DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO, ¿EL ACIERTO?

Por Ricardo Martínez Sánchez

En 2007 en el Distrito Federal,  la Asamblea Legislativa aprobó la reforma al Código Penal que introduce el sistema de plazos en materia de aborto. En ese momento fue la única en su tipo en América Latina. A varios años de estas reformas y sabiendo que vivimos en una sociedad mayoritariamente católica y con la iglesia que ejerce desde su trinchera un control político, con todo y eso, hoy en el estado de Guerrero por conducto de la Secretaría de la Mujer, Rosario Herrera Ascencio, se envió al Congreso del Estado la iniciativa para la despenalización del aborto para el trámite legislativo, donde el objetivo es garantizar el acceso a los servicios de salud sexual, reproductiva y de planificación familiar.

(Donde ya es público que la fracción del PRI votara en contra de ésta).

Hoy Guerrero se pone a la vista como un Estado vanguardista en la aplicación de los derechos humanos y el trato humanitario.

Aún así los grupos conservadores y de jerarquía católica amenazan con excomulgar al gobernador del Estado, Ángel Aguirre Rivero, si la reforma es aprobada en la Cámara de Diputados.

Mientras tanto  la oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) reconoce que la iniciativa merece atención y respaldo porque se centra en los derechos específicos  de las mujeres y adolescentes, asumiendo con responsabilidad la implementación desde el estado de Guerrero, a la respuesta positiva dada por México en marzo de 2014 a las recomendaciones 148, 153 y 148,154 planteadas durante el Examen Periódico Universal  del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Sumándose en este sentido las recomendaciones del Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer de la ONU que en agosto de 2012 pidió al Estado mexicano garantizar el acceso universal  a servicios y a información de salud, educación sobre derechos sexuales y reproductivos. Así como armonizar las leyes federales y estatales relativas al aborto con el fin de eliminar los obstáculos que enfrentan las mujeres que deseen interrumpir un embarazo de forma legal, ampliando también el acceso al aborto legal teniendo en cuenta la reforma constitucional en materia de derechos humanos.

 Esta iniciativa sin duda no será del agrado de todos pero se tiene que discutir con madurez y apertura, Guerrero puede convertirse en un conductor de la posibilidad de aumentar el nivel de respeto del movimiento feminista, de los derechos humanos, de dar a la mujer el derecho de elegir sobre su cuerpo, siempre y cuando se tomen las decisiones correctas.  

Por lo tanto se requiere meter el acelerador a fondo en el cabildeo de esta reforma para despenalizar el aborto, si Guerrero aspira en serio a ofrecer un futuro de derechos para todos, se tiene que hacer las reformas posibles que hoy están al alcance.