Disfraza Peña Nieto el crimen con retórica florida
“A algunos hombres los disfraces no los disfrazan, sino los revelan”. Gilberto Keint Chesterton. 1874-1936 Escritor británico. En el confuso presente del panorama nacional, no queda la menor duda que la prioridad en el país, lejos de los grandes proyectos y prometedores programas de grandes realizaciones sembradas en el fuero interno de nuestra confundida población, continúa imponiéndose la necesidad de resolver la seguridad de los sectores menos favorecidos de la sociedad que todos los días del nuevo gobierno federal siguen viviendo bajo el signo del terror impuesto por la delincuencia de todos los signos que, salvo el extraño paréntesis ocurrido al final de la campaña presidencial y al principio del mandato de Enrique Peña Nieto
, tras una tregua no anunciada, las bandas criminales, grupos de delincuentes organizados o no, escuadrones de la muerte y fantasmales paramilitares se desataron ensangrentando regiones en todo el territorio, principalmente en los estados del norte, en Veracruz, Michoacán y en Guerrero, calificados como enfrentamientos entre adversario o con militares y policías, aunque también azotaron políticos, empresarios e instituciones de seguridad que, estadísticamente, ya registran más de tres mil muertos en tres meses de gobierno de Enrique Peña Nieto.
Es cierto que el presidente Peña Nieto ha planteado propósitos colaterales para combatir toda la delincuencia existente en el país, con una estrategia ajena a la malhadada “guerra” desatada por Felipe Calderón Hinojosa que sólo ensangrentó y aterrorizó más a muchas poblaciones del país con un saldo fatal de unos 120 mil muertos y 70 mil desaparecidos, muchos de estos civiles e inocentes que la historia juzgará, pero aún cuando no se puede negar la atinada idea de hacer participar a las secretarías encargadas del desarrollo social, educación, comunicaciones y hacienda en un plan concertado para apoyar la seguridad ciudadana, independientemente de los cambios en la participación de las fuerzas armadas y una pretendida coordinación de las policías estatales y municipales con una ambicionada gendarmería nacional., lo cierto es que a la fecha ninguno de estas acciones se ha iniciado formalmente.
En tanto las estadística del terror impactadas por el hampa y la delincuencia han dejado rastros fatales de sus ataques que, debido a la impunidad con que operan han provocado que comunidades enteras de las regiones más lastimadas por la sanguinaria perversidad de despiadados sicarios, se estén organizando con policías comunitarios de sus pueblos, sobre todo en Michoacán y Guerrero, a pesar de los gobiernos que no han atinado a resolver la sorprendente acción de los fatigados vecinos que están haciendo valer en sus alejados municipios este recurso de auténticos defensores de la seguridad en sus comunidades ante la incompetencia de sus autoridades y del gobierno que no garantizan su responsabilidad para enfrentar la delincuencia que los encuentran indefensos cuando los atacan.
Por otra parte los continuos asaltos y masacres del hampa han dejado huellas de barbarie terrorista, reveladoras de acciones desestabilizadoras que obligan a entidades como el periódico Zócalo de Saltillo a publicar la decisión de no informar nada relacionado con el narcotráfico por las amenazas de muerte contra el director del diario, Francisco Juaristi Santos en varios municipios, después de que en 2006 “desaparecieron” al reportero Rafael Ortiz Martínez en Monclova, y en 2010 “levantaron” y encontraron después ejecutado en Saltillo a Valentín Valdez Espinoza, sin que el gobernador del estado, Rubén Moreira Valdez hiciera comentario alguno al respecto, igual que el gobernador de Chihuahua, César Duarte Jaques respecto a la muerte inexplicable de Víctor Javier Campos de “El Diario” de Ciudad Juárez, o los 14 atentados contra la alcaldesa de Escobedo, N. L., Clara Luz Flores Carrales quien durante su administración aseguro no ceder sus acciones contra los delincuentes, o los ataques contra la alcaldesa de Gómez Palacio, Durango, Rocío Rebollo Mendoza, tiroteada en su domicilio e incendiados tres de sus negocios madereros, quien reaccionó, no se sabe si irónicamente agradeciendo al gobernador Jorge Herrera, a los Generales, el Cisen y la Federación por las atenciones que le han prestado.
Todo lo anterior y los 30 muertos registrados en Chihuahua y Sonora estos días, las fosas clandestinas encontradas, así como la serie de cadáveres encontrados en Rosales, Cuauhtémoc, Parras, Culiacán, Toluca y Zacatecas, rematados con los prácticos levantamientos armados de miles de campesinos y jornaleros de Michoacán y Guerrero con la inclusión de detenciones por parte de los militares contra los policías comunitarios y la retención de éstos de militares de la 43 Zona Militar, no dejan de despertar inquietudes en círculos intelectuales y organizaciones de analistas políticos sobre la no muy remota teoría de que tantas agresiones obedezcan a una muy refinada conspiración de grupos de poder internacional en avanzada conjura con fines intervencionistas para desestabilizar al país. Pues no se pude concebir, aunque es muy posible que la ineficacia de las policía sea y haya sido el talón de Aquiles de estos gobiernos neoliberales que ni con los 545 mil policías municipales, estatales y federales y 212 mil elementos del ejército, unos 60 mil marinos con 470 generales y millón y medio de conscriptos no acuartelados son capaces de organizarse para garantizar la seguridad en el país…Lástima.
BALA PERDIDA
En una ejemplar reacción de los olvidados poblados de los estados menos favorecidos del país, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, líderes como Abundio Marcos Prado de la “Nación Purépecha” preciso que la reunión de las autoridades con representantes de 25 comunidades integrantes del sistema de autodefensa de los pueblos, constitucionalmente es válida y no pretende retar al gobierno federal, ni a enfrentar la delincuencia, sino únicamente defender sus bienes y sus familias con la pretensión de formar “un 4º. órden de gobierno”…No que no se puede?
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