MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo 
*** El tener, hacer y ser de Ayotzinapa

Los normalistas de la escuela Rural de Ayotzinapa buscan deslindarse de los hechos ocurridos la trágica mañana del 12 de diciembre del año pasado. No quieren que se les criminalice y mucho menos que se les atribuya el irresponsable incendio de la gasolinera que trajo como consecuencia la muerte de Gonzalo Rivas Cámara. Ante esa postura, la pregunta es: ¿Quieren entonces que se les aplauda y se les reconozca por tomar las calles, sitiar una gran parte de la capital del estado, violar flagrantemente el derecho de libre tránsito, secuestrar autobuses, entre otros actos vandálicos?
Así es. ¿De qué sirve que los normalistas hayan acudido al Congreso Local, para aparentar que desean cambiar la estrategia, simulando una disposición al dialogo, si a las afueras del recinto legislativo se volvió a impedir el libre tránsito? No existe nada de congruencia entre el tener, hacer y ser de los alumnos de Ayotzinapa.

Una cosa es que TENGAN la etiqueta de normalistas porque están inscritos en esa institución educativa, y otra muy distinta que HAGAN acciones alejadas del objetivo de una persona que aspira a SER un ejemplo de maestro, con la noble intención, de ser motor de desarrollo en las áreas rurales de una entidad, que necesita de líderes que promuevan el verdadero progreso.    
Si, pueden ostentarse como normalistas porque su inscripción los respalda, nada más que sus acciones, o sea el HACER, nos ha dejado en claro que SON unos analfabetas emocionales, vándalos y hasta posibles conejillos de indias de quien sabe quién. Porque en el fondo del asunto, se aprecia que hay interesados en que la susodicha normal viva en el pasado y con una ideología que francamente da pena ajena.
Los llamados héroes tuvieron una sabia virtud: saber adaptarse a las condiciones de su tiempo y hacer algo realmente valioso para ser colocados en la esfera en donde ahora se encuentran. Los de hoy, ya no son tiempos de una filosofía que solamente los románticos se niegan a enterrar. ¿Cuánto tiempo tiene que la Unión Soviética cambió con la llamada perestroika? ¿Cuándo cayó el muro de Berlín? ¿Desde cuándo los chinos se abrieron a la comercialización y permitieron que hasta los Mc Donals llegaran a su territorio?
Es cierto, se necesita trabajar para liberar por completo al pueblo. Y ellos precisamente debieran asumir parte de la tarea. Podrían, si quisieran, impulsar el desarrollo desde las comunidades, para crear una nueva conciencia de la gente con base en la productividad, para ir erradicando las prácticas paternalistas del gobierno. En lugar de tomar las calles, mejor tomar clases de cómo mejorar la producción en los campos y el aprovechamiento responsable e integral de los recursos naturales.    
En cambio, hoy HACEN acciones que nos indican que SON todo, menos futuros maestros y guías de los pueblos de Guerrero. Desde esa perspectiva, es muy complicado que se les deje de etiquetar y hasta señalar como presuntos responsables de la muerte del ex trabajador de la Gasolinera, Gonzalo Rivas Cámara.
Es más, hasta hoy, que se cumple un año del lamentable y reprobable acontecimiento, ni siquiera han aceptado parte de la responsabilidad en los hechos, como si eso de andar bloqueando vías de comunicación fuese un deporte o actividad lícita en nuestro país.
Los normalistas piden que no se les criminalice. Están en todo su derecho. Sin embargo, hasta donde yo sé, quien dentro de su HACER, secuestra autobuses, bloquea calles, avenidas y carreteras, comete actos al margen de la ley, y por lo tanto ES: un delincuente. No es casual que en los sondeos de opinión, la inmensa mayoría de los capitalinos pida el cierre de la normal de Ayotzinapa. Esa es la cuestión.