2015: Un PRD dividido contra un PRI desunido

Por: Emilio García Cárdenas
Revisando en las últimas semanas las páginas impresas y por internet de los medios de comunicación de las diferentes regiones del estado, igualmente escuchando los noticieros de radio, percibí que al menos un 70 por ciento de las noticias y opiniones sobre política y acciones de gobierno se relacionan con el Partido de la Revolución Democrática, y este porcentaje se eleva cuando se habla de políticos de los demás partidos de izquierda, como el Movimiento Ciudadano, el PT y recientemente Morena.

Lo anterior, por supuesto, no es un fenómeno. Se debe sin duda a que el PRD ejerce el poder a lo largo y ancho de la entidad, por estar al frente del gobierno estatal, tener mayoría de diputados en el Congreso local, y también porque gobierna en más de la mitad de los municipios. Sumémosle que los perredistas fungen en 9 de las 10 diputaciones federales y en 2 de las tres senadurías por Guerrero. Amén de lo anterior, hay una puja política al interior del PRD porque el 7 de septiembre próximo elegirán a congresistas y consejeros nacionales, estatales y municipales, mientras que en octubre, en sesiones de Consejo, renovarán sus comités directivos, con lo que se hace más lógica la prevalencia en los medios de los políticos del sol azteca, en comparación a los del PRI, y ni qué hablar de los del PAN, del Verde y del Panal, de escasa presencia política en Guerrero.
Pero más allá de las acciones de gobierno, trabajo parlamentario y actos de proselitismo electoral, los perredistas destacan sobremanera en temas espinosos que hablan de división y conflictos internos, producto de declaraciones encontradas entre líderes de más de una decena de corrientes de opinión que integran al PRD.
Traigo a colación una plática con colegas que ven en esta división un factor que puede resultar en su derrota electoral en el 2015, ante el PRI, pues éste último, aducen, no presenta ese aspecto negativo de la confrontación, o al menos no se hace público. Son “institucionales y ordenados”, dicen.
En la visión de mis colegas y amigos hay cierto grado de razón, por el hecho de que la ciudadanía está cansada de los problemas sociales, como para ver a los políticos enfrascados en desacuerdos y luchas de intereses. Sin embargo, expuse en descargo del PRD, que es el partido que más arriesga en la próxima contienda electoral, de ahí que, como los campeones, genere más expectativas que los retadores. Pero además, sus conflictos internos, que se hacen muy públicos, no son cosa nueva; es la tónica desde su fundación, en 1989, resultado de la fusión de partidos comunistas, socialistas y centro-izquierdistas, quienes decidieron correr el riesgo de juntar sus alas, la radical y la moderada, en busca de volar alto.
Los dimes y diretes entre las corrientes, sin embargo, no son realmente lo que preocupa y ocupa en el PRD; tarde que temprano logran ponerse de acuerdo y caminan juntos. Seguramente que en el PRD de Guerrero y en el de todo el país, pasadas las elecciones internas y definida de nueva cuenta su correlación de fuerzas, la relación se vuelve tersa, se distribuyen los espacios de mando conforme al peso de cada una de las corrientes, y las aguas, si se mueven, no salen del vaso.
El problema del PRD en Guerrero no es que va dividido a la elección interna; no es su primera vez. El problema es para las izquierdas en el 2015, donde sí, por primera vez, el PRD, fuerza mayoritaria de las izquierdas, va fracturado, por la salida de Andrés Manuel López Obrador y la formación como partido de Morena, quienes traen como estrategia de campaña denostar a su antiguo partido, por momentos, se nota, mucho más que al mismo PRI.
Con cierto regocijo, el priísmo presencia la división en el perredismo y percibe que les favorecerá en el 2015. Ahora hay que ver si ellos (los priístas) son capaces de vencer su desunión, hecha patente apenas con dos amenazas: la de Héctor Astudillo, quien dijo hace un mes ante empresarios de Chilpancingo que si él no es el candidato del PRI, apoyará al mejor posicionado, “esté donde esté”, y la de Manuel Añorve hace unos días en Zihuatanejo: “Soy el único que está en condiciones de fracturar al PRI…”.
En todos lados se cuecen habas, ¿o no?

No hay comentarios.:

Publicar un comentario