Exigimos castigar a culpables de desfalco financiero en PEMEX

De nada servirá la comparecencia de Juan José Suárez Coppel ante la Comisión Permanente del Congreso de la Unión si tras dicho encuentro no se le finca responsabilidad alguna al director de Petróleos Mexicanos o a sus subordinados por el reciente desvío de 400 mil millones de pesos de la paraestatal que desaparecieron de sus arcas por arte de magia en plena campaña electoral.

Más allá de escuchar las explicaciones de dicho funcionario, cuyo único mérito es ser amigo de la familia presidencial, el Poder Legislativo debe iniciar una investigación a fondo para castigar ejemplarmente a quien o a quienes buscan enviar al archivo muerto lo que puede considerarse ya uno de los desfalcos financieros más grandes cometidos en nuestra nación. Exigimos frenar el despojo que sexenio tras sexenio se viene cometiendo en perjuicio de los millones de mexicanos y mexicanas que continúan sin recibir los beneficios de la renta petrolera que otorga el contar con una de las más importantes compañías de su tipo a nivel mundial. Petróleos Mexicanos no puede seguir sirviendo al gobierno federal en turno de caja chica por medio de la cual se enriquecen los bolsillos de unos cuantos o se financian las aspiraciones de candidatos que lo que único que buscan es el beneficio personal o el de sus familias. Especular con la riqueza de nuestro país, en particular de Pemex, tal como se ha venido haciendo a lo largo de las últimas décadas -tal como se hace también con las pensiones de los trabajadores a través de las Siefores (Sociedades de Inversión Especializada en Fondos para el Retiro)- puede llevar a México en poco tiempo a la quiebra financiera. Por ello, es urgente que cese de inmediato la discrecionalidad en el manejo de los recursos de la paraestatal, así como los que realizan los encargados de muchas otras de las dependencias federales del gobierno calderonista, y que se apliquen a sus estados financieros controles como los que ya existen para la deuda de varios estados de la República, para evitar que en pocos meses estemos hablando de una nueva versión del Pemexgate.