PECATA MINUTA

Por  Rogelio Gómez Mejía
Mancera, enredado en la inseguridad capitalina

“Algunos llaman razonamiento a encontrar argumentos para seguir con lo que creen”
Anónimo.
Atrapado por casos, no por aislados menos graves, el ahora flamante jefe de gobierno, Miguel Ángel Mancera por la obtención del 60 por ciento de la votación electoral, parece no atinar a resolver satisfactoriamente como antes no lo fue, en los destacados hechos en que intervino como procurador de justicia capitalino del secuestro y asesinato del joven Fernando Martí, igual que el de la empresaria Yolanda Ceballos Coppel, y más escandalosamente con las víctimas del Cerro de la Estrella disque fantasiosamente sacrificadas por una jauría de perros que sostuvo hasta la desvergüenza, ahora parece más confundido al enfrentar con todo su nuevo equipo de procurador y secretario de Seguridad Pública
el violento choque de un grupito de agitadores profesionales con un fuerte comando policiaco que a una orden tras la fílmica arremetida de esos vándalos, se lanzaron contra la multitud de manifestantes por el aniversario del “halconazo” del 10 de junio de 1971, para detener arbitraria y agresivamente a 27 estudiantes y civiles, que redujeron en rápida filtración a 22, para finalmente sólo consignar a 7 personas sujetas a fianzas para obtener su libertad por las endebles imputaciones de ataques a la paz pública, ultrajes a la autoridad y lesiones que por cierto en menor número se registraron entre uniformados y disidentes.
Ahora que es más grave su total falta de congruencia para manejar con atingencia la complejo “desaparición” de 12 jóvenes que , públicamente quedaron en 11, los “levantados” por un fantasmal comando de sujetos, que unos testigos vieron uniformados y armados en un “operativo” anunciado y quirúrgicamente operado para subirlos sin violencia a dos camionetas negras la mañana del 26 de mayo sin presencia alguna de un policía de los más de 300 asignados a la vigilancia de la zona rosa y menos en la calle Lancaster, ni cerca del antro de vicio “after” el “Heaven” para perderse en el éter hasta la fecha, y que el secretario de Seguridad Pública capitalina, Jesús Rodríguez Almeida transitorio ex-procurador citadino y a quien lo suplió en el cargo, Rodolfo Ríos Garza, vieron con todo y varios confusos videos de los hechos a un grupo de “pandilleros” ya reconocidos, pero no identificados (?) que se llevaron a “los levantados” en varios vehículos particulares para hacer “oficial” la versión de que se trato de la acción de otros delincuentes rivales a los que ya investigan como parte de los mafiosos que disputan el control del narcomenudeo en las mil 700 “tienditas” que operan principalmente en las colonias Morelos, Guerrero, Doctores, Buenos Aires, Tacuba, Tacubaya y Culhuacán de las delegaciones Cuahutémoc, Iztapalapa, Gustavo A. Madero, Coyoacán, Tlalpan y Álvaro Obregón.
Estas fueron perfectamente ubicadas desde tiempos policiales de Joel Ortega Cuevas y Manuel Mondragón y Kalb, ahora Comisionado Nacional de Seguridad Pública quien les dejó a sus sucesores el diagnóstico y lista de los puntos de venta, creadores entonces de una “novedosa” Fiscalía especializada contra el narcomenudeo con 200 Ministerios Públicos y policías egresados de la academia para actuar como civiles infiltrados al puro estilo del “negro” Durazo con su DIPS, para atrapar a esos delincuentes en flagrancia, pero que no sólo poco han podido hacer para abatir las más de 5 mil 800 denuncias del mini tráfico, sino que por reacciones violentas como la ejecución de cuatro gimnastas en Tepito y el secuestro masivo citado, parece haber provocado otra guerra de pandillas por el dominio de sus territorios.
Finalmente los enredos de las autoridades capitalinas no aclaran ninguno de los conflictos de aquejan a una ciudadanía a la expectativa de sucesos que amenazan al antes relativamente tranquilo Distrito Federal, destacadamente por frivolidad con que se han enfrentado estos conflictos donde cuando menos 12 vidas están expuestas a un destino incierto, y la seguridad capitalina parece estar en las irresponsables manos de autoridades carentes de responsabilidad que sí afectan con el manipuleo de argumentos infundados la credibilidad de la sociedad para salir airosos de conflictos que exigen soluciones políticas de gobernantes capaces.   
B ALA PERDIDA
Y todavía así, aunque tenga toda la razón del mundo, el atolondrado jefe de gobierno echa su cuarto a espadas para demandar dentro de la reforma electoral programada por la Federación, discutir la reforma política de la capital del país, por definición jurídica para fijar la relación con la república a decretar el Estado de Anáhuac que bien podría ser quizá, la única formalidad real de darle identidad a un Distrito Federal siempre sometido, con toda la responsabilidad que esto representa para una chilangoladia acostumbrada a colgarse de lo que resuelva la suprema presidencia del país.

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