El cuadro del PRI que quieren los ciudadanos

Por Federico Nogueda Berdeja
“El PRI en Guerrero trabaja en 3 ejes, Unidad, reestructuración y alianzas ciudadanas”
En Atoyac la tierra de las raíces de los Nogueda, el sábado pasado se dio un hecho muy interesante en el homenaje del desaparecido luchador social Rosendo Radilla Pacheco, de acuerdo a la nota de un diario de circulación estatal después de las entrevistas a los asistentes se concluye en reconocer que “Mejoró la legislación en derechos humanos”, esto se traduce que la batalla sigue, pero que se cuenta con una figura del Estado Mexicano por los motivos que sean estar dispuesta a cooperar.

Los derechos que se crearon a través de la gestación dela nación hoy Estado como figura rectora, fueron impulsados  por los ciudadanos que al final también son parte del estado ya que este ente se compone por territorio-población-gobierno, así que todo lo que pase en su interior no es nada de casualidad, todo obedecerá al comportamiento de ambas figuras, lo recomendable es que todas se movieran de acuerdo a la prosperidad de todos, en este año del 2014 parece que comienza ese chispazo de coordinación, el gobierno federal  ya dio el primer paso en el caso de Michoacán.
En esa misma expresión, pasa con los partidos políticos esa vieja lucha entre militancia-dirigencia según sea el caso municipal, estatal o federal, los planes de ambos los desaparta con frecuencia, solo en ciertas épocas han coincidido, el caso especial ha sido el del PRI, que durante setenta y tantos años logró una unidad casi eterna, pero que al final dirigencia-militancia ya no pudieron entenderse para dar paso a una alternancia en el poder ejecutivo federal a un partido del PAN que solo pudo sostenerse 12 años.
En recorridos que he tenido la oportunidad de realizar por las regiones de nuestro estado, me evoque a realizar una serie de muestreos a los ciudadanos especialmente personajes que simpaticen con el Partido Revolucionario Institucional PRI, y uno que otro sin partido, especialmente preguntamos sobre su opinión de cómo les gustaría que fuera su candidato a la gubernatura por el PRI, en la mayoría de sus respuestas coinciden que  sea sencillo es decir que actué tan normal ya no tan protagonista, lenguaje sencillo, que tenga origen lo que diríamos identidad, que tenga arraigo positivo, que no ande de partido en partido, lejos de escándalos, que cumpla sus promesas es decir que tenga palabra.
Así también que sea más transparente lo que se traduciría sin tanto cuestionamiento público, que se identifique con su militancia, que no traiga siempre una barrera, que no divida, que no sea tan corrupto,  eso en lo general fue lo que más pedían loe entrevistados; quizás alguien pueda decir que no es posible y quizás tenga razón, siempre y cuando sigan con ese cuadro político que ya está grabado en el inconsciente de la población, y cuando de sorpresa ven a un personaje que reúne esos requisitos, no se la creen pero los hay y muchos, pero se está tan acostumbrado a lo mismo de siempre que parece imposible, pero los hay.
Datos de la historia nos relatan que el político de la pos-revolución que creo el sistema político mexicano en 1929 al nacer el PRI y las propias instituciones se caracterizaba por ser más honesto, más cerca de lo que hoy diríamos la demanda popular, aunque por ahí uno que otro escapaba pero eran contados con dedos, ese político tenía más arraigado sus valores civiles y de partido, pero ese político ya no existe, está extinguido.
El pasado 28 de febrero fue el cumpleaños de Cuauhtémoc Salgado Romero, el presidente del PRI en Guerrero, el dirigente no lo festejo como están acostumbrados ver esos festejos con gastos exagerados, comida de sobra, música de grupos, mariachis, es decir con mucha abundancia que ofende al pueblo;  no fue así, de manera muy sencilla lo festejó allá en Renacimiento trabajando en la demanda popular,  con un grupo de priistas y algunos compañeros reporteros,  recorriendo calles polvosas  con olores fétidos porque hasta la fecha el Ayuntamiento siguen sin arreglárselos.
Ese ejemplo claro y tan simple es lo que quieren las nuevas generaciones de ciudadanos que votan por los políticos, ese tipo de cuadro de comportamiento quieren ver, sin tanto protagonismo ni arrogancia porque ofende; claro que cada quien está en su derecho de festejar como más le plazca, pero siempre y cuando no practiquen la política, porque el ciudadano tiene la impresión que ese gasto es del erario público, aunque en su momento no fuera, pero así está el desgaste de la percepción ciudadana.

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