PECATA MINUTA

Por  Rogelio Gómez Mejía
Pemex: espejismo  irresistible

“La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a si mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano” Friedrich Nietzsche. 1944-1900. Filosofo Alemán.
Desde cualquier punto de vista que se le quiera ver, Pemex, el petróleo más bien, desde tiempos inmemoriales ha sido causa de conflictos entre naciones por la codicia insaciable de los poderosos que dominan con sus inmensos recursos países que pareciera para su desgracia, tienen paradójicamente esta riqueza en sus suelos que representa un contrasentido como sabiamente lo advirtió Ramón López Velarde en su sublime poema “Suave Patria”; “El niño Dios te escrituró un establo, y los veneros del petróleo el diablo”.
Aunque nosotros quisiéramos saber porque demonios desde principios del singlo XX los “gringos” y otros no han cejado en su inaceptable intención de arrebatarnos nuestra riqueza a sabiendas de los riesgos que implica cualquier intentona de despojarnos del derecho a explotar lo nuestro y que por los años 30 quedo plenamente demostrado con la valiente decisión del general Lázaro Cárdenas del Río que hizo valer el principio inalienable suscrito en nuestra Constitución, que a la ficha rige y que  los felones presidentes, Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón intentaron sin éxito abrirles la oportunidad de infiltrarse por rendijas legaloides para carcomer de alguna forma la producción nacional y que ahora Enrique Peña Nieto y casi toda la privilegiada clase política se aprestan a continuar con ese nefasto propósito, argumentado como siempre en enredada retórica el avance económico que se lograría al modernizar la empresa con la inversión de capitales, decididamente del extranjero y extrañamente sin mencionar por ejemplo la posibilidad de participaciones de la oligarquía mexicana donde nada más entre ese mundo de multimillonarios, destaca el magnate más rico del mundo, Carlitos Slim.
Tal vez las reservas de los capitalistas mexicanos tenga mucho que ver con la reciente advertencia de los estudiosos del ramo Flavio Ruíz Alarcón, consejero profesional independiente de Pemex y Carlos Huerta Durán quien lo asiste, en el sentido concreto que la pretendida reforma legislativa de Peña Nieto de no cambiar la ecuación fiscal con la modificación del régimen impositivo de Pemex no hace posible el plan del “Pacto por México” que sin estas condiciones resulta una falacia pues actualmente la carga financiera que padece triplica las aplicadas a las empresas más grandes del país que cotizan en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), pues Pemex paga el valor de 107 litros de los 159 de cada barril que produce por derechos y aprovechamientos y en esas condiciones ninguna empresa podría sostenerse.
Para ejemplarizar indicaron que la carga fiscal que se aplican al petróleo en Venezuela es 67.4 por ciento; en Noruega es del 19 por ciento; en Colombia del 34.11 por ciento, en cambio Pemex Exploración y Producción (PEP) soporta una carga fiscal de más del 90 por ciento superior a los impuestos de American Móvil, Walmart y Femsa que cotizan 33.5, 29.5 y 23.1 por ciento, lo que nos da una idea del arbitrario manejo de los impuestos que exigen de verdad una reforma fiscal, auténtico  reto para el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso quien adelanta sin precisar, la reforma al régimen fiscal del sector energético con miras de abrir Pemex a la inversión extranjera y apura tener presente modificar la aplicación del IVA a alimentos y medicinas llorando por la falta de recursos del gobierno sin tocar para nada las diferencias tributarias insuficientes del sector empresarial siempre favorecido.
Lo extraño de todo esto es el empeño del gobierno de Enrique Peña Nieto y la francamente amenazadora disponibilidad de los discriminantes conspiradores partidos del “pacto por México”, PRI, claro, PAN para sacar provecho y la fracción oportunista del PRD para abrir la inversión del extranjero en la debilitada empresa a sabiendas que tendrían que modificar el régimen fiscal que actualmente lacera a Pemex o sospechosamente, porque este propósito y oscura negociación conlleve el enriquecimiento que sería incalculable de los que faciliten tal desvarío, pues según los cálculos de los expertos estarían en juego más de un billón 647 mil millones de pesos al año, de los que la población no sabemos a ciencia cierta a donde se destinan y de los que la privilegiada y monopólica clase política no ha dicho ni media palabra.
BAJO PALABRA
Desgraciadamente en este, nuestro hermoso país el manejo político de los gobiernos regularmente ha dado muestras de favorecer al sector empresarial, disimulando y a veces de plano ignorando a la población, como a los campesinos de San Pablito, Tultepec del estado de México que acudieron al Tribunal Unitario Agrario (TUA) para demandar a la privilegiada empresa española “Obracón-Huarte-Laín (OHL) que en contubernio con el parapeto del “Sistema de Autopistas, Aeropuertos y Servicios Conexos, del Estado de México” se apoderaron de 30 hectáreas de su ejido arbitrariamente que ahora tres años después tendrán que pagar gracias al TUA, si no el gobierno de Peña Nieto, ni en el mundo los hubiera hecho.

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