Participa el diputado Sebastián de la Rosa en foro estatal del PRD

El PRD debe volver a sus orígenes, de lucha a favor del pueblo y contra las injusticias
Chilpancingo, Gro., a 24 de noviembre del 2012- En el marco del Foro Estatal para el Análisis y Debate rumbo al Congreso Nacional del Partido de la Revolución Democrática, que se desarrolla en la ciudad de Chilpancingo los días 24 y 25 de este mes, el diputado federal Sebastián de la Rosa presentó su ponencia intitulada “El partido que necesitamos construir para México”, donde habla del urgente cambio de orientación que requiere el PRD para poder enfrentar el regreso del sistema priísta.
Acusó que el sistema político-económico mexicano, creado durante décadas de gobiernos priístas y continuado por dos sexenios del PAN, no han logrado más que estancar la economía, provocando una terrible desigualdad social que limita el desarrollo pleno de la sociedad.

“Tenemos dos Méxicos, el del norte y del sur; el primero favorecido por la acción del gobierno hacia los grandes monopolios agroindustriales, generador de la riqueza de unos cuántos; y el del sur, olvidado de la acción del gobierno, generador de la pobreza y la marginación de millones de mexicanos, donde se padece pobreza alimentaria, nutricional, de salud, educación, empleo, vestido, vivienda, y se vive mucha inseguridad”, apuntó el legislador.
Agregó que la alternancia política del 2000, cuando el PAN obtuvo la presidencia de la república, no creó las condiciones para una verdadera transición democrática; “al contrario, propició la regresión y hoy existe una alianza estratégica entre el PRI y el PAN en el Congreso de la Unión para impulsar las llamadas reformas estructurales”.
Indicó que estos dos aspectos, el retorno del PRI al gobierno de la República y su alianza política con el PAN, significan la criminalización del movimiento social y el sometimiento de la clase trabajadora. “Para ello han iniciado con dos reformas que consideran estratégicas, la laboral, que precariza la calidad de vida y las condiciones laborales de los mexicanos, y la de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que recrudece la centralización del ejercicio del poder en dos secretarías del gobierno federal”, apuntó.
El papel del PRD
En su balance sobre lo que la izquierda mexicana y sus partidos --“el PRD como la fuerza más grande”--, han logrado, dijo que gobiernan parte del centro y todo el sureste mexicano, destacando en tres periodos consecutivos, el distrito federal, y que es notorio crecimiento en varias entidades federativas del norte.

Reconoció que entre los errores del partido, está el haber caído en la dinámica de culpar de “nuestras derrotas” sólo a los factores provocados por ese sistema, sin revisar nuestra práctica cotidiana en dos aspectos, “por un lado, está el papel que juegan nuestros gobiernos y los representantes populares; por el otro, nuestras pugnas internas permanentes”.
Hizo su propia definición de la izquierda, “la que, con su acción, combate todo tipo de desigualdades para erradicarlas; reconoce, respeta y amplía los derechos humanos; en la toma de decisiones, se respeta el derecho de las mayorías y minorías, donde las minorías no son sometidas, sino incluidas”.
Consideró necesario hacer ver con claridad a la ciudadanía, cuál es la diferencia entre el gobernar de la izquierda y el de la derecha. “Nuestro reto debe ser que la gente perciba que es mejor un gobierno de izquierda”, señaló.
“Es indispensable hacer un alto y revisar nuestra práctica; si la lucha es terminar con las desigualdades sociales, la injusticia, la discriminación y el deterioro de los valores sociales y éticos que han contribuido a generar violencia, delincuencia, corrupción, abuso del poder y la barbarie que impera en hechos cada vez más frecuentes de la vida cotidiana, entonces hagamos el compromiso de cambiar, entonces empecemos por respetar nuestros procedimientos internos”, acotó.
Regreso a los ideales
Hagamos del PRD un verdadero partido que luche por una sociedad de igualdades en el acceso a todos los derechos constitucionales y humanos, de igualdades en la aplicación de las leyes y las normas jurídicas, de igualdades en el acceso a las oportunidades, en el ejercicio de nuestras libertades y de igualdades para acceder a una vida de bienestar y prosperidad, libre de violencia.
Hagamos del PRD un partido comprometido para terminar con las enormes desigualdades económicas y sociales, luchar contra la pobreza en que viven millones de mexicanas y mexicanos, porque no somos un partido clasista, si no un partido que representa el conjunto de la sociedad mexicana en su sentido más amplio de pluralidad y diversidad.
Lo que necesitamos es una revisión seria de la práctica política del partido, vista ésta como la práctica individual de quienes integramos al PRD, devolverle al partido la mística de lucha para convertirlo en un partido que sea capaz de retomar y encabezar la lucha de las colonias populares por los servicios públicos, el desarrollo del campo, atención a los grupos vulnerables, la verdadera educación laica, pública y gratuita, la libertad de expresión, la defensa de los derechos humanos, la justicia, la igualdad y la democracia; bajo una premisa fundamental: no pretendamos que lo hagan sólo las siglas del Partido de la Revolución Democrática, el partido somos nosotros, compañeras y compañeros, hagámoslo nosotros; cuando cambiemos nosotros, cambiará el partido; un partido en el que sus dirigentes no busquen los espacios sólo para resolver sus intereses personales; sino para  rescatar la ética política en el trabajo cotidiano, la solidaridad y la fraternidad; así como la tolerancia para escuchar, oír y entender la discrepancia.
Necesitamos un partido renovado, que rescate los principios fundamentales de la Izquierda y la lucha de clases, pero  sin dogmatismos ideológicos; al contrario,  que sea incluyente, amplio, y plural; que integre a todas las izquierdas, los demócratas y progresistas, a las organizaciones sociales de todos los sectores de la sociedad, que concite por su práctica la participación de los intelectuales, de los artistas, a los jóvenes y las mujeres, a los obreros y todos los sectores sociales que aspiran y luchan por cambio social para mejorar sus condiciones de vida.
Partido frente o partido único, es lo menos importante, es la conducta y proceder cotidiano de quienes lo integramos lo que determina el resultado de los logros partidarios en la búsqueda de la transformación a la que aspiramos, ajustemos la línea política, sí; ajustemos nuestra estructura organizativa también, pero cambiemos nosotros para alcanzar nuestra aspiración de cambiar este sistema que somete a la sociedad al interés de unos cuántos.
Abramos las puertas del partido para que todos los ciudadanos que quieran afiliarse, puedan hacerlo sin tanto trámite ni requisitos, cuidando que no sean personajes vinculados a la represión de los movimientos sociales, a la corrupción y al crimen organizado; hagamos de este partido un partido de la sociedad mexicana.
Fraternalmente
SEBASTIAN ALFONSO DE LA ROSA PELAEZ.

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