Urge darle un giro a la política pública rural, demandó Sebastián de la Rosa en la Cámara

•    Se pronunció por evitar la siembra de alimentos transgénicos, que no representan la solución para elevar la productividad.
•    La mejor alternativa es tecnificar el campo en el sur-sureste del país.

Ciudad de México, a 30 de octubre del 2012.- En el evento de instalación de la Comisión de Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados, donde quedó integrado en calidad de secretario, el diputado Sebastián de la Rosa Peláez demandó frente a funcionarios federales, legisladores, académicos, investigadores y dirigentes campesinos, que ya es tiempo de cambiar la política de desarrollo rural implementada desde la firma del Tratado de Libre Comercio (TLCAN), pues sólo ha generado pobreza y abandono en el campo mexicano.

El legislador guerrerense reconoció y se congratuló por las coincidencias encontradas en esta LXII legislatura federal de parte de casi todas las fracciones, en el sentido de que la política neoliberal enfocada al campo, más que beneficios, ha traído muchos perjuicios a la producción nacional de alimentos, por lo que es necesario darle ese giro a la política pública agropecuaria, que logre el desarrollo equilibrado del campo mexicano.
La postura del diputado De la Rosa fue a nombre de la fracción parlamentaria del PRD, en la que reiteró que desde los tiempos de la firma del TLC, la izquierda mexicana siempre se opuso a la política del desarrollo rural neoliberal, fundamentada en la producción de exportación, misma que lejos de lograr que el campo mexicano produzca los alimentos suficientes, lo ha vuelto dependiente de las importaciones, generando además un desarrollo desequilibrado entre el norte y centro del país, elevando los índices de marginación y pobreza en sur y sureste del país e impactando en los índices nacionales, para poner a México en el concierto internacional como uno de los países con mayor margen de distancia entre los pocos muy ricos y los muchos muy pobres.
Mencionó que, ante la falta de apoyos al campo, los campesinos del sur y sureste mexicano han engrosado las cifras de gente emigrante, lo que ha generado problemas colaterales en las ciudades,  al generarse una gran demanda de empleo, agua, luz, drenaje, vivienda y seguridad, entre lo fundamental.
El ex diputado local y dirigente de la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas de Guerrero, fue tajante al decir que la producción agropecuaria concentrada en el norte del país, no es suficiente para garantizar  la autosuficiencia alimentaria, resultado de esto, es que tenemos que importar un poco más de la tercera parte de los alimentos que consumimos en México.
“Es claro, pues, que las tierras del norte ya no son suficientes para producir lo que consumimos los mexicanos, y en el sur y sureste no contamos con la infraestructura adecuada para la producción, generando una sub utilización de nuestras tierras. Esto tiene que cambiar”, precisó.
Agregó que la falta de producción de alimentos suficientes, hace de México un país dependiente de los designios de las empresas transnacionales, que buscan  controlar el mercado de los alimentos y someter a los países a sus intereses económicos, controlando la producción, modificando genéticamente y patentando las semillas para apropiarse de ellas, hecho que el Estado mexicano no debe permitir y esta soberanía debe de cuidar que no pase.
Planteó la necesidad de hacer una revisión integral e integradora de todos los ordenamientos legales que tienen que ver con el Desarrollo Agropecuario y la Ley para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, la Ley de Presupuesto y la de Responsabilidad Hacendaria, para rediseñar las reglas de operación de los programas de apoyo al desarrollo rural, que hasta el momento han beneficiado más a las grandes empresas, muy poco a los pequeños productores.
Por último, Sebastián de la Rosa anuncio que habrá de impulsar decididamente la revisión del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica en su capítulo agropecuario, emprendiendo todas las acciones legales y de carácter social que sean necesarios para lograr el objetivo de dar seguridad y soberanía alimentaria a los mexicanos, así como para no permitir la siembra y producción de transgénicos en nuestro país, pues diversos estudios que se han realizado por especialistas han demostrado que los alimentos nacidos de semillas genéticamente modificadas, son nocivos para la salud y no resuelven la insuficiencia de alimentos, como lo quieren hacer ver los dueños de las transnacionales, que históricamente lo único que buscan es abaratar sus costos de producción y apropiarse del mercado mundial y nacional para someter a los países pobres a sus intereses económicos.
“México necesita de grandes decisiones. A los banqueros  se les creó el FOBAPROA para sacarlos de la quiebra; en otro momento, se creó un fondo para el rescate de la infraestructura carretera, ante el surgimiento del Movimiento Zapatista en Chiapas, se destinaron grandes cantidades de recursos para contener la insurrección; y para combatir la pobreza y marginación en el sur y sureste del país, expresada como lo he dicho fundamentalmente en el campo, para resolver nuestra seguridad y soberanía alimentaria, no se está haciendo nada”, sentenció.
“Hay que plantear desde ahora, la implementación de un programa especial para el desarrollo de la infraestructura agrícola, pecuaria, forestal y acuícola del sur-sureste mexicano. El objetivo es considerar como inversión estratégica, la inversión que se haga para el desarrollo equilibrado del campo mexicano. De ninguna manera pretendemos que con esta propuesta se quite recursos al norte, sino más bien, destinar una partida presupuestal extraordinaria con carácter de estratégica, para el sur y sureste del país”.
De otra manera, dijo, todo lo que se ha dicho tanto por investigadores, legisladores dirigentes campesinos, funcionarios públicos e integrantes mismos del futuro gabinete, será demagogia y estaremos profundizando la marginación y la pobreza que vive México, expresada en el sector rural fundamentalmente del sur y sureste mexicano.

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