LAS HUELLAS DE LA VIDA

Raúl Román Román.

Don Fabio Aguado Herrera agente comunitario de Zihuatanejo”.

Al final de un año escolar nos encontramos con Enrique Aguado, un estimado amigo que llena los espacios sociales de alegría y regocijo, herencia natural de su padre; ahí mismo acordamos  desarrollar una plática acerca de sus padres y él, con amabilidad y atención nos indicó que deberíamos reunirnos con Mireya, su hermana mayor, para precisar algunos de los datos familiares, por razones obvias.

Así que se llegó el día e inmediatamente nos trasladamos a la casa de su hermana, que ya avisada, nos esperaba bajo una frondosa y deliciosa sombra de los árboles y plantas de su casa, ubicada en el Infonavit de la “Boquita”. Y en ellos dejamos el relato de esta historia.
“Mi padre nació en Progreso, Yucatán, en un lejano año del siglo pasado, recibiendo el nombre y apellidos de Fabio Aguado Herrera, siendo su padre el Sr. Enrique Aguado Jiménez, reconocido Ingeniero en Refrigeración titulado en  Alemania, pero con raíces familiares cubanas.
  Ambos andaban recorriendo lo ancho y lo largo la República Mexicana, por las actividades que desempeñaban relacionado con la refrigeración de productos, representando a la empresa Nieto, marca comercial ya famosa y prestigiada, desde ese tiempo; fabricaban vitrinas con formica y vidrios ya que todavía no se aplicaba el acero a estos materiales.

Mi papá llegó a Zihuatanejo por el año de 1947, deteniendo así su largo peregrinar laboral, y residir permanente y definitivamente al lado de mi madre, doña María Calderón de la Cruz, originaria de Tecpan de Galeana, entre los que creció un amor entrañable y hermoso tanto así que procrearon nueve hijos, listos para iniciar la novena de beisbol, aunque su objetivo inicial era para la oncena futbolística, pero así estuvo bien, con Mireya, Fabio, Enrique, Socorro, Raúl, Sergio, Chiro, Elvia y Susana. 
Llegando aquí escoge desempeñarse como carpintero, aunque la experiencