DE ADICTO A ADICTO

Por Ernesto Salayandía García

Un Gran vacío interno

La Enfermedad como tal
Ahí estaba, quieta, en su ataúd,  con una expresión de paz,  alejada de angustia, dolor, frustración, las emociones habían desaparecido de su cara, ya no mostraba líneas de expresión tristes, Irlanda murió de sobre dosis de heroína, 3 hijos, 34 años, casi 20 luchando contra las adicciones, viviendo de una anexo a otro, de recaída tras recaídas, de tocar fondos, fuertes, gruesos, muy duros, sufrir por todo lo que es ésta enfermedad, una enfermedad cruel, física, mental,  emocional, de la personalidad y espiritual.  Murió después de haber gozado las gotas de miel de la recuperación, casi un año limpia, libre de drogas y de repente, la tentación, la fuga, el arponazo, el corto impulso, y el viaje sin retorno.-
La negra, como se le llama a la heroína por éstos rumbos del norte de México, es una droga muy poderosa. Descanse en paz, Irlanda, quien fue una de las  primeras lectoras de mi columna  De Adicto a Adicto, escribiéndome hace más de 14 años y medio.

Muchos Amigos ya han muerto por la droga
Recuerdo con mucho cariño a todos ellos, a Ulises, una chavo con un mar de sufrimiento, marcado con una cicatriz en la yugular por haber intentado quitarse la  vida, a Jorge, el lava platos, menor de 18 años, la última vez que lo vi, fue en ciudad Juárez en un semáforo pidiendo ayuda para un centro de rehabilitación, luego, a los pocos meses, estuve en su funeral, como él, mi buen amigo Julio, el que duró años en la lucha, de un anexo a otro, algún tiempo limpio,  muchos más, reventado, hasta que cayó en una lápida por el arponazo, tronando, muriendo de sobre dosis, como murió también, el buen Fernando, quien estuvo en el Anexo conmigo y nos seguimos frecuentando, él, me regaló su testimonio, el que titule Secuestrado y ahora lo publico en mi libro, Un Drogadicto en Casa,  han muerto muchos, hombres y mujeres, adictos que no han podido  o no han querido, como Javier que falleció de cirrosis hepática, Juan, de Pancreatitis, Luz Elena, empestilladla y muchos más que se han ido por la puerta falsa. Muchos están aún secuestrados por La Saliva del Diablo.
La cocaína como mi principal adicción
Es la cocaína, una droga muy placentera, altamente adictiva  por cualquier vía, ya sea inhalada o inyectada, el impacto, el síntoma dura más o menos 20  minutos y entre más me meto, mas quiero. La droga,  me robó mi vida, me drogaba para vivir y viva para drogarme, la droga, permitía que tuviera más resistencia al alcohol, la membrana de mis huesos, desapareció, la cocaína me descalcifico, vivía  atormentado con mis delirios de persecución, me volví loco, dormía con cuchillos, dos cuchillos filosos, uno en cada mano, el consumo del  polvo era altísimo y cuando me queda sin droga, saqueaba el botiquín y hacia polvo las pastillas, cualquiera, y me las metía por la nariz, pensando que era cocaína, debido al fuerte dolor de huesos, por la malilla o resaca, establecí una fuerte dependencia a un medicamento, morfina sintética y me anestesiaba, pero los efectos secundarios fueron severos en depresión, de ahí, me hice fármaco dependiente y mi cuerpo milagrosamente resistió a tanta droga que me metía, alcohol, pastillas, cocaína morfina y cigarro.
Los fondos de esta enfermedad
Yo tenía una vida familiar, social y laboral, soy alcohólico desde los12 años de edad, cuento con 43 años dentro de los medios de comunicación, en mi libro, de Ayer y Hoy, tengo un artículo titulado, Periodista que no toma, es como una flor sin aroma, esa es mi vida, fui un borracho funcional, por favor léase entre comillas, tomada a diario y mis fondos ya eran palpables, un primer divorcio, una pésima relación con mi segunda esposa, un cúmulo de defectos de carácter, todas las características de la enfermedad y una vida, llena de amargura, Soledad, frustración, miedos y sin duda, la decadencia en mí, comienza cuando a los 33 años, pruebo la cocaína, me hago adicto compulsivo a la sustancia y comienzo a tocar fondos, soy víctima de mi celotipia infernal, unos celos patológicos, sicóticos, enfermizos, me torno maniaco depresivo, pierdo el trabajo, me corren de mi programa de radio, La Voz de Chihuahua, por irresponsable, quemo mi casa 4 veces, trato de matar a mi mujer, pierdo el sano juicio y estoy muerto en vida, toco fondos muy tristes, crueles y severos, aún así, sigo activo.
