Lic. Alberto Mojica Mojica

Fracasó la meta de alfabetización en guerrero
El fracaso del programa de alfabetización del gobierno del estado es algo que ya no se puede ocultar. Tan es verdad que no se puede ocultar, que ya su propio coordinador, Ricardo Castillo Barrientos, designado en el cargo por el gobernador Ángel Aguirre Rivero, ha tenido que confesarlo, más para ponerse a salvo de los efectos de este hecho –que seguramente los habrá– que en un afán de transparentar la operación del programa.
Varias son las causas de ese fracaso. Castillo Barrientos enumeró las que consideró pertinentes, que en esencia se reducen a una palabra: desorganización, pues, aunque parezca improbable, resulta que en los gobiernos se concentran las personas menos organizadas del mundo, y más si se trata de gobiernos constituidos por amigos y correligionarios, porque el vínculo extralaboral que los une al jefe les da la confianza para relajar la disciplina y aflojar el paso.
En el caso del programa Guerreros por la Alfabetización la anomalía más recurrente que publicaron los medios de comunicación durante su primer año fue la queja de los alfabetizadores y sus coordinadores de que no les pagaban. No se trata de grandes sueldos, que impliquen una erogación onerosa para las finanzas estatales, no; son, más bien, apoyos simbólicos, para que los alfabetizadores puedan desplazarse y puedan comer algo mientras hacen su trabajo.
Es inevitable también llegar a la conclusión de que la Secretaría de Educación Guerrero, a cargo de Silvia Romero Suárez, tuvo mucho que ver con ese resultado, pues es la cabeza del sector educativo de la entidad, rectora, normadora, vigilante y financiadora.
Pero, haya sido como haya sido, ya nos dijo Ricardo Castillo que en el primer año no hay logros de los cuales informar, y que al final del gobierno de Aguirre Rivero lo alcanzado no será lo que el mandatario ofreció a la sociedad guerrerenses durante su campaña en pos de la gubernatura.
Guerrero seguirá estando en los primeros lugares de analfabetismo del país.
Pero la desorganización de quien estuvo al frente del programa en la primera etapa, Sergio Tavira Román, y de su equipo de colaboradores, no pueden ser la única causa de este pequeño desastre. Hay mar de fondo.
Es el desastre de todo el sistema educativo de Guerrero, en el que resalta la relación viciada de las autoridades con el sindicato magisterial, sobre todo con la disidencia de ese gremio, que, siendo minoritaria –pero muy vociferosa– ha logrado poner de rodillas al gobierno en todas las negociaciones que han tenido.
Esta relación viciada, basada en el amago, en la demostración de fuerza y en el chantaje, es lo que ha empujado al sistema educativo de la entidad a la situación deplorable en que se encuentra hoy: con miles de maestros comisionados en cómodas oficinas –con aire acondicionado, si es posible–, mientras que miles de aulas están en el abandono porque supuestamente no hay docentes para atenderlas.
¿Cómo no ha de crecer el analfabetismo en esta situación?
No estoy afirmando, por supuesto, que ésta sea la única causa del problema. No lo es, pero cómo ayuda al problema.
Ahora que ha pretendido enseñar a leer y escribir a personas de las etnias me’phaa o ña’saavi, por ejemplo, el gobierno cae en la cuenta de que los programas de alfabetización de que dispone no son adecuados para una entidad pluriétnica como la nuestra. En pocas palabras, no funcionan a cabalidad para Guerrero.
Pero el problema en las zonas indígenas no sería tan grave si los jóvenes que egresan como maestros de la escuela normal rural del estado no tuvieran la misma meta que tienen muchos  maestros, la mayoría, del sector público: ser comisionados a una cómoda oficina, para vivir del presupuesto con el menor esfuerzo posible.
La erradicación del analfabetismo en Guerrero pasa por cambiar las políticas educativas del gobierno estatal. Se alfabetiza para corregir una deficiencia del sistema de educación. Mientras el sistema educativo no sea corregido, nunca terminaremos de alfabetizar.
Hace año y medio, el gobierno estatal anunció la alfabetización de 50 mil guerrerenses en su primer año, de los casi 400 mil que hay en la entidad, según el censo del 2010, para alcanzar una meta de 220 mil personas al final de su periodo.
Hoy sabemos que será imposible alcanzar esa meta, dicho de otra manera: Fracasó la meta de Alfabetización en Guerrero.
Lic. Alberto Mojica Mojica
albertomojicamojica@hotmail.com

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