MEMORÁNDUM

Por  Gerardo Ruano Cástulo
*** Aspiraba Roberto Torres a unidad de PRI en 2015

He visto en la red social, Facebook, en las últimas horas, muchas manifestaciones de la pena y dolor que ha causado el deceso de un excelente ser humano: Roberto Torres Aguirre. Su hoja de servicio habla de grandes logros en el terreno político, pero sin duda, siempre será recordado por su sencillez, humildad y magnifico trato con la gente. Un hombre que vivió comprometido con su causa, y por esa razón, son demasiados los militantes en el PRI que lo veían como un maestro.
Así es. Para quienes tuvimos la oportunidad de conocerle en vida, sabemos la calidad de persona que fue Roberto Torres Aguirre. Un gran amigo, que siempre estuvo dispuesto a dialogar con los medios. Su posición estratégica dentro del PRI, como representante ante los órganos electorales, lo ubicó, no solamente como un militante que conocía los documentos de su partido y las leyes electorales, sino como un priísta que traía bien puesta la camiseta.
El hecho de que por largos años haya defendido los intereses del PRI, es una señal clara de que en ese Instituto Político le reconocían su calidad, capacidad y disponibilidad al trabajo. En virtud de ello, y su aporte en ese terreno, un buen número de militantes de su partido le llamaban maestro. En congruencia con su contribución valiosa, fue promovido como sindico, alcalde sustituto de Chilpancingo, diputado local y de nueva cuenta sindico, cargo que venía desempeñando actualmente.
En los cargos públicos que ocupó se distinguió por su trabajo institucional, apostándole al tejido de acuerdos y al desarrollo. Se distinguió por entablar magnificas relaciones con militantes de otros partidos políticos, en virtud, de que fue un convencido de que por encima de las diferencias políticas, se podían construir amistades, y en el trabajo, lo principal era el interés de la gente.
Para quienes le tratamos, sabemos de aquél pasaje, cuando el hoy diputado local, Héctor Astudillo Flores, después de haber ganado la alcaldía capitalina, lo invitara para integrarse al gabinete municipal, lo único que Roberto Torres habría pedido al futuro alcalde, era que no hubiese confrontación con el Gobernador Zeferino Torreblanca, porque ante tantas necesidades que existen en Chilpancingo, lo que menos aporta es la existencia de pleitos entre políticos. Su apuesta institucional, fue a favor del dialogo y el tejido de acuerdos, a efecto de buscar que más apoyos llegaran a la capital del estado, y que en ese sentido, se lograra la suma del gobernador y presidente municipal en la misma ruta.
Antes de que el cáncer lo golpeara más fuerte, tuve la gran oportunidad de sostener una charla con él. Me habló de su padecimiento y lo hizo con una actitud fuerte y positiva. Explicó los tratamientos que le estaban aplicando y que él estaba en la dinámica de seguir dando siempre lo mejor de sí. En el caso de su trabajo como síndico, al ser identificado como Astudillista, me habría manifestado que su labor en el Ayuntamiento estaba enfocada a servir a la gente y sumarse en los proyectos institucionales impulsados por el alcalde Mario Moreno Arcos. Una postura y actitud constructiva en todo momento.
El tema del 2015, no quedo marginado de aquella mesa. Aspiraba a la unidad del PRI para esa fecha. Quería ser colaborador de ese proceso de reconstrucción de los tejidos del partido tricolor. Uno de sus deseos, era poder servir de puente entre dos personajes políticos que podrían jugar un papel importante en la sucesión gubernamental: el diputado Héctor Astudillo Flores y el alcalde Mario Moreno Arcos. Sin duda, una visión muy clara de lo que necesita su partido.
Hoy hablamos de su deceso. Se nos adelantó un gran amigo y ser humano. El PRI ha perdido uno de sus más grandes activos de los últimos años. Vaya para su familia nuestro más sentido pésame. Y como algún día, todos iremos al mismo viaje, solamente decir a nuestro amigo Roberto Torres, en cualquier momento nos reencontramos. Esa es la cuestión.

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