Ayotzinapos en el limbo

Por Federico Nogueda Berdeja

“Entre las palmeras y la baja Costa, que raro que me llame Federico”

El deseo, anhelo es que los 43 Ayotzinapos desaparecidos regresen con vida, para que sus familiares retomen descanso, como las circunstancias de violencia en las calles tienda a equilibrarse en Guerrero y en el D.F., como bastión de movilización de todos los que consideran la protesta como un medio de presión, no obstante, la realidad jurídica-científica se arrastra hacia otro escenario, los indicios parecen indicar que estén muertos e incinerados. 

Como se puede entender, fuerte es el golpe para cada uno de los padres de familia a la hora de conocer la misiva forense por parte del Fiscal Federal, José Murillo Karam, en el sentido de la insinuación de que es muy probable de acuerdo a los testimonios de 3 sicarios que participaron,  fueron asesinados, calcinados y arrojados al río, esto sin probarlo de manera forense porque los restos encontradas están calcinados, solo queda la última etapa forense y probablemente la última al llevarlos a Austria para realizarle pruebas mitocondriales a los restos óseos.  
Como consecuencia de todo este rompecabezas, el fenómeno de los 43 desaparecidos entra a otra etapa o plano de proyección, donde no es  benéfico para la sociedad,  pero si el más interesante para el análisis, porque en el plano de proyección de los familiares de los 43 desaparecidos su verdad es: “Mientras no haya pruebas científicas y tecnológicas, tenemos la esperanza de que nuestros muchachos están vivos”.
Pero para la Fiscalía federal su verdad o resultado hasta ahorita, todo hace indicar de acuerdo a los testimonios de los sicarios que participaron en la muerte, como incineración de los cuerpos de esos más de 40 jóvenes, que traían de Iguala hacía el basurero de Cocula, prácticamente de acuerdo a la hora y las circunstancias todo indican que son los 43 jóvenes Ayotzinapos que marchaban el 26 de septiembre a las 10:30 am en las calles de Iguala.  
Luego entonces,  como ambas proyecciones de la verdad de los familiares y de la Fiscalía Federal, una a otra se descalifica por carecer ambas de pruebas contundentes, nos asalta una pregunta, ¿En dónde están o se ubican los 43 jóvenes Ayotzinapos? Si para los familiares están vivos, pero para la autoridad prácticamente están muertos; entonces los estudiantes estarán en una de suerte de “Limbo”, entiéndase al Limbo en ese espacio donde no estas ni en el infierno, ni en la gloria cuando se muere, estás en un tiempo fuera, así pasa entonces con los 43 desaparecidos, no están muertos, ni están vivos, están entonces en ese “Limbo”, que debe de estar ubicado en algún lugar. 
De esta forma,  el drama de esta historia de violencia política-social nunca va a terminar, porque jurídicamente para la ley, el individuo desaparecido si  nunca aparece, no prescribe, y eso van a estar argumentando los afectados al nunca reconocer esos huesos calcinados como sus posibles hijos, la lucha la van extender estén o no equivocados, ya que su proyección la quieren materializar como vivos; de una u otra forma no va a dejar de ser una proyección, pero la reviven al momento mismo de protestar como si estuvieran vivos. 
¡¡¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!!! 
El lazo umbilical de las madres está juagando el papel determinante, se resiste a aceptar la realidad de ese desprendimiento, por eso ese mismo lazo crea esa proyección, que quizás exista pero en otro paralelo, donde los están viendo estudiar como si nada, pero en el paralelo de nosotros se está imponiendo la indagatoria de la Fiscalía Federal de la República, aunque duela, con testimonios de los sicarios detenidos que han confesado haber participado en el magnicidio histórico nunca antes visto en México. 

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