ENTRE LA VERDAD Y LA FICCIÓN

Por Jorge Luis Falcón Arévalo*
Al funcionario le crecieron los enanos

Adecuar el comercio ambulante y semiambulantes del primer cuadro de la ciudad, lo cual es un problema de moral y de higiene; éste debe realizarse en franca comunión y ética de los comerciantes invasores de banquetas y calles, de la cual es propiedad la autoridad municipal y además es violatorio a cualquier reglamento del Bando de Policía y Buen Gobierno, “ocupar la banqueta y calle, que ponga en riesgo la vida de terceros, será severamente sancionado”, reza la regla jurídica.

Asimismo, luego de que las indicaciones del presidente municipal de Atoyac, Edilberto Tabarez Cisneros, de señalar la primera, destacó que se hace necesario el cierre, cumplir con el horario de servicio o cambiar los giros rojos que operan impunemente en el p0rimer cuadro de la ciudad; pues, al parecer ninguna autoridad ha entendido los buenos principios de la Ley; pero además las buenas costumbres.
Otra de las indicaciones -estas fueron públicas, nada privadas- de no permitir el peregrinar de unidades por el zócalo de la ciudad. Esto está contemplado en el Reglamento de Tránsito, que “al igual bicicletas como motocicletas, no podrán invadir sitios de recreación o de interés común; principalmente donde transitan niños”.
Tal parece que al secretario general de gobierno, Felipe Téllez de  Jesús, “le crecieron los enanos”: más ambulantes, más cantinas, tiendas de abrratos con venta de cerveza

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