MEMORÁNDUM

Por Gerardo Ruano Cástulo
*** La losa que carga Manuel Añorve

Con una losa sobre su espalda, el diputado federal, Manuel Añorve Baños, parece soñar nuevamente con buscar la gubernatura. No se trata solamente de las diferencias que ya trae con el hijo del ex gobernador Rubén Figueroa Alcocer, sino de una cadena de yerros que lo ubica como un personaje demasiado vulnerable.  Así es. Las diferencias que ha tenido y sigue teniendo el ex alcalde de Acapulco, con el diputado local, Rubén Figueroa Smutny, son un punto que ya trae en su contra. De entrada, porque eso significa que gran parte de aquellos que le ayudaron en 2010, para que asumiera la candidatura por la gubernatura, hoy no lo ven como un político rentable en la ruta del 2015.
Y no lo ven así, por la losa que trae en la espalda el perdedor de las elecciones de 2011. Pero sobre todo, porque saben que no tiene las relaciones con el equipo cercano del presidente del país, Enrique Peña Nieto.
La cadena de errores de Manuel Añorve se remonta al momento cuando decidió dar la espalda a los acapulqueños para buscar ser candidato a Gobernador. Todo el esfuerzo que había invertido para que el PRI recuperara el puerto de Acapulco, lo tiró a la basura a la vuelta de la esquina. Por su ambición, no solamente llevó al partido tricolor a la debacle, sino a que también se perdiera la credibilidad hacia un proyecto que prometió un Acapulco de Diez.
Producto de ese gran yerro, se vino como consecuencia, la derrota del PRI en el puerto. Los Acapulqueños pagaron los platos rotos por la ambición de Manuel Añorve, quien se olvidó de gobernar y entregar resultados, abandonando la alcaldía para ir a una aventura política, cuyo saldo ya todos conocemos.
Los ciudadanos del puerto le cobraron al PRI los yerros de su ex alcalde. En las elecciones de 2012, le retiraron la confianza al partido tricolor, para darle la oportunidad al Movimiento Ciudadano, que dicho sea de paso, con un alcalde, como Luis Walton Aburto, no acaba tampoco por convencer.
El fracaso del hoy diputado federal no solamente se reduce a su derrota por la gubernatura en 2011. Se le debe sumar, la caída del PRI en Acapulco, en donde él, precisamente él, es el principal responsable de la debacle. No olvidar, que los graves problemas financieros que vive el ayuntamiento porteño, en buena parte se le abonan a la gris gestión de Manuel Añorve.
Después de todo eso, se dio tiempo para seguir con su cadena de pecados. Uno en particular refleja lo que para él significa el poder. Haber llevado a su esposa al Congreso del Estado, no representa únicamente que sea un buen negociador, Sino que en el fondo, con el poder en la mano, ya se sabe que antes de servir a los demás, lo primero que le interesa es proteger sus intereses. Lejos de convertirse en una fortaleza, el haber ungido a su señora como diputada local, se convierte en muchas toneladas de peso para la loza que trae cargando en sus espaldas.
Con éstos antecedentes, resulta sorprendente que se diga que buscaría ser de nuevo candidato a la gubernatura. Su deteriorada imagen y el daño que le ha hecho al PRI están a la vista de todos. Tan solo en la capital del estado, producto de los más recientes sondeos, hemos encontrado que más del 72 por ciento de los encuestados, lo vieron como un político de mala imagen. Solamente el 10 por ciento lo vio bien, y el resto decidió no opinar.
Con un rechazo de ese tamaño, ¿Qué futuro tiene? Vaya que está cargando una losa muy pesada. Esa es la cuestión.

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