Otra semana santa de promesas a medias

No hay nada nuevo en materia de calidad en servicios para Zihuatanejo, los visitantes siguen siendo acosados por curricanes, los problemas viales afectan a locales y turistas, las vialidades destrozadas, y muchos otros detalles que se corrigieron para que se trabajara con normalidad.
Joanathan Ramos

Hace casi un mes, Alejandro Bravo Abarca declaró que el municipio estaba listo para recibir al turismo en estas vacaciones de semana santa sin afectar a los locales, lo cual no ha sido cumplido. Se pierden las esperanzas de que esto mejore, pues a partir de hoy llega la mayoría de los visitantes que arriban a nuestro puerto, lo que hará que los problemas sean más grandes y por lo tanto, más difíciles de controlar.

Para empezar, los aromas hediondos de las calles donde encontramos las plantas de tratamiento de CAPAZ y en las calles del centro es la bienvenida oficial a cualquiera que pase por ellas, caminando o en vehículo. La ineficiencia de los servicios de drenaje despiden un fétido olor al cual los mismos locales, no estamos acostumbrados.
Las vialidades son una completa vergüenza. Para la gente que llega a Zihuatanejo ya sea por la carretera Acapulco-Zihuatanejo o por la Lázaro Cárdenas-Zihuatanejo, el martirio comienza desde la misma carretera justo al acercarse al destino. Los accesos a la ciudad están en pésimas condiciones, y ¿qué decir de las calles del centro?, mal pintadas y al último momento, como siempre.
La recolección de basura es otro servicio que solo funciona en algunos sectores, es decir, solo donde los turistas pasan, mientras que a los ciudadanos residentes, tienen que aguantar hasta 2 días con la basura en la puerta de sus hogares o negocios, y qué decir de los botes de basura ubicados en las calles, en los accesos a las playas, alrededor del mercado central, y otros más.
El servicio de agua está igual o peor que en otras ocasiones. Toda el agua es para los hoteles y el centro de Zihuatanejo, mientras, las colonias como La Puerta, Vicente Guerrero, Arrecife, Conjunto las Perlas y las colonias altas del municipio pasan en ocasiones hasta semana y media sin agua. Esto aun cuando la ocupación hotelera no había llegado al 50%, ahora ¿qué podemos esperar estas próximas 2 semanas? Es simple, desabasto para los locales.
Tránsito y sus concesiones con los locales y atropellos con los turistas es una “raya mas al tigre”. Si bien es cierto que deben hacer cumplir el reglamento, es cierto también que lo hacen a su conveniencia. Se deben tener ciertas consideraciones con los turistas, pues algunos no conocen las vialidades de la ciudad e ignoran los lugares donde no pueden estacionarse. Pero, cuando son los locales quienes incurren en esta situación, ¿en qué momento trabajan?, vehículos que ya saben hasta quien es el dueño, son estacionados en doble fila, en lugar prohibido, circulan en sentido contrario, y transito no hace nada. Además, a los turistas se les informa, luego se les llama la atención, después se pone la multa o se quita la placa. No por ser turistas van a venir a irrumpir las leyes de nuestro municipio a cambio de un consumo mínimo.
Los curricanes están a la orden del día. Hasta a los locales les están vendiendo paquetes, ofreciendo hoteles y mil y un beneficios. Sin identificación, mandando al compadre a checar que no le vayan a caer los buenos y se lo vayan a llevar. Actúan afuera de los oxxo, en los semáforos y en los accesos a la ciudad con toda libertad, sin que nadie les diga nada.
Si bien es cierto que hay detalles, también hay cosas que son elogiadas. El cuerpo de seguridad de la policía municipal, está presente caminando por las calles, en vehículos, recorriendo las playas a pie y brindando apoyo junto con los elementos de protección civil a todos los ciudadanos y turistas que lo requieran.
Es así como los ciudadanos y los turistas que ya se encuentran en el puerto están viviendo sus vacaciones, es la forma en que se cumplen las promesas y afirmaciones de que desde hace un mes, estábamos listos para recibir a la gente que nos visitaría. Sean bienvenidos a Zihuatanejo, el municipio de las promesas y compromisos a medias.