*** Nueva constitución; la bandera política.
Estamos en la antesala del proceso electoral concurrente. Los actores políticos tienen prisa por demostrar que son eficaces y que merecen ser premiados con nuevas encomiendas. Varios diputados locales sueñan con las candidaturas que estarán en juego. La nueva constitución parece ser un buen pretexto para iniciar la promoción política. No es casual, que el coordinador del Congreso, diputado perredista, Bernardo Ortega Jiménez, la venda como un producto de avanzada.
Así es. Después de las pésimas noticias que han fluido desde el Congreso Local, surge el anuncio de que ya está lista la nueva constitución para que sea analizada, discutida, y en su caso, aprobada por el pleno de la cámara de diputados. No se debe olvidar, que ya han pasado dos fechas en las que no se concretó. Primero se estableció el bicentenario de la instalación del primer Congreso de Anáhuac, 13 de septiembre de 2013, donde no ocurrió nada, desperdiciando la oportunidad de hacer un homenaje a los derechos elementales del ser humano. Posteriormente, se dijo que el 27 de octubre de 2013, en el marco de la erección del estado de Guerrero, lo cual, habría sido un buen regalo para una entidad que requiere de un mayor compromiso y aplicación de sus servidores públicos. Sin embargo, tampoco ocurrió.
La reforma integral anunciada, ahora emerge en uno de los peores momentos de la LX Legislatura. Su falta de compromiso con la transparencia, rendición de cuentas y equidad de género, ha estado en boca de muchos. No es cosa menor, lo que pasa al interior de la Auditoría General del Estado, por sus siglas AGE, y lo grave del asunto, es que el coordinador del congreso, cuando se le pregunta sobre el tema o futura comparecencia del Auditor General, solamente diga que no se ha tratado el tema. ¿Desinterés o falta de tiempo?
Con la nueva constitución se habla de inclusión social. De generar mejores garantías para todos. Lo cual suena bonito y se ha de leer con gusto en el papel, sin embargo, los hechos hablan de diputados que pisotean el valioso derecho de las mujeres para tomar parte en las decisiones públicas. No se puede hablar de inclusión, ni de equidad, cuando el Instituto para la Transparencia y Acceso a la Información de Guerrero, por sus siglas ITAIG, es un claro ejemplo del machismo político que se vive en la entidad. Y lo más grave del caso, es que muchos de éstos legisladores, irán de nuevo a pedir el voto femenino, en aras de seguir pagando con traición ese respaldo.
Para algunos, la constitución puede servir para levantar la imagen del Congreso. En lo particular, difícilmente lo hará. Ya que si bien es cierto se habla de temas fundamentales y de su adecuación al marco federal, el momento histórico la vende como un producto con fuerte olor a bandera política. Como un buen pretexto para que los diputados se hagan promoción y busquen ganar reflectores que los pongan en la ruta de competir en los próximos comicios.
Un artículo de avanzada. Es la forma en que desean vender el producto. En lo particular, no sé si se pueda dar ese nivel, cuando aún viven en tiempos donde la mujer es marginada. Será una buena reforma integral, tal vez. Y todavía, hay que decirlo, habría que ver en que beneficia realmente a un pueblo, que vive oprimido por la pobreza y desanimado por los desaciertos de muchos de sus políticos. Esa es la cuestión.
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