DE ADICTO A ADICTO

Por Ernesto Salayandia García
Un Drogadicto en Casa
Un abismo profundo y negro, el destino de un drogadicto
La familia no se ha dado cuenta o no se ha querido enterar del gran peligro que representa la drogadicción para sus hijos, parece ser, que no le han dado la importancia que esta enfermedad implica a pesar de que las consecuencias que se manifiestan, como es la deserción escolar, la pereza aguda, extrema, todo el día dormido, la inactividad total, la relación con amistades raras, fuera de su tradicional círculo de amistades, a la vez, el lenguaje, su manera de vestir y otros indicadores que acreditan grandes posibilidades de que la niña o el niño esté usando algún tipo de sustancia, y muchos padres, permiten que  lleguen a altas horas de la madrugada o de plano no llegue
, permiten infinidad de irregularidades y se cometen muchos errores, al final, todo se complica, el drogadicto se torna neurótico, explosivo e intocable, ingobernable por supuesto, sumamente irresponsable, se convierte propiamente en una bomba de tiempo, hay, algunos que comienza a robar sus propias casas, se deshacen de sus objetos de valor, se meten en actividades ilícitas, incluso a vender droga y sus vidas terminan siendo un verdadero caos.

Lluvia de mensajes de frustración y dolor
Así se titula un artículo donde publico algunos mensajes de los muchos que me llegan de todas partes pidiendo ayuda, en busca de un consejo y expresan su profundo dolor ante la impotencia de sentirse atadas de manos, la mayoría mujeres, al ver a sus esposos e hijos, hundidos en una adicción, cada correo que me llega lo contesto y le doy seguimiento, trato de analizar cada caso y dar la mejor de las respuestas y en este artículo de lluvia de mensajes, el lector de mi libro, Un Drogadicto en Casa,  podrá ganar sensibilidad ante la enfermedad de las adicciones y establecer un puente de comprensión con su enfermo, romperá también con la ignorancia y en todo el texto tendrá la oportunidad de informarse, de orientarse y de despertar conciencia ante este cáncer social que mata a seres humanos de diversas maneras, destruye hogares, hace idiotas y mediocres a infinidad de jóvenes, activa la violencia doméstica y la desintegración familiar.
No hay peor ciego que el que no quiere ver
Caer en las garras del alcoholismo, prenderse de una adicciones,  es muy fácil, pero hay que recordar que esta enfermedad es genética, está en la sangre, viene de abuelos a padres, de padres a hijos, de hijos a hijos, es contagiosa, está en el medio ambiente, en los hogares disfuncionales, se trata también de actitud, los candidatos a ser víctimas de La Saliva del Diablo, son enanos, tipos conformistas, endebles que no tienen carácter, ni ganas de vivir, ni ganas de nada, viven llenos de pretextos, de escusas y justificaciones, sin fe, ni esperanza y se convierten en unos verdaderos maestros en sus hogares porque cambian  horarios, criterios, maneras de pensar y un drogadicto en casa, sea el esposo, el hijo o la hija, ponen de cabeza a todos, este problema puede durar años, hasta que finalmente, muera, finalmente llegue al siquiátrico, a un centro de rehabilitación  a un hospital o a la cárcel. De ahí vengo yo.
Por qué se hizo mi hijo Drogadicto? 
He palpado el dolor de una madre, el mar de angustia, de dolor y de desesperación que la invaden al confirmar que su hijo de 14 años está drogándose, externa impotencia, culpa, dolor, coraje decepción y se pregunta, una y otra vez.- ¿Por qué? Soy testigo de ese sufrimiento y muchas de estas mujeres desesperadas no saben a dónde acudir, ni qué hacer ante la magnitud de esta adicción y me veo obligado a dar un mensaje informativo, redactar este texto para orientar y concientizar para que en tu casa puedas poner los candados y proteger a tus hijos, puedas darles el blindaje y evitar que los haga trizas cualquier tipo de adicción.
¿Qué es una adicción?
En la actualidad se acepta como adicción, cualquier actividad que el individuo no sea capaz de controlar, que lo lleve a conductas compulsivas y perjudique su calidad de vida, como por ejemplo puede existir, al fumar marihuana, a usar inhalantes, a las pastillas, al alcohol, a la heroína, morfina, cocaína, una adicción es una obsesión que no puedes evitar, se es adicto, al cigarro, al sexo, al juego, al sufrimiento; quien es adicto, es un enfermo emocional y la adicción a cualquier tipo de sustancia o actividad, se considera como una enfermedad, no es un vicio y debe ser tratada como tal, hay demasiada confusión en los términos, hay expertos que sin serlos emiten sus diagnósticos y confunden más a la familia, por desgracia en sus decisiones cometen error tras error. Hay niños que se hacen adultos, crecen de un anexo a otro, de un centro de rehabilitación a otro, salen y recaen, tocan todos los fondos habidos y por haber, sufren, hacen sufrir y no logran salir del infierno, debido a que se cometen serias equivocaciones y muchas veces los que deberían anexarse son los padres y no los hijos adictos.
¿El adicto, nace o se hace?
Me dicen tantas incongruencias.- Es que Calderón la regó en esta guerra inútil contra el narco, tan fácil que hubiera sido negociar con ellos.- Todo el mundo tiene su precio.- A mi hijo lo echaron a perder los del barrio, esa bola de pandilleros, buenos para nada, marihuanos mal nacidos.- Fue tanta tele.- La culpa la tuvo mi ex esposo por infiel y borracho.- El origen no estriba en las escuelas, ni en las malas amistades, sin dejar de considerar que son ambos puntos, factores determinantes en fomentarse una adicción, el adicto tiene una herencia genética y emocional de sus antecesores, abuelos, maternos y paternos, la enfermedad está en la sangre, nace en un hogar disfuncional, donde no hay ejemplos dignos a seguir, por muchas razones no se le fomentaron hábitos, ni valores, carece de carácter, es un tipo débil, endeble que creció entre gritos, violencia y mucha neurosis, el adicto es miedoso, acomplejado, indeciso, más aún, la huella del abandono le pesan y lo marcan de por vida, las ausencias de padre y madre, o de ambos lo dañan severamente, como lo hace el hecho de que sus padres se la pasen peleando, gritando, insultándose, devaluándose, desprestigiándose entre sus hijos, el hecho de que los pleitos sean por todo y por nada, todo ello, son ingredientes básicos en un niño drogadicto, es decir, la escuela emocional que reciben en sus hogares y cuando este niño sale a la calle, alguien le invita a fumar, le dan una cerveza, una bolsa con Resistol cinco mil o tinta fuerte, una jeringa con heroína, una pastilla o un pase de cocaína, este niño, sin conciencia, sin carácter, sin valores, sin autoestima, sin espíritu de lucha, no sabe decir no y en un dos por tres anestesia sus emociones, siente, como arrullo al alma, las drogas, al principio son tremendamente placenteras, pero gestan altos niveles de ansiedad y provocan angustia, dolor, malestar y una enorme necesidad de continuar drogándose. Droga, es cualquier tipo de sustancia que entra al cuerpo, afecta y altera el sistema nervioso, hay infinidad de drogas y un niño propenso, es aquel que viene de un hogar disfuncional, que tiene un daño emocional y un pésimo ejemplo.
¿Cuáles son las características de un adicto?
El niño, joven, el drogadicto muestra con frecuencia los ojos irritados, rojos, brillosos, la piel áspera, grasosa, amarillenta, en el caso del marihuano, presenta un lenguaje corporal como en cámara lenta, camina y se mueve muy despacio, incluso, arrastra la lengua, habla muy calmado demasiado,  tiene atascamientos de comida, deja de comer por  algún tiempo y cuando lo hace, come con demasiada ansiedad y en gran cantidad, en el uso de cocaína, esta droga te roba el hambre, hay demasiada neurosis, el adicto se torna intocable, intolerable, insoportable, es irritable, no se le puede decir nada porque se torna sumamente agresivo, es violento, cambia su lenguaje y comienza a usar palabras que antes no pronunciaba, igual, su vestimenta registra también cambios, como su manera de socializar en casa, la mayor parte de tiempo esta asilado, distante, indiferente y sus amistades son nuevas, otros jóvenes que caminan, hablan y se conducen igual que él, son copias al carbón, calcas perfectas el uno del otro.
¿Cómo puedo sacar del hoyo a mi hijo drogadicto?
Hay que considerar que la adicción, el alcoholismo o drogadicción, el uso de cualquier sustancia, llámese marihuana que muchos jóvenes creen que por ser una hierba natural no es dañina, representa ser una enfermedad emocional, física y mental, esta enfermedad se encuentra en la sangre, en la mente llena de pensamientos encontrados y en las emociones, tiene que ver con los sentimientos, la soberbia, inseguridad, miedos, vacío espiritual, está en el medio ambiente, es una maldita enfermedad perversa del alma y es muy cruel. Mi primera sugerencia es invitar a los padres a trabajar en ellos, a dejar de pelear delante de los hijos, dejar de drogarse o emborracharse delante de ellos, buscar ayuda para ellos, luego me dicen.- Oye, pero mi hijo es el marihuano, no yo.- Y le digo, es que no te has visto, no te quieres ver y mientras no trabajes tu neurosis, tu pésima relación de pareja, el mal ejemplo que das andando con uno y luego con otro, el abandono por las razones que tú quieras, no quieres ver tu parte y mi sugerencia es que busques ayuda en un grupo de Neuróticos Anónimos, o en Alcohólicos, también te darán apoyo en Al Anon, en Familias Anónimas, en los Centros de Integración Juvenil, busca ayuda para informarte todo lo relacionado con la enfermedad emocional, con las adicciones, todos debemos de empezar por  nosotros.
¿Es una maldición un drogadicto en casa?
Definitivamente sí, es como si el adicto estuviera embrujado, sentenciado a sufrir, a estar muerto en vida, desganado, hundido en sus rollos existenciales, fracasado e todos los sentidos, yo vivía para drogarme y me drogaba para vivir, soy ese tipo mediocre, enano, miedoso, conformista, lleno de defectos y una con gran vacío espiritual. Este libro, es útil para los novios, para que conozcan cómo es su pareja, analicen su manera de beber y de usar drogas, es útil para los padres a fin de que prevengan la adicción y evitar que crezca, yo sé que algún día mi esfuerzo será tomado en cuenta, tal vez, después de que me muera,  pero sé, que tiempo al tiempo, seguro estoy, que lo mejor de la vida es la libertad, que mi verdad me hará libre y si estoy consciente de mi enfermedad, tendré entonces la fortaleza de luchar contra ella.

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