D' grilla, grillos y algo más

¡Mmm! Cuando se acercaban los primeros cien días de este gobierno, de mi ex papucho de papuchos, ya imaginábamos los nombres de los funcionarios que podían ser destituidos de sus puestos, después de esos cien días, por haber hecho un deficiente desempeño de sus cargos, durante ese periodo de prueba, –que se supone es suficiente para demostrar sus capacidades y habilidades, para mostrar resultados, para llegarle a los ciudadanos, pues no habrá una segunda oportunidad de crear una buena primera impresión–.
Y es que cuando todo parecía que verdaderamente las cosas iban a ser diferentes, con este presidente, los hizo firmar su renuncia antes de otorgarles sus respectivos nombramientos que los acreditarían como coordinadores, subdirectores y jefes de área. Pasaron los cien días y tuvieron que rendir un pequeño informe con el que se evaluó su trabajo y con el que se suponía que el alcalde decidiría quien había alcanzado, o incluso rebasado, las metas establecidas y así decidir si continuaban en la administración para juntos construir un gobierno eficiente, de puertas abiertas, incluyente, de resultados, honesto, justo… y todas esas jaladas que se inventan para sus slogans, según ellos, para diferenciarse de los anteriores, pero que finalmente terminan siendo la misma porquería. Por los resultados que hasta ese momento habían dado al frente de sus respectivos puestos se tenía la esperanza de que fuesen el director de reglamentos, el coordinador de obras públicas, el director del DIF municipal, el director de desarrollo urbano, el director de deportes y el jefe de compras, quienes abandonaran la administración por su pésimo trabajo.
Desde los primeros días Ángel Solís demostró su incapacidad para combatir los problemas que enfrentaba la dirección a su cargo; todo lo contrario fomentó el ambulantaje en las calles, plazas públicas y playas. La invasión de banquetas que generan los comerciantes establecidos al exhibir sus productos y mercancías en la vía pública, ni se diga, porque ya ven que con la nueva imagen urbana –histórica por cierto–, hasta tendederos les puso el gobierno para que exhiban mejor sus mercancías y no se les asoleen; ni que decir del desorden y la inseguridad que ocasionan los giros rojos, antros y bares, en la zona hotelera y el centro de la ciudad, el colmo de este asunto es que a menos de 20 metros de distancia de la iglesia del Ángelus y del colegio religioso Juan Pablo Segundo recién se autorizó la licencia de funcionamiento y la apertura de una vinatería con venta de bebidas alcohólicas para consumo en el establecimiento. Pero este fue el cambio que quería la gente, incluida yo que ya ven que me tenía embelesada mi ex papucho. En relación al coordinador de obras públicas pues yo creo que muchos de ustedes ya hasta habrán olvidado que existe esa figura en la persona de Francisco Orozco Marroquín, y que además de él hay dos directores, dos subdirectores técnicos y un subdirector administrativo y como cinco supervisores, que juntos sirven pa’ una chingada, pero ganan unos 250 mil pesos mensuales, juntos.
El director del DIF municipal fue el único que salió del organismo –pero no despedido, a él lo mandaron como asesor de desarrollo social, a fin de cuentas, el objetivo era que estuviera en la nómina para compensarle todos los años que ha vegetado en el PRI–, por si no lo recuerdan fue Juan Nava el primer director del DIF de esta administración, de quien jamás se supo oficialmente los motivos de su salida, aunque extraoficialmente se dijo que desde el principio no hizo química con la primera dama, quien contadas veces se paró por el DIF, pero quería asegurarse de no verlo cuando ella amaneciera con ganas de ser presidenta de ese organismo y acudir a su oficina a trabajar por la niñez y las familias vulnerables del municipio. En su lugar contrataron a los primos hermanos de la primera dama, Agustín Armenta Rodríguez, como director y Somer Ríos Rodríguez, como sub director –este segundo no estaba en los planes–, pero como en ese tiempo los primos querían un parque en Las Salinas, pues Agustín puso como condición para aceptar el cargo, llevar a Somer como mancuerna, con toda la alevosía y ventaja, pues iba con la clara intención de no trabajar ni pararse por las oficinas a menos que fuese necesario, como lo venía haciendo su prima la primera dama, total pa’ que quiere uno una prima primera dama si no es pa’ gozar de ese y otros privilegios. Todos nos imaginamos que con un pariente en la dirección pues la primera dama se iba a sentir cómoda, como un pez en el agua, e iba a querer pasar más tiempo en el DIF supervisando que los programas se aplicaran correcta y transparentemente en beneficio de los más necesitados. Pero nones, como ella está acostumbrada a delegar sus tareas de ama de casa y madre de familia a nanas y chachas, pu’s igual puso el DIF en manos de un par de gatas, Adriana y Sandra, que manejan todo a su antojo y conveniencia, desde los apoyoa que se otorgan a través de diversos programas hasta la información que le hacen llegar a la primera dama. Para el asombro de muchos –incluida yo–, Agustín terminó por renunciar al DIF, se fue taaan ofendido que ya hasta se volvió perredista; pues no están para saberlo pero Gustavo García Bello lo registró, en su planilla, como primer regidor –y eso que nomas quería un parque en Las Salinas, y miren le tocó güeso y ya hasta va por una regiduría–. Regiduría que de seguro aceptó pa’ vengarse de su prima hermana la presidenta con licencia, del DIF, quien dicen que a través de una llamada telefónica le dijo hasta de lo que se iba a morir, a su salida como director de ese organismo. Y es que dicen que Agustín asegura que se ofendió porque mi ex papucho le quitó el manejo de unas despensas que él, en su carácter de director del DIF, consiguió, a través de fundación Walmart de México, con las que se beneficiaban a cientos de familias de escasos recursos, y se las dio a un particular para que este dispusiera de los productos a su antojo, no sin antes que ni se le ocurriera hacer algo para evitar que esos beneficios continuaran desviándose con fines políticos y no llegaran a familias de escasos recursos a través del DIF, como es el objetivo de ese programa establecido por fundación Walmart, y pues quien se atreve a contradecir o desobedecer al presidente, verdad? Del director de deportes se han dicho tantas cosas graves, sucias, inmorales, perversas y malas de él, que no me atrevo a repetir por respeto a mis lectores; pero él sigue ahí, y seguro permanecerá hasta el último día de la administración.
Del director de desarrollo urbano, Cuauhtémoc Ramírez Bello, hay tanto y nada que decir, a la vez, ya ven que él es como presta nombres del primo incomodo de mi ex papucho, y ni como lo corran verdad, pues tienen que tener a quien echarle la culpa de todos los problemas y deficiencias de esa dirección.
Del jefe de compras que les diré, quedó rebasado desde esos días por Kenia, quien durante la presentación del informe de los mentados cien primeros días, echó caca en contra del secretario particular, Esteban Carbajal; del entonces coordinador de gestoría, Francisco Chavarría y de la coordinadora de eventos especiales, Clara Herrera, a quienes acusó de estar excediéndose en gastos; pero algo sucedió inmediatamente, que jamás volvió a cuestionar ningún gasto excesivo de esos y otros funcionarios, es más hasta la fecha sigue manejando esa oficina a su antojo.
Lo que no sucedió en los primeros cien días, se dio en la pasada quincena en la que echaron a la calle a una bola de empleados güevones, tranzas, irresponsables, ineptos, que cobraron durante tres años, unos nomas por ir a calentar una silla y a otros, a quienes de plano les pagaron todo este tiempo para que se mantuvieran retirados, lo más lejos posible, del ayuntamiento. Y ya se imaginaran, todos corrieron a apadrinarse con algún director, regidor, jefe de área o amigo del alcalde, para que los reinstalaran, peeero, para incredulidad y sorpresa de tooodos parece que ahora sí van en serio con el asunto de los despidos masivos. Que les diré, corrieron a 200 y la neta es que ni se nota eh! Y eso es porque en su mayoría los empleados jamás están en sus puestos de trabajo y otros de plano no se presentan a laborar, y no porque se trate de aviadores, sino porque no hay un solo jefe que ejerza autoridad sobre sus subordinados, por lo mismo que les he comentado, que los verdaderos directores operan desde afuera de la administración. El punto es que los despedidos argumentan que de veras se chingaron en la campaña para que ahora les paguen corriéndolos de un trabajo que se ganaron por haber repartido propaganda o por haber echado porras en algún mitin proselitista. Oigan pues si de eso se trata este negocio de la administración pública, los candidatos mejor deberían replantearse la forma de hacer proselitismo y en lugar de aceptar que una bola de güevones, desempleados, ineptos y problemáticos se integren a sus campañas, mejor deberían abrir una bolsa de trabajo, generar empleos temporales y contratar trabajadores para sus campañas de acuerdo a sus capacidades –desde paleros para las porras, repartidores de propaganda hasta asesores–, con buen sueldo y prestaciones, a fin de no generar compromisos y después tener que cargar con una bola de parásitos que echan a perder toda una administración. Así, terminando la campaña se recluta a quienes hayan sido buenos empleados, cumplidos, puntuales, fieles, eficientes, discretos y con buena disponibilidad y actitud. Y los demás se van por donde vinieron. Es una salida muy sana para los gobiernos y la sociedad; y así se evitaría que por las nominas tan infladas, los gobiernos terminen operando en números rojos.