MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** La divina comedia y Zeferino Torreblanca
La Divina Comedia, obra de Dante Alighieri, que es un clásico de la literatura, si bien nos habla del fin del hombre después de su muerte, es evidente que también nos muestra, en un sentido figurado, el infierno real que vive el ser humano, especialmente aquellos que tuvieron el poder en sus manos y abusaron de él. Que fueron inundados por la soberbia y la indiferencia. Ese parece ser el caso del ex gobernador Zeferino Torreblanca Galindo, cuya actitud nos trae a la memoria, aquél momento cuando Dante, acompañado de Virgilio, su maestro, llegaba a los pozos del infierno y lo único que escuchaba eran pestes, injurias y lamentos.
Así es. Resulta curioso, pero la divina comedia sugiere que muchos políticos viven un infierno. Tal vez como justo pago a todos sus desplantes y excesos. El caso de Zeferino Torreblanca parece ser uno que se ajusta hacia lo que sugiere la obra de Dante Alighieri, iniciando con aquella referencia del primer pozo del infierno en donde los condenados vivían hundidos sobre aguas pestilentes. El peor de los olores que uno se pueda imaginar. Desde ahí, refiere el autor, se escuchan blasfemias y muchas muestras de ira en contra de todo y el creador.
Eso parece una viva imagen de lo que acontece con Zeferino Torreblanca, quien se ha convertido en un apestado dentro del estado de Guerrero, como si naufragara al interior de esas aguas lodosas y pestilentes de las que habla la divina comedia. Ya bajo esa condena, impuesta por un pueblo que padeció de sus yerros, soberbia y autoritarismo, la credibilidad que se tiene hacia el ex gobernador es prácticamente nula. La obra dicta que del purgatorio se puede pasar al paraíso después de un proceso de purificación. No así del infierno, en donde la condena es eterna. Y esa parece ser la realidad que vive el ex mandatario estatal, quien topó en pared en su intento por volver a ser alcalde de Acapulco, por medio de un partido distinto al PRD, en donde para variar, también lo han condenado a vivir en un pozo de aguas pestilentes.
Desde el pozo en que yace Zeferino Torreblanca la credibilidad en sus planteamientos es prácticamente nula. Los hechos hablan de un gobierno insensible y sin compromiso social. Y lo peor del caso, que tendría aún demasiados pendientes que aclarar ante la auditoría superior de la federación.
Por eso, su intervención para denostar al gobernador, Ángel Aguirre Rivero, se puede entender como parte de aquél paquete de injurias y lamentos vertidos por los condenados al infierno, ante la realidad de su fracaso y frustración. Y en medio del proceso electoral concurrente que trascurre, se puede entender, que leal a su estilo, busca congraciarse con quienes parecen enfilarse al poder, sin importar golpear al partido que lo encumbró a la gubernatura, de la que vivió espléndidamente bien por seis años y le ha dejado para vivir cómodamente muchos más.
Mermar al PRD en Guerrero, para después intentar cobrar la factura al PRI, si éste llega a los pinos. Como un canje de intereses, en donde evidentemente estaría incluyendo el perdón de sus cuentas públicas. Nada más que el único inconveniente que tiene, es que desde el pozo pestilente que lanza sus injurias, éstas no tienen el suficiente peso para mover a la gente en contra del Gobernador Ángel Aguirre y el PRD. Por el contrario, se incrementa el grado de desconfianza hacia un político, al que la soberbia convirtió en uno de los peores gobernadores que ha tenido el estado de Guerrero.     
 Y es que, conociendo casos como el de Zeferino Torreblanca Galindo, es fácil entender, porque Dante Aligheri, sugiere en su obra, que muchos políticos van al infierno. Esa es la cuestión.
Mensajes y comentarios: geruanoc@hotmail.com

No hay comentarios.:

Publicar un comentario