PECATA MINUTA

Por Rogelio Gómez Mejía
Reaparece la sombra del crimen

“El fin del terrorismo no es solamente matar ciegamente, sino lanzar un mensaje para desestabilizar al enemigo”(o al pueblo).
Umberto Eco. (Escritor Italiano)
Todavía no se seca la sangre de los 70 mil muertos que dejó marcado el funesto sexenio del impredecible Felipe Calderón Hinojosa, ni está resarcido el dolor de los familiares de 70 mil desaparecidos (9 mil “oficialmente”), consecuencia de la macabra “guerra”, particularmente contra el narcotráfico, en evidente sumisión a los confusos planes estratégicos de los Estados Unidos.
encubiertos por la aparente preocupación de luchar contra el flagelo que envenena a viciosos o no de su país y, tras una sospechosa tregua en la transición presidencial, sorpresivamente reapareció desatado el nefasto crimen con sus masacres a diestra y siniestra por medio país, como un reto al gobierno de Enrique Peña Nieto, o una respuesta a la política “gatopardiana” de seguridad anunciada que ningún viso tiene de efectividad. 
Como en los terribles pasajes que amagaron a la población durante el tétrico sexenio Calderonista, presuntuoso de garantizar la seguridad de la ciudadanía a fuerza de balaceras y persecuciones de las fuerzas armadas y policías federales acusados las más de las veces de agresores, así como la fantasmal aparición de numerosos grupos fuertemente armados y equipados con vehículos blindados, corte indudable de “escuadrones de la muerte” que pusieron a la población del país en virtual estado de sitio, muestra indefinible de la incompetencia y nulidad de organizaciones policíacas e instituciones castrenses para un combate eficaz contra grupos criminales magnificados que pudieron ser dominados inteligentemente en su momento., Nuevamente aparecen los asesinatos masivos sin móvil explicable y las ejecuciones sin causa determinada ensangrentando otra vez al país.
A sólo un mes del cambio de poderes en el gobierno federal, Enrique Peña Nieto y su renovado gabinete con planes policíacos de repetida factura, el crimen de cualquier índole toma ventaja y da cuenta de la comisión de más de 324 asesinatos, aunque el periódico Reforma contabiliza 755 y otros medios apuntan unos 1500 abatidos en diversas masacres de grupos criminales o en nuevos enfrentamientos con fuerzas militares, pero en la última semana se contabilizaron 49 muertos en condiciones calcadas de pasados hechos, como en Ixhuatlán del Café en Orizaba, donde el ejército acribilló a cuatro vecinos del lugar porque creyeron que iban a rescatar de una funeraria el cadáver de Ángel Enrique Uscanga Marcos “el pokemón” y en Río Grande, Zacatecas, la milicia se trenzó a balazos con un presunto grupo de delincuentes, donde abatieron a 12 personas y dos soldados resultaron heridos para fallecer posteriormente en el hospital, en tanto elementos de la Marina bloquearon las carreteras hasta Fresnillo en previsión de cualquier contra ataque por la aprehensión de 18 sujetos detenidos con armas, municiones y vehículos, entre ellos 12 menores de edad y una mujer con un recién nacido, así como en Chihuahua se registraron 5 muertos que viajaban en 3 camionetas rumbo a Guachochi, y a unos 20 kilómetros fue victimado a balazos Luis Rey Olivas afuera de su propiedad junto con un niño de 13 años, además de otras 7 personas en Ascención, Guadalupe y Calvo, Ciudad Jiménez y Ciudad Juárez, para rematar con dos taxistas abatidos en Tlapa, Guerrero, 5 en Torreón y uno en Santa Catarina, N. L., sin mayor razonamiento que su estadístico registro, pero al parecer justificante del proceder de la renuncia de los únicos 6 policías de San José de Gracia, Michoacán, ante la previa amenaza de un grupo criminal no identificado por la generalizada nulidad de la pretendida seguridad nacional que nada parece poder hacer para evitar que poblaciones enteras, como las de El Platanal de los Ontiveros donde un grupo armado inidentificable atacó a los avecindados y mato a 9 jornaleros irracionalmente acelerando así el desplazamiento de entre 25 y 30 mil habitantes de las comunidades de la Cieneguilla, El Tiro, Zaragoza, Aguacaliente, El Zapote, y de Culiacán también huyeron del municipio de La Concordia sus habitantes, así como otros desplazados de La Laguna a Puerto de las Ollas, de Acapulco a Zihuatanejo y también de Ciudad Altamirano en Guerrero donde el terror se ha impuesto.
BALA PERDIDA
Ante el tétrico panorama que asola a la ciudadanía en varios puntos del país, la política sobre seguridad prevista por el presidente designado Enrique Peña Nieto y los cambios en su gabinete al concentrar en la Secretaría de Gobernación a cargo de Miguel Ángel Osorio Chong,             con sus planes de una policía nacional que más parece un cambio de membrete, todo el poder policíaco, y mantener el ejército en las calles, e indicios de continuar el equivocado camino de su antecesor, no parece la mejor solución para acabar con la aterradora criminalidad que atemoriza a la población y la mantiene ayuna de saber como actúan impunemente convoys de vehículos blindados, donde cargan gasolina, cual es su registro, como obtienen sus armas, etc, etc,…No deberían primero aplicar la ley e investigar debidamente los hechos y actuar con inteligencia para capturar a los criminales???...Hay muchas preguntas y muy pocas respuestas!!!

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