MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** Lázaro Mazón; el inquilino incomodo

El concepto de administración lo señala de manera clara. Su objetivo es el de alcanzar la excelente coordinación de los diferentes recursos para lograr la máxima eficacia. Al final de cuentas, es la eficacia la medida para precisar si se es un buen líder dentro de una administración. Y el modo para alcanzarla es sencillamente haciendo que todo trabaje de manera coordinada. Lo que nunca ha sucedido en la secretaría de salud de Guerrero, desde que asumió la titularidad Lázaro Mazón Alonso.
Así es. Las técnicas y reglas de la administración refieren de manera clara, que un excelente administrador no es aquél que únicamente se preocupa por los resultados, sino que entiende perfectamente que el proceso es lo que marca la diferencia. Una cuestión simple, el establecimiento de metas nunca fue claro desde la llegada de Lázaro Mazón. Y no lo fue, porque al margen del desastre que le heredó la pasada administración, desde su arribo predominó la entrega de espacios y cargos a los allegados, en lugar de verificar si estos reunían las características para mejorar las cosas. La prueba que desnuda sus verdaderos intereses, es que desde ahí se promovieron a militantes perredistas para competir en las elecciones pasadas.
Su falta de tacto y visión, hay que decirlo, ha propiciado un bajo nivel de coordinación al seno de la Secretaría, lo que va en detrimento de la atención que se otorga a la población en general. Esto, evidentemente, lo marca como un pésimo administrador y hasta en un riesgo de imagen para el gobierno del estado, hoy en manos del Gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Lázaro Mazón, en lo político, es un habitante incomodo dentro del gobierno Aguirrista. Su pertenencia al Grupo de Andrés Manuel López Obrador lo convierte en un apestado. Porque en aras de cristalizar una excelente relación con el gobierno federal, el mandatario Guerrerense no se puede dar el lujo de permitir que desde dentro de su propio gobierno se manden señales contrarias.  
Independientemente de eso, Lázaro Mazón ha dejado en claro que no está a la altura de las circunstancias. Se le fueron las patas con aquello de estar dispuesto a someter los recursos de la secretaría a una auditoría ciudadana. Ya que no solamente evidenció su fingimiento de demencia ante el marco legal existente, sino que mostró su desmedido interés por generar problemas al interior del gobierno Aguirrista, y concretamente en la secretaría que hoy tiene a cargo, y en la que por el contrario, se supone debiera trabajar por alcanzar la excelente coordinación.    
La reglas de la administración son muy claras en el sentido de que no es creando conflictos o problemas como se habrá de generar la máxima eficacia. Es por eso, que hoy, el titular de salud en Guerrero se ha convertido en un obstáculo para los sanos objetivos que tiene esa dependencia. Su permanencia en ese lugar no tiene mucho sentido. En el corto plazo, eso le puede acarrear mayores problemas al Gobernador Ángel Aguirre, quien ya tiene suficientes con los causados por la inseguridad y la violencia.
Si hoy se habla de que el Mandatario Estatal le apuesta a que éste año sea el de la consolidación de su gobierno, la vista se debe girar hacia la secretaría de salud, en donde parece necesaria la remoción de un Lázaro Mazón, quien no ha mostrado capacidad para alcanzar los niveles adecuados de coordinación, con la finalidad de lograr una mayor eficacia. Esa es la cuestión.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario