De Adicto a ADICTO

Por Ernesto Salayandía García
La Vida te da Sorpresas
De la gloria al infierno
Hay ignorancia de sobra en lo que respecta a la enfermedad de las emociones y a los síntomas, conceptos equivocados respecto a lo que es el alcoholismo y la drogadicción, yo sufrí mis propias consecuencias por desconocer la complejidad de mi enfermedad y dar mi opinión sin fundamentos, mantener mi negación a pesar de sufrir y de tocar severos fondos, como el haberme hundido más abajo que el sótano, haberlo perdido todo, de entrada, perderme a mí mismo, cuando en realidad lo tenía todo como éxito, dinero, fama
, credibilidad, personalidad y el poder que te da la radio, yo producía un noticiario en red estatal, La Voz de Chihuahua, con un alto nivel de audiencia y popularidad, periodísticamente le ganábamos la noticia a todos los medios, nos llevábamos la nota de 8 columnas a cada momento y manejábamos todos los géneros, trascendíamos en el diario acontecer y la casta política hacia fila, antesala para estar al aire conmigo, por desgracia, el alcohol y las drogas fueron más fuertes que yo y perdí mi oportunidad, me corrieron por irresponsable.
El otro sabor de la noticia
Hoy, tengo un gran éxito en lo que hago, tengo 11 libros terminados y estoy por publicar mi colección completa de 9 títulos enfocados a lo que es mi enfermedad emocional, escribo, semana a semana mi columna De Adicto a ADICTO, que se publica en más de 115 periódicos impresos de Canadá, Estados Unidos, América Latina y prácticamente en toda la República Mexicana, soy instructor capacitador generando excelentes resultados en las personas que toman mis talleres; como periodista, me he especializado en las emociones y como adicto en recuperación, trabajo día con día intensamente en mi superación personal, doy servicio, con mi propia experiencia a parejas, matrimonios en conflicto, a niños y jóvenes ingobernables, a adictos y a toda persona que lo solicite, tengo el triunfo en mis manos, como lo tuve con mi programa de radio, con la gran diferencia de que me he levantado de los escombros, he salido del túnel y he encontrado la luz en el camino, comprendiendo que fue necesario todo mi sufrimiento y mi vida incongruente, para gozar de la vida, como la gozo el día de hoy.
El hubiera no existe
Un día, me escribió la hermana de alguien, pidiendo ayuda para su hermano, quien estaba atrapado en el alcoholismo, diario se empinaba dos o tres caguamas, negado con una firme resistencia al cambio; me mandó a freír espárragos, un poco más allá que la casa de la tía de las muchachas, no quería ayuda y me platicó que tenía su carro en el corralón, que tenía infraccionada su licencia de manejar y que prefería perder dos horas diarias en el camión urbano que asistir a las juntas de Alcohólicos Anónimos que Vialidad le había indicado, el pobre hombre murió de cirrosis hepática, un par de meses me lo topé en una tienda y me dio las gracias por uno de mis libros que le había regalado, vi el sello de la enfermedad del hígado en sus ojos, la esclerótica de sus ojos, completamente  amarilla ceniza, volví a invitarlo a platicar y sonriendo con una cerveza en la mano, me dijo.- Si he de morir, voy a saber de qué.- El individuo murió, dejando una serie de mentiras respecto a mi persona, le dijo a su hermana, que nunca lo atendí, que fui déspota y que era más fácil ver al Papa Francisco que a mí, sé, que si éste hombre, hubiera ido con los Alcohólicos Anónimos, su vida estaría a salvo, igual en mi caso, si yo hubiera pedido ayuda a tiempo, aún tendría mi programa en la radio y estaría marcando la pauta en el mundo de las noticias, pero esta enfermedad es cruel, no perdona ni distingue a nadie.
¿Dónde están las llaves, como llegué, quien me trajo, que hice anoche?
