Los cadáveres de Alan Israel Cerón Moren y
Guadalupe Román González (ambos vecinos de Cuernavaca, Morelos) desaparecios en
esta capital desde el día 26 de Diciembre del año pasado, fueron exhumados en
un punto próximo al Hospital Nuevo en Tierras Prietas, previo señalamiento de
uno de los presuntos autores materiales capturado por la Fiscalía
Antisecuestros e identificado como Misael Martínez Rodríguez.
Ayer
a las trece horas una camioneta tipo Van de color blanco, escoltada por al
menos siete camionetas con agentes de la Policía Ministerial adscritos a la
Fiscalía Antisecuestros, dependiente de la Procuraduría de Justicia del Estado,
una con peritos y otra unidad motriz con personal del Servicio Médico Forense,
salió de esta capital pasando junto al Hospital “Raymundo Abarca Alarcón”, en
el paraje Tierras Prietas y de ahí se desviaron hacia la antigua carretera
hacia Zumpango.
Menos
de un kilómetro adelante del Hospital se realizó impresionante despliegue de
policías ministeriales debidamente armados, quienes realizaron un cerco de
seguridad bajando enseguida de la camioneta cerrada a Misael Martínez
Rodríguez, originario y vecino del poblado de Tlacotepec, en el municipio de
Heliodoro Castillo.
Apoyado
por dos agentes Misael quien tenía las manos aseguradas con esposas metálicas
hacia el frente, caminó unos veinte metros hacia abajo del nivel de la
carretera deteniéndose junto a un árbol de Huamuchil en el cauce de una
barranca y donde a sangre fría señaló un lugar diciendo “ahí matamos y
enterramos al chavo de Morelos”.
Inmediatamente
los peritos de la Procuraduría de Justicia cercaron el área y junto con
antropólogos y médicos forenses dirigieron la excavación, con la cual a pocos
centímetros de profundidad se descubrió uno de los brazos de un cuerpo humano
en avanzado estado de putrefacción.
Mientras
Misael Martínez permanecía bajo vigilancia y sentado a pocos pasos del lugar
donde se realizaba la excavación, poco a poco peritos y forenses fueron
descubriendo el cadáver de una persona del sexo masculino, apreciándose a
simple vista que ambas extremidades inferiores le fueron fracturadas.
Al
respecto el presunto autor material del homicidio señaló que luego de haber
ejecutado al joven Alan Israel en ese lugar, el cadáver cayó de cara a la
tierra en la fosa de menos de un metro de profundidad y metro y medio de largo,
por lo que se les dificultó cubrirlo completamente con tierra ya que ambas
extremidades inferiores (de las rodillas a los pies) estaban hacia arriba y por
eso decidieron fracturarlo, consumando enseguida la inhumación clandestina.
Más tarde y una vez que se exhumó el cadáver un
agente del Ministerio Público adscrito a la Fiscalía Antisecuestros, autorizó
que se le trasladara al Servicio Médico Forense, donde a pesar del testimonio
del detenido se realizarán las pruebas correspondientes de ADN para confirmar
la identidad del occiso.
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