Enlace con Jessy Mojica

Participación de las mujeres en cargos relevantes
En algún momento de la historia política reciente del país, los legisladores se vieron en la necesidad de debatir sobre la necesidad de que a las cámaras de diputados y senadores llegaran personas valiosas por sus conocimientos, habilidades y experiencia.
Cuando llegaron a esta verdad de Perogrullo estuvieron de acuerdo en abrir paso a la modalidad de representación proporcional, para que los partidos pudieran hacer llegar por esta vía a personas con esas características.
Hoy la percepción popular sobre la representación popular ha cambiado, en buena parte porque los partidos se encargaron de pervertir esa modalidad.
Pero quiero detenerme en un punto: esas personas valiosas por sus conocimientos, experiencia y habilidades siguen existiendo. Si no las vemos en las cámaras es porque los partidos las hicieron a un lado y las sacaron de la política o las enviaron a competir por puestos de mayoría relativa, es decir que las obligaron a hacer campaña para disputar cada voto a sus contrincantes de los otros institutos políticos.
No es éste el caso de Claudia Ruiz Massieu, pues ella decidió medirse en el campo electoral con el adversario. Pero cuando habla se nota no sólo su preparación académica, sino también su intelectualidad, su habilidad para sumergirse en mundos de ideas y navegar entre ellas con la pericia de quien lo hace con frecuencia.
No sólo propone; también argumenta y ejemplifica, da cifras y números y conduce de la mano (por así decirlo) a sus interlocutores hacia las conclusiones a las que quiere llegar.
Es una rara habilidad entre los políticos de estas tierras, no muy duchos en el arte de reflexionar antes de hablar, no muy leídos (aunque hayan ido a la universidad), no muy originales en sus planteamientos y no muy memoriosos.
Ella es hija del finado ex gobernador José Francisco Ruiz Massieu y Adriana Salinas de Gortari. Estudió Derecho en la Universidad Iberoamericana, donde se tituló de licenciada, y se especializó en Ciencia Política en el Centro de Estudios Políticos y Constitucionales de Madrid.
En esta elección no la tiene fácil. Pero, para ser su primera contienda (ha sido dos veces diputada federal, pero por el principio de representación proporcional) ha ganado terreno de forma vertiginosa. Según encuestas, ella está en empate técnico para ocupar la curul de primera minoría de la representación guerrerense en el Senado. Puede ganar.
Así que ya superó su prueba de fuego, gane o pierda. Y eso automáticamente la coloca en la carrera por otros cargos de relevancia, populares o no, como la presidencia del PRI estatal –un barco que hoy por hoy hace agua por todos lados– y la gubernatura, pues el proceso electoral que corre en estos días marca el comienzo de la carrera por esta importante posición.
Claro que ya ahí tendrá que medirse con uno de los candidatos naturales de la izquierda: Luis Walton Aburto, quien desde ahora está anotado en esa competencia y quien seguramente ganará la presidencia municipal de Acapulco, donde con toda seguridad hará un buen papel, habida cuenta su habilidad y experiencia como administrador.
Si en el PRI se impone la inteligencia, habrá de tener presente a Claudia Ruiz Massieu a la hora de tomar las decisiones.
Además, parece que en México ha llegado la hora de las mujeres. Una de ellas disputa decorosamente la presidencia del país, tres de ellas disputan la jefatura del Gobierno del Distrito Federal, la capital del país, y cada día los mexicanos estamos más listos para ser gobernados por una mujer.
Pero, aun si no fuera su hora, debemos empujar para que lo sea; es una obligación de justicia histórica y social, pues las mujeres constituimos más de la mitad de la población y más de la mitad del padrón electoral y somos madres de la otra mitad, pero sólo tenemos el 23 por ciento de los cargos políticos de relevancia, y eso es una injusticia y un desperdicio... un desperdicio de talento, de sensibilidad, de experiencia y de sabiduría femenina.
La Conferencia de Beijing, de la ONU, de septiembre de 1995, advirtió que “la participación igualitaria de la mujer en la adopción de decisiones no sólo es una exigencia básica de justicia o democracia, sino que puede considerarse una condición necesaria para que se tengan en cuenta los intereses de la mujer. Sin la participación activa de la mujer y la incorporación del punto de vista de la mujer a todos los niveles del proceso de adopción de decisiones, no se podrán conseguir los objetivos de igualdad, desarrollo y paz”.
Por lo demás, este primero de julio hay que ir a votar. Es un derecho y una obligación. Es una buena manera de impulsar y fortalecer a mujeres de valía, como ella; es la única manera de tener autoridades legítimas y es la única manera de hacerles reclamaciones legítimas después.
Lic. Yeshica Esmeralda Melo de Mojica
enlaceconjessy@hotmail.com

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