La enfermedad no distingue edad, ni sexo, ni posición social o nivel intelectual, agarra a todo el mundo por parejo, ahora como que está de moda, hay muchas mujeres borrachas, drogadictas y soberbias, bien decía mi abuela, si en un hombre se ve mal, en las mujeres peor, hay, mucho chavito, borracho y drogadicto y a donde vayas están las bombas de tiempo, las amenazas reales para tus hijos. – ¿Por qué mi hija es una borracha?.- La respuesta no está en mí, sino en el ejemplo de vida que le dieron sus padres. No hay cosa más triste que ver las lágrimas de una madre, sentir la impotencia por qué su hijo, su hija, está atrapada en la adicción, ver la enfermedad en todo su esplendor, los problemas de comunicación, la soberbia, los insultos, los chantajes emocionales, las actitudes nefastas, propias de los adictos, solo quien carga el muerto, sabe lo que pesa y convivir con un adicto, es vivir en el ojo del huracán, con el Jesús en la boca, no se sabe a qué horas se va a reventar, ni cómo va a reaccionar, hay que tratarlo con pincitas para que el ingrato no se vaya a resentir, lejos de que es muy incómodo, es un alto riesgo vivir con uno o más adictos. –Un adicto es un cáncer social.- Una manifestación muy clara cuando tienes el problema es la pérdida de memoria, no te acuerdas que hiciste anoche.
La escuela emocional, el cuento de nunca acabar
Hay quienes llevan 30 años o más, soportando al borracho del marido, los insultos, las humillaciones, golpes emocionales y a veces físicos y han pasado tantos años, que la enfermedad se vuelve una rutina, pero ese hogar disfuncional, esa pareja dispareja deja un saldo de dolor para los hijos que resienten todo, hijos que se enferman emocionalmente, debido a ese matrimonio enfermizo que heredó el mal y de ahí vienen hijos neuróticos, mal agradecidos, maniaco depresivos, celosos, miedosos, adictos, alcohólicos, irresponsables, perezosos, víctimas de los trastornos alimenticios, bulimia, anorexia, obesidad, por ello, surgen de esa relación  destructiva, y los hijos son conflictivos, inadaptados y les cuesta trabajo socializar, por supuesto que habrán de repetir patrones de conducta y superaran a sus maestros. Hijos de padres divorciados, sin duda, divorciados, re casados, re divorciados, una, dos y más veces. Lo que bien se aprende, jamás se olvida… Lo que hace la mano…. Esta enfermedad emocional, es neurótica, tiene que ver con  los egos, la ansiedad y los temperamentos, es, por demás cruel y se manifiesta silenciosamente en todo tipo de adicciones. Adicciones a las relaciones destructivas, al juego, a las personas, se llama codependencia, adicciones al Internet o a los aparatos electrónicos, a la depresión, al sufrir por todo y por nada, adictos a los refrescos, a los dulces, por supuesto, adictos a las sustancias toxicas, a las drogas naturales, al alcohol, cigarro, al sexo, se es adicto, cuando no puedes controlar tus adicciones.
Rara y compleja enfermedad perversa del alma
Mi libro, Ayer y Hoy, Volver a Empezar, habla de mi enfermedad emocional, de los fondos que toqué y de las pérdidas que la droga me robó, contiene 68 artículos muy buenos y de gran ayuda para quien tiene el problema en casa, para quien quiera dar el blindaje y proteger a sus hijos de la enfermedad y para quien quiera trabajar su recuperación, es mi propia experiencia la que transmito y no hay satisfacción más grande para alguien que escribe un libro, que el ser leído. Yo no podía comprender lo complejo que es mi enfermedad y ahora sé, que aquel que tiene la información, tiene el poder de decisión, si tengo la información de lo que es mi enfermedad, podré enfrentarme a ella, mientras me seguirá golpeando severamente. No es solo alcohol y drogas, es más que eso, hay enfermos de ansiedad, llenos de miedos, acomplejados, endebles, débiles, raros, apartados, distantes; mi enfermedad, tiene que ver con la neurosis, el temperamento en sus 4 definiciones: colérico,  melancólico, flemático y sanguíneo, igual, las mentiras que no cantan mal las rancheras en esta enfermedad, como la pereza, el conformismo, el hostigamiento, el meterme siempre en lo que no me importa en estar insatisfecho, viviendo la gran indiferencia hacia los demás, soy el de la comunicación cerrada, sin olvidar las depresiones, el corto impulso, la angustia, el nerviosismo, y las actitudes infantiloides, porque no se pedir las cosas, hago berrinches cuando no se me complace, se distingue el vació espiritual que tengo, soy hipersensible y es una enfermedad incurable, progresiva y mortal, es, mi enfermedad, una enfermedad perversa del alma. No lo olvides, una sonrisa por dentro y otra por fuer

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