LAS HUELLAS DE LA VIDA

Por  Raúl Roman
La tradición y la magia musical de la costa

¡Ayyyyy! No te quiteees los calzoneees porque la jaiba te va a mordeeer, te va a mordeeer, te va a mordeerrrrr … la jaiba te va a mordeeerrr! ¡Es un honor reseñar el caudal artístico-musical y poético que ha distinguido a la hermosa Costa Grande! pues contiene una majestuosa y enriquecida tradición cultural que sus hombres, mujeres y agrupaciones artísticas han magnificado desde finales del siglo XIX y hasta la última centuria de nuestra era, a través de sus composiciones, arreglos e interpretaciones musicales y poéticas, que han colmado de orgullo a todos los costeños guerrerenses.
 Con el corazón en la mano, se irán citando algunos lugares, fechas, conformaciones grupales, anécdotas de sus protagonistas y promotores artísticos, pues su riqueza cultural ha trascendido las fronteras estatales y se han proyectados a planos interpretativos crecientemente siderales.
 De entrada y a la luz de los investigadores que comanda el maestro Juan Sánchez Andraca y su órgano cultural, se cita la siguiente vivencia en Atoyac y nos dicen queeee…
 Una vez que la salud de don Margarito se encontraba quebrantada y por disposición médica tiene que buscar un clima más benigno para su tranquilidad, recibe la bondad y el hospedaje de don Rafael Flores en tierras atoyaquenses y que aquél, en agradecida correspondencia, inicia en las artes musicales a sus hijos Rafael y Arturo, que a su vez agradecen la distinción.
 Es menester aclarar que nuestro maestro protagonista era un filarmónico que  había impartido su cátedra en el Conservatorio Nacional de Música y portando grandes dotes para la composición y la dirección de bandas musicales, por lo que el fondo académico y artístico se hallaba garantizado en bien de los moradores del sur.
 Y como la música siempre estará acompañada por los grandes e inolvidables amores, don Margarito pronto despertó el sentimiento de una bella dama llamada Brígida Muñiz, por lo que tuvo los motivos de inspiración mágica para abrir un abanico de grandes composiciones de románticas piezas musicales, como: “Junto al Río”, “Raquel”, “El Primer Beso”, “Carmela”, “Psiquis Arrollador”, “Ternura”, “Dulce”, entre otras no menos importantes.
 Este relato es un pequeño pasaje del enorme caudal artístico que tienen los moradores llaneros del Pacífico sur, adonde se pueden enlistar satisfactoriamente sus músicos como: Alfonso Barrientos, el violinista Francisco Castillo, las dotes en el bandolón de Ángel Reyes, Feliciano Gómez, José Guzmán, Manuel Téllez, Juan Fierro Armenta, Alfonso Lévaro, Miguel Hernández, Faustino Bello Padilla, Eligio Laurel y Gonzalo.
 El 5 de mayo de 1890 se forma y se presenta la primera banda del pueblo, sobre el viejo y clásico kiosko pueblerino de madera, teniendo como director musical a don Antonio Tenorio y siendo Presidente Municipal Inés Mariscal, que había donado amablemente, los instrumentos musicales.
 El 16 de septiembre de 1910, cumpliendo el centenario del inicio de la lucha independentista, una nueva banda audiciona en el centro atoyaquense, cuya organización dura dos años en funciones, pues la “bola” revolucionaria entraba a la Costa Grande.
 Entre sus telones, el Profesor Rafael B. Flores organiza algunas tertulias con su grupo de músicos y, durante la revolución, el compositor Arturo Flores Quintana muestra sus habilidades de forma destacada, a la vez que sirve militarmente a las filas mariscalistas, como pagador de la tropa.
En los denominados “años locos” llegó la Banda del 39º Batallón de Infantería, coordinada por el Coronel Edmundo Sánchez Cano, en el año de 1928, mientras “La Orquesta Jazz” alegraba a los atoyaquenses en las noches estrelladas, con ritmos de jazz, blues y foxtrot.
 En su tiempo cronológico, según Enrique Ríos, también amenizaron las fiestas grupos como “Los Originales” de Corral Falso, con Daniel Hernández, Zenón y Juanito Abarca, Otoniel Reyes y Baltazar Pano, con interpretaciones como “El Despalape”, “La Roncona” y “Faro, Farolito”. Y en El Ticuí tocaron “Los Brillantes” con gran éxito comunitario. 
En la hora dulce del recuerdo quedan los conjuntos como “La Rebelión” y “Los Kumber´s”, con Humberto Mendiola padre e hijo.
¡KOOOOOOOOOPAAAAAANIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!    Los Hermanos “Chino” de Espinalillo La cultura popular siempre ha sido un signo distintivo en cada una de las poblaciones mexicanas, sobre todo las que viven sobre las costas, pues surgen agrupaciones y organizaciones musicales, poéticas, pictóricas, escénicas y de escultura de arena, entre otras, con el sello de la casa, pues se ensalzan las costumbres regionales con su lenguaje picaresco y de doble sentido, se expresan artísticamente las narraciones que recuerdan nuestras costumbres y tradiciones.
 En este sentido, en la población de Espinalillo se realiza un debut musical en 1890 por medio de don Víctor Solís “El Chino”, junto a sus hijos José, Carlos y Lencho, a quienes se les conocía con el apodo de “Los Chinos”, por su ascendencia de padre oriental y madre mexicana, cuyos descendientes tenían marcados rasgos corporales del papá.
 “Los Hermanos Chinos” cincelaron grandes épocas musicales que llenaron de orgullo, música y alegría a su tierra nativa.
 Para 1915 llegan a la agrupación Daniel Diego Solís, Feliciano Sánchez, Víctor Toralva y Nieves Mejía Solís, todos eran músicos líricos pero con una gran sensibilidad musical.
 En una segunda generación se van sumando otros exponentes artísticos con carácter de filarmónicos, como es el caso de Govén Flores Quintana, quien en un afán de cultivar las mejores virtudes y destrezas de sus compañeros, los inicia en la lectura, escritura e interpretación de música sobre papel pautado, cuyos pentagramas pronto fueron llenados con nuevas notas y letras cantadas, que dieron luz a las fiestas costeñas de manera majestuosa y hermosa.
 Corría el año de 1930 cuando el grupo pasa por una renovación generacional y arriban felizmente los hermanos Leocadio “El Niño Chino” y Eustolio Diego Solís, Apolinar Godoy R., Fidel Benítez, Elías Salas y Ethel Diego Guzmán, cuya gran virtud en la composición, arreglo y proyección musical hace que la manifestación artística de “Los Chinos” se vuelva más excelsa, pues aporta infinidad de nuevas composiciones musicales, sentidas piezas románticas y un nuevo sello de expresión cultural.
 Mientras el grupo se renovaba también nuevos elementos sustituían a sus antecesores finados, con el pesar de su muerte pero con el orgullo de haber sido un músico de “Los Hermanos Chinos”.
 En los años 50´s, Ethel se convierte en su director artístico, y para el tiempo que se escribe esta nota, “Los Hermanos Chinos” suman su vida musical por 123 años de alegrar los corazones de sus paisanos, de Guerrero y de México.  Y por ahí nos vamos hasta llegar connnn… “Koyuca 2000”que desembocan en… “Fiesta 85” De Neftalí y Fili Méndez, Federico Chabelas, Roque… con Nubes Negras, Queta, La Piragua, Tu Maldad, Cuando me quieras tener, Osito de Felpa.
De manera por demás destacada, también encumbraron el prestigio coyuquense, los grupos musicales como: Arnold´s y su pandilla, Mike y su Corazón y Éxodo.
En su complemento regional, en Tecpan y en el recuerdo de la voz popular, se evocan músicos líricos que ambientaban las fiestas locales con las armonías de sus guitarras, violines y arpas, hasta que organizadas musicalmente fueron apareciendo las orquestas de Pedro Bello, “Los Villegas” y “Los Hermanos Orbe” de Nayo Orbe, que ambientaron y tocaron en las grandes veladas tecpanecas, en que su sociedad se regocijó con su música alegre y bullanguera.
Los Yonic´s  ¡Y quitándonos el sombrero, como un acto de devoción, nos remitimos a rendir un homenaje a uno de los grupos más vibrantes de nuestra región costanera!
¡Desde el firmamento artístico guerrerenseeee! ¡Y tocando con los dedos el cielo costeñooooo! ¡Quedan con ustedes el grupo máaaas romántico de México… Loooos Yóooonic`sssss!
Que son originarios de San Luis San Pedro, adonde empezaron a tocar música pop tropical y baladas, de acuerdo a la época de su aparición y vocación costeña; más tarde se trasladaron al puerto de Acapulco donde cincelan su carrera de manera profesional. Fue tanto su labor musical que se vuelven muy populares en México y entre los paisanos del otro lado del Río Bravo, sobre todo en las ciudades como Los Ángeles, San José, Phoenix, Arizona y El Paso.
 Han trascendido de forma grupal y orgullosa, pues sus canciones unieron noviazgos, matrimonios y amores escondidos inolvidables, y con su canto romántico han recorrido gran parte de la geografía americana, principalmente en los estados americanos adonde predomina la presencia y estadía mexicana, cuyos integrantes han sido exitosos bajo el liderazgo indiscutible de Johnny Ayvar, la voz melodiosa de José Manuel Zamacona que acompaña con su guitarra a Mountain Martin, Óscar Pérez, Eduardo Rincón, Vicente Martínez, René Guzmán, Tomás Campos, Bruno Ayvar padre e hijo y Santy Moreno, que juntos complementan la instrumentación y armonización de esta mágica agrupación musical.
 Los Yonic’s combinan la música tropical con baladas suaves, cadenciosas y rítmicas, adonde incluyen sus grandes éxitos como: “Soy Yo”, “Palabras Tristes”, “Así te quiero yo”, “Te amo” y “Rosas Blancas”, entre otras decenas de cancioneeees.
¡Enhoraaaabueeenaaaaa! Mención especial es para…LOS KARKIK´S “Se menea, se menea, se menea la cadera,  se menea, se menea, se menea la cadera  la cadera se menea, se menea, se menea la cadera se menea, se menea, se menea”... Que se hallan organizados con Juan Carlos Vicencio Ramírez, “El Kike”, como su director, productor e intérprete primero, Edilberto Martínez Jiménez, Alejandro Gómez Zamora, Felipe Pino Ocampo, Francisco Ramírez Ramírez, Gerardo Iglesias Maldonado, Alejandro Mendiola Rosas, Severino Galindo Torres y Eder Bustos Villanueva. Con sus exitazos como “Arremángala, Arrempújala”, “El Cajete ´el Ojo”, “Caminando y Meando”, “Se Menea, Se Menea, Se Menea”, “La Jaiba Mordelona” y “Barriga de Cuche” entre las más pedidas.  
 Este grupo musical ha sido la sensación del momento, a principios del siglo XXI, que alegra las fiestas bullangueras y charangueras de alto voltaje, en toda la costa mexicana.
Queda en el recuerdo grato las presentaciones de los grupos: “El Eslabón Perdido”, “La Leyenda”, “La Ley”, Impacto” de Rodrigo Hernández, “Los Estudiantes”, “Tordillo Salvaje”, “Los Juniors” y “Los Hermanos Salas” de San Jeronimito… aunque no precisamente en este orden de aparición.
 Pero hacemos un pequeño paréntesis temporal para enaltecer la presencia del grupo: “La Fuerza Verde”, cuyos integrantes eran todos militares, pues pertenecían a nuestro heroico Ejército Mexicano, destacamentado en tierras petatlecas y, que en completo contraste, mientras casi todos los grupos modernistas portaban el pelo entre más largo mejor, los milites tenían que hacer sus presentaciones con la cabellera debidamente recortada, a su estilo y disciplina… ¡agüita de cocoooo!
Y así sigue esta historia con los demás músicos que en estos momentos están en boga, como “El Grupo Petate”, y “Los Chevys“ que comandan de manera magistral nuestros grandes amigoooos del almaaa Wilberrrrrr y Clemennnnnte Echeverríiiia, con una gran herencia musicaaaaaaallllllllllllllllll que les proveen su papá y sus tíos, de trascendente cepa artística. ¡Si pues, corazóooon!
En el área zihuatanejense, la tradición musical ha sembrado sus reales con gran éxito comunitario y musical, adonde se destacaron y siguen sobresaliendo  grupos connotados como Marcopi 20, “Los Super-Olímpicos”, “La Moto-sierra de Guerrero”, Los Bambis, “Super-Zihua”, Los Master´s, Apache Musical, “Pepe Maciel y sus Delfines” y Los Porteños, de los supermusicalazooooos: ¡Alfonsooo y Armandooo Becerra!...
 En la música, las expresiones son de orden común y a través de trovadores populares y organizados en diferentes agrupaciones que interpretan con diversos estilos y géneros musicales los temas regionales, norteños, modernos, tradicionales y costumbristas de nuestra tierra, donde se exaltan los valores del suelo de nacimiento, de sus paisajes, de su gente bella y bravía, así como de las andanzas y anécdotas netamente guerrerenses, sin dejar atrás las expresiones locales, regionales, nacionales e internacionales que recorren el mundo, destacando comunitariamente las interpretaciones magistrales de Ezequiel “Cheque” Cisneros, Macario Luviano,  Alfonso y Armando Becerra de incomparable talento, Juanello, Kopani, Los Zanjoneros de San Jerónimo, José Luis Cobo, Leti y Antonio Castro, los Romanceros del Balsas, Baltazar Pano, Benjamín Pimentel, Mario Miranda padre e hijo, cuya banda estudiantil de la secundaria hizo una época de esplendor… Miguel Quimiro, que funda y difunde las rondallas “Costeña” y “Zihuátlan”… Raymundo Lara, Irvin Cabañas Radilla mi compadre querido… Sergio Elpidio Martínez, Edgar Jared Flores Cobo, Roberto Pérez “El Triste”, Juanito “Zihua”, Julio Vargas, Bulmaro Sánchez, Alejandro y su hija Paloma Jiménez, Aikiki, los mariachis Los Torcazos con su estrella Francisco Mendoza y haciendo una mención especial, pues Rodrigo Chona ha sido una as de oros para el ambiente costeño… y disculpando las omisiones, se reconoce y se destaca a uno de los grandes canta-autores, promotor y director artístico de origen zihuatanejense que ha dado brillo a nuestra tierra: ¡Mario Cortés Pineda! que pasa a ser uno de los grandes artistas consagrados en esta tierra de costa, que ha empeñado su capacidad y peculio en pos de la cultura de nuestro puerto y sus alrededores, más un sinnúmero de talentosos y orgullosos productores, intérpretes, directores y organizaciones musicales que llevan en sus manos los eventos musicales de la tierra azuetense. ¡Vivaaaaa la múuusicaaaaaa y los grupos musicales de La Costa Grande de Guerrero!

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