Por Raúl Román Román
Hasta el momento, después de que los oligarcas, siempre negociadores, políticos neoliberalistas, senadores indiferentes, diputados ignorantes y defensores sin oficio proyectaran, aprobaran, sin leer ni discutir, la Reforma Educativa, la Educación Escolarizada se encuentra atascada severamente y sin tener una brújula y un timón que le de rumbo, claridad y operatividad, y en donde hasta la fecha existen más preguntas que respuestas en todos los ámbitos sociales, en las jerarquías magisteriales y, sobre todo, entre los mismos políticos desleídos y autoridades civiles y educativas que no dan con bola.
En primer término, el presidente Enrique Peña Nieto, por medio de su propia ignorancia y pifias manifestadas en cuanto se asomó al mostrador público, ha demostrado que era el menos idóneo para promover esta reforma constitucional, y que junto al poder legislativo, aprobaron esta reforma laboral, más que educativa, pues en el rubro de la escolarización oficial mexicana no se mueve un ápice de fondo que manifieste un progreso significativo, que lo único que se derivó fue un reacomodo de las cuotas de poder dentro del engranaje de la educación.
Enseguida, don Emilio Chuayfett, habilitado como secretario de Educación, ni sabe, ni le interesa, mucho menos opera sobre esta reforma en su fondo para elevar los índices de calidad de la misma, sino que cumple el cometido de manipular las políticas, enredos y salidas ideológicas, menoscabando y en ocasiones humillando al sindicato charro, que no hace nada por temor a que les pueda pasar lo que a la profesora Elba Esther… lo que bien querían era manejar, decidir y controlar las plazas magisteriales, sin que nadie los obstaculizara en su cometido entretelones, junto al recién creado Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), en donde su autonomía brilla por su ausencia, sino para legitimar su corrupción… lo que casi han logrado, pues sigue el tráfico de influencias para acceder a una plaza laboral, la corrupción secretarial está en su apogeo y ahora sólo pasan a estas dádivas, con un filtro mucho más estrecho y selecto, familiares, amigos y recomendados de las altas esferas seccionales y nacional, simulando el examen de oposición y dándolo por legitimador de esta reforma.
Después se implementó una campaña, siempre intensa, desinformativa, insultante y desgastante, en que quisieron responsabilizar al maestro de toda la barbarie en el sector de la educación, cuando entre la SEP y el SNTE se han amafiado para habilitar a miles y miles de profesores comisionados a múltiples actividades ajenas al magisterio y de utilizarla como ariete, cada vez que quieren controlar a las masa de profesores que protestan por esta reforma y la actitud y desempeño de sus autoridades.
En estos momentos, cada día se anuncian miles de millones de pesos para educación que no se ven ni se sienten en los centros educativos, pues cientos de escuelas en el país se están derrumbando o están en pésimas condiciones, y miles de niños y adolescentes estudian bajo enramadas de madera, palma y láminas de los salones provisionales, lo que es un enorme riesgo para su integridad.
Pero el problema no para ahí, pues la educación escolarizada se encuentra atascada de manera profunda, porque se nota que no existe una rectoría, más que administrativa, de sólo ir hacia donde corre el viento, y sólo se muestran discursos, fotos y poses en las fechas conmemorativas… pero la educación no avanza ni un milímetro y el tiempo pasa.
La culpa y la responsabilidad está en la Secretaría de Educación Pública… y privada, pues ahí están consecuentando los excesos y las deficiencias de la política educativa, de su organización y administración, sin lugar a dudas… luego no se quejen con el monstruo de mil cabezas que ellos mismos crían y amamantan, sin importarles el destino educativo de millones de alumnos y profesores que diariamente forman a México.
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