La complejidad de la enfermedad
Es una enfermedad genética, antes de nacer el enfermo ya está predispuesto a caer en las garras de una adicción o en cualquiera de las características de la  enfermedad mental, física y emocional.  La mente del adicto es sumamente ágil, soy un hipersensible, con una inteligencia diferente, no superior, tengo una manera de pensar complicada, soy neurótico, bipolar, con problemas de comunicación, soy víctima de un alto nivel de ansiedad, de angustia, soy presa fácil de los miedos, la frustración, el nerviosismo, no tengo auto control emocional, soy egocéntrico, soberbio, no tengo humildad, son tantos los componentes de la enfermedad, que no basta con tapar la botella, muchos dejan de beber, dejan de consumir pero siguen igual o  peor de enfermos con sus actitudes infantiles, con su neurosis que destilan hasta los poros, el sufrimiento no se acaba, por esa razón, un alcohólico sustituye una droga por otra, deja el vodka y se prende del tafil, o del cigarro, vaya, no es fácil salir del hoyo.
La Mediocridad del Mundo
Un adicto que no puede con la sustancia, es un tipo que no podrá salir bien librado cuando lucha contra alguien o por algo, el adicto, es mediocre, enano, nacido  para perder, quien  daña a su cuerpo, no se quiere y no puede querer a  nadie por esa razón, tengo un mundo de defectos de carácter y patrones de conducta equivocados, con la letra I, por ejemplo, soy ingobernable, irritable, inconsciente, irresponsable, inestable, intocable, iluso, con la  letra D, soy distante, disfuncional, descortés,  desesperado, dependiente, desconfiado, deprimido, déspota, distraído, y así, yo pude encontrar más de 400 defectos de carácter, muchos de ellos derivados de los 7 Pecados Capitales, pero  en 14 años y medio de recuperación, he estado luchando contra mí mismo, no aspiro a quedar blanco y puro como la nieve, pero sí aspiro a dejar de ser  mediocre, a dejar de pensar  como adicto, a dejar de  meterme en lo que no me importa, a observarme y cacharme cuando soy envidioso, cuando me justifico.
Por qué nos resistimos al cambio
Estoy convencido de que la capacitación emocional genera resultados inmediatos  y se pueden erradicar patrones de conducta equivocados, yo dejé mis adicciones, erradiqué mis celos patológicos, abandoné mis depresiones maratónicas, le dije adiós a mi  neurosis,  dejé de fumarme 3 cajetillas  diarias de cigarros, salí de la pereza ya no me gana la flojera, ahora soy puntual, puedo dar mi palabra y cumplirla,  a veces me tardo, pero tarde que temprano cumplo, del insomnio ni me acuerdo, ya no me despierto en las noches asustado por mis pesadillas, he podido cambiar infinidad de patrones de conducta y trabajo día por día, luchando contra mi enfermedad, hoy disfruto de paz, de la vida, tengo mucho que hacer, me encanta lo que hago  y voy por más, mi óptica  ante la recuperación, es diferente a la de muchos. 
A qué se deben las recaídas
Porque nunca se levanta, no basta con dejar de consumir, sino en hacer un verdadero cambio de defectos de carácter y patrones de conducta, es un grave error, quien dice que se deben de controlar, no puedes controlar la pereza, ni la gula, ni el especular, mucho menos la incertidumbre de la duda, tampoco la impuntualidad, o el corto impulso, son infinidad de cosas las que un enfermo emocional tiene que hacer para recuperarse, entre ellas, la gratitud, la humildad, la empatía, el servicio, el compromiso y sobre todo, una actitud distinta propositiva ante la vida, hay un mundo de recetas para combatir la ansiedad y dejar de consumir cualquier tipo de sustancia, pero si no hay buena voluntad, no hay nada.

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