Atoyac de Álvarez, Gro, a 03 de noviembre de 2013.- El Arzobispo de Acapulco Carlos Garfeas Merlos, celebró una misa de acción de gracias, en la comunidad de la Pintada, en conmemoración de los fieles difuntos, donde oró por el eterno descanso de las familias que murieron sepultadas al derrumbarse un cerro sobre sus viviendas el pasado 16 de septiembre dejando un saldo de 85 víctimas, y por todas las víctimas de las tormentas “Ingrid” y “Manuel” que causaron devastación en varios municipios del estado de Guerrero y del país.
El presidente municipal Ediberto Tabarez Cisneros, estuvo en la comunidad en compañía del Jerarca Católico, para ofrecer su apoyo moral a los dolientes, se encuentran militares de la 27 zona militares apoyando en el rescate de los cuerpos sepultados en toneladas de lodo, aplicando el Plan DN3.
Asistieron también, el síndico procurador Isaías Eduardo Gómez Osuna, los regidores María de los Ángeles Salomón Galeana, Leonor Bello Ríos, Omero Barrera Gallardo, y en representación del gobierno federal, el delegado de la secretaría de desarrollo agrario, territorial y urbano (SEDATU) Héctor Vicario Castrejón e integrantes de las brigadas de los Topos Azteca.
Así como pobladores de las comunidades circunvecinas de Río Verde, la Soledad, San Vicente de Benítez y de Jesús, Paraíso, entre otras.
El acto religioso fue la tarde del sábado, en el centro de la comunidad a un costado del kiosco, donde, fue colocado un altar con las tradicionales flores de cempasúchil con fotografías de los fallecidos y una fotografía panorámica de la Pintada. En los alrededores quedaron las toneladas de lodo, restos de vehículos, viviendas destruidas, como huellas de esta tragedia que enlutó no solo al pueblo de Atoyac, sino a todo el país.
Durante la homilía, el arzobispo interactuó con los familiares a quienes, pidió recordar siempre a sus seres queridos y pidió al sacerdote Salvador Salmerón dar a conocer la relación de las personas que murieron durante estos acontecimientos.
Así mismo, unas 55 personas que son atendidas en los diferentes albergues en la ciudad de Atoyac, fueron trasladadas en un vehículo oficial del ejército mexicano a la comunidad para presenciar la ceremonia y recordar a sus difuntos, ellos se quedarían en el alberge que se construye, en la comunidad pero apenas llevaba el 30 por ciento e avance.
En su mensaje, el Arzobispo, destacó la importancia de acompañar a los deudos en este día de los fieles difuntos “por la circunstancia que vivieron, por el derrumbe de este cerro que estamos contemplando, por la muerte de los hermanos que quedaron sepultados, por el dolor, la tristeza por la sorpresa y experiencia impactante de los que vivieron en este espacio que fue sepultado por el derrumbe”.
Precisó que la reubicación del pueblo de la Pintada y la búsqueda de mejores condiciones de vida para los habitantes, es la herencia de aquellos que murieron reunidos en el templo orando por la paz “eso debe llenarnos de fortaleza y esperanza y podemos ir transformando lo que nos resulta inexplicable”.
Dijo que este hecho causado por este fenómeno natural fue conocido en muchos lugares de México y el mundo y ha sido experimentado “porque no es una manera ordinaria de morir y que un pueblo se impacte”.
Reconoció la solidaridad de las organizaciones, instituciones, autoridades que han estado al pendiente de la comunidad para crear condiciones de acompañamiento de atención humana y psicosocial.
Al término de la misa, el presidente municipal Ediberto Tabarez Cisneros y el delegado de SEDATU Hector Vicario, dialogaron con los habitantes para ultimar detalles sobre la construcción del albergue en la comunidad, donde vivirán de manera temporal las familias sobrevivientes, el cual quedará listo en esta semana.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario