MEMORÁNDUM

Gerardo Ruano Cástulo

*** Hagamos que valga la pena.

En la vida pasan situaciones complicadas. Lo importante, es sacar de éstas, todas las enseñanzas posibles. Lo ocurrido el 26 de septiembre en Iguala, ha llevado a los actores políticos de la entidad a tomar decisiones. El gobernador Ángel Aguirre Rivero optó por solicitar licencia al cargo, en aras de aportar a la tranquilidad y estabilidad del estado. El Congreso de Guerrero envía un buen mensaje, en medio de la crisis, al nombrar como mandatario estatal al académico. Dr. Salvador Rogelio Ortega Martínez, porque se deslinda de intereses particulares. El punto es, que toca a los demás actores, hacer que todas estas decisiones valgan la pena en bien de la entidad suriana. 

Así es. Los últimos acontecimientos radicales, como el saqueo a centros comerciales e incendio del mercado central de Chilpancingo, de los que según se deslindan los normalistas de Ayotzinapa, enviaban señales, de que la licencia del gobernador Ángel Aguirre, no ha sido la solución al problema de inconformidad e insatisfacción, ante las muertes y desaparecidos que habría dejado la mano de la delincuencia organizada en Iguala. 
Las redes sociales estuvieron inundadas de comentarios en ambos sentidos, la mayoría en respaldo al ahora Gobernador con licencia, cuya salida, decían, no habría de resolver el asunto, ya que el movimiento parece tener otra clase de intereses, que nada tendrían que ver con la búsqueda de los normalistas desaparecidos y la aplicación de todo el peso de la ley a los responsables de la barbarie.    
Si la salida del mandatario estatal era el remedio, se suponía que vendría la tregua. La espera de un nuevo gobernante para sentarse a dialogar y sumarse a las acciones en pro del esclarecimiento de los hechos del 26 de septiembre y la búsqueda de los normalistas. Sin embargo, esto no sucedió así. Los actos vandálicos continuaron, aunque se han buscado deslindar de los hechos.
Todavía el día de ayer, mientras el Congreso designaba al Dr. Rogelio Ortega Martínez como Gobernador, los jóvenes se apostaban sobre el boulevard Vicente Guerrero, para bloquear la entrada sur a Chilpancingo, impidiendo con ello, la salida rumbo al puerto de Acapulco. Algo, que sin duda, raya en lo irracional. 
El punto es, que la licencia de Ángel Aguirre y el nombramiento del Dr. Rogelio Ortega, son dos puntos positivos en medio de toda la crisis. Y lo son, porque ambos buscan, evidentemente, aportar a favor de un clima de paz y armonía. Los diputados de Guerrero dejaron a un lado los intereses particulares. Están apostando por lo que mejor conviene a Guerrero, que es buscar el regreso de la estabilidad, mediante un gobernante que pueda ponerse en contacto con los grupos que hoy encabezan el movimiento surgido por el caso Ayotzinapa.  
La apuesta por el Dr. Rogelio Ortega es clara. Posee experiencia y trayectoria académica respetable. No en vano, ha buscado ser rector de la máxima casa de estudios de la entidad. Y de hecho, por esos méritos que tiene, fungía como Secretario General de la misma. De ahí, que toda esa hoja de servicio, descontaminada de los intereses de grupos y de partidos, sea puesta en beneficio del estado, en un momento crucial y complicado.  
Creo que Ángel Aguirre hizo su parte. El Congreso acaba de hacer la suya al nombrar como Gobernador al Dr. Rogelio Ortega. El punto es, que si los demás actores y la misma sociedad, están dispuestos, a hacer que esto valga la pena. Sin olvidar, que la prioridad, sigue siendo la aplicación de la justicia por los hechos del 26 de septiembre y la búsqueda de los normalistas. Esa es la cuestión.

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