MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** No frenar el tren de los cambios en educación

La escuela es un magnífico lugar para que el ser humano reciba un complemento ideal para su formación integral. De ahí la importancia de que las instituciones educativas se conviertan en verdaderos templos del saber, con maestros de real vocación de servicio, y firme convicción de que su trabajo es pieza fundamental de los cimientos de mejores seres humanos. Por eso, las condiciones de pobreza y marginación obligan a fortalecer al sector educativo, y por ende, elevar la calidad de los maestros.
Un proceso de transformación en nuestro país, y concretamente en estados pobres, como lo es Guerrero, no solamente es una necesidad, sino algo imperativo. Negarse a ese proceso de cambio, es apostar al rezago. Pedir que las cosas se sigan haciendo por usos y costumbres es condenar a las nuevas generaciones a la mediocridad y a la miseria.
Así es. Coincido con quienes piensan y sostienen que la educación lógico-matemática solamente constituye el 20 por ciento de la formación de una persona. La educación en ese sentido debe ser integral. El elevado coeficiente intelectual no es suficiente para lograr el éxito en la vida. Hace falta alimentar con mayor fuerza, los otros cuatro tipos de educación: Espiritual, Emocional, Física y Financiera. Para eso se necesitan maestros y padres de familia que sumen esfuerzos en la edificación de niños y adolescentes con mayor calidad humana.
Mucho se ha dicho y escrito que la mejor medicina para impulsar el desarrollo es invertir en la educación, porque evidentemente, la ignorancia tiene un precio más elevado y las consecuencias son fatales. Y en estados pobres, en donde los niveles educativos están calificados como bajos, es imperativo, que por lo menos, los maestros cumplan con los días que marca el calendario de clases y con los programas establecidos. 
A sabiendas de todo esto, es realmente sorprendente que los miembros de la CETEG aún persistan en un movimiento que no aporta nada a favor de la educación y mucho menos a la vida productiva de Guerrero. Y más desafortunado, que exista la posibilidad de que no se reinicien las clases el próximo lunes en las escuelas donde tienen presencia. Es una verdadera lástima que ostenten el gafete de maestros, cuando el verdadero maestro, Jesucristo, dejo un legado y una cátedra, sobre lo valioso que son las nuevas generaciones: “Dejad que los niños vengan a mí”, tal como se lee en el capítulo 19, versículo 14 del Evangelio de San Mateo. Una clara muestra de que tener en el olvido a los pequeños, es un acto sumamente lamentable.
Las condiciones de Guerrero son para ir a un proceso de reforma. Los usos y costumbres que se han aplicado y que desearían los Cetegistas que sigan aplicándose, han resultado un fracaso, puesto que así lo refleja el ranking del desarrollo educativo, en el que la entidad se ubica en el lugar 31. Por eso, el Congreso del Estado no podía votar a favor de una reforma que le apostaba a mantener las cosas como están. Bien se dice en el formulario del éxito: “¿Cómo quieres resultados diferentes, si siempre haces lo mismo?”
Mejorar el sector educativo, y más aún, con quienes tienen en sus manos convertir a las escuelas en verdaderos templos del saber, es algo imperativo. Por eso hace bien el Gobernador Ángel Aguirre Rivero y los diputados locales en no ceder ante los caprichos de una minoría de maestros, que siempre se oponen a todo y su aporte es realmente escaso. El tren del cambio no se debe de frenar.
ANOTACIONES:
ALEJANDRO ARCOS EN CARRIZAL DE LA VÍA: El diputado local, Alejandro Arcos Catalán, estuvo recientemente con los habitantes de la comunidad de Carrizal de la Vía, en donde participó de la fiesta tradicional del pueblo. Días antes, ya había estado ahí, para dar el banderazo de inicio de los trabajos del tramo carretero que unirá a la localidad con la zona arqueológica de Tehuacalco. Muy bien, que el joven legislador se encuentre trabajando a favor de las comunidades de Chilpancingo. Esa es la cuestión.

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