LA RUEDA DE LA FORTUNA

Por Alfredo Sarabia
Los bloqueos, legítimos en lo social

Los bloqueos de carretera, últimamente se han multiplicado. Así, estos se han llevado a cabo, en la mayoría de las siete regiones del estado de Guerrero, y hasta el momento no se sabe de algún detenido por esas acciones, legítimas para los que hacen esto, e ilegales para el Gobierno, pero, repito, no ha habido ningún apresado por la policia, tanto federal, como estatal, que en todo caso, solo han servido para intimidar a los inconformes, si acaso, y a derrochar dinero de nuestros impuestos, como ocurrió en Chilpancingo, cuando los 4 mil policías federales que enviaron desde el Distrito Federal a apaciguar a los maestros de la CETEG en su accionar contra la Reforma Educativa, y que estos se fueron sin pagar la cuenta de hospedaje en el Hotel en que se albergaron en aquellos momentos de tensión.
El movimiento de la CETEG fue en abril y parte de mayo,, convertido “al calor” de la lucha en movimimiento popular, sirvió de alguna manera, en detonante para que los bloqueos de carreteras, fueran utilizados por doquier por pobladores y por la policía ciudadana, como una valiosa herramienta de presión hacia las autoridades del ámbito estatal y federal, principalmente, por que se cree que del estado y de la Federación, pueden  y deben solucionar los problemas planteados.
Sin embargo, los bloqueos a carreteras han causado malestar en los viajeros que tienen el infortunio de enfrentar esos movimientos, y peor aún, resulta cuando se traslada urgentemente a un enfermo, y se tiene que encarar la dureza y rigidez del accionar, crazo error sin duda de parte de los que han llevado la batuta en esos menesteres.
Sin embargo, toda esta situación embarazosa, muy criticada por muchos,  no se podría explicar, sin “la cerrazón” del gobierno para dar una respuesta favorable a los inconformes.
De nuevo se enjuicia erróneamente los efectos que ocasionan este tipo de cosas, mientras que las causas de todo el “relajo”, permanecen inalterables, inamovibles, cuando debería ser todo lo contrario: Ver las causas del problema en toda su dimensión, y después ver el o los efectos que este pudiera traer, en otras palabras, crearse un posible escenario de lo planteado, hacer un analisis profundo de la situación para evitar llegar a los extremod, tanto para la población que se traslada, como para el gobierno. Sin embargo, ello no ocurre así, con los graves daños que esto “acarrea” a la ciudadanía viajante.
Todos los bloqueos realizados hasta hoy día, tienen su importancia, ello no tiene discusión, pero hay que destacar los   tres últimos que se han observado: El de Tecpan, perpetrado sobre la carretera federal Acapulco – Zihuatanejo, con duración de más de dos días (en dos ocasiones, y en ambos, protagonizados por diversos actores ciudadanos).
El de Xaltianguis, municipio de Acapulco, bloqueo realizado por la mencionada población sobre la carretera federal México – Acapulco. Hay que decir, que este bloqueo demostró que cuando un pueblo se une, no hay fuerza suficiente capaz de contenerlo, y precisamente ocurrió un escenario que de hecho no se observa: Policías federales huyendo despavoridos de la gente que con piedras y más, lograron tal hazaña. Hasta les pagaron 47 mil pesos por los robos que estos gendarmes federales, habían hecho al momento de que  habían acudido al poblado de marras a ejecutar órdenes de aprehensión, según el decir de  los uniformados.
Y el más reciente, el bloqueo de la carretera Iguala – Cd. Altamirano, a la altura de Arcelia.
Todos ellos denotan, guste o no, las injusticias y atropellos que reciben y recienten ciudadanos de apie, pero ya empezaron a despertar y a no de dejarse de las tropelías gubernamentales……HASTA  LA PRÓXIMA.

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