero que hacen es derles hueso al hijo al hermano y asi se han creado muchas dinastias de PARASITOS .Mexicanos no esperen nada bueno de estas garrapatas ellos son tus peores enemigos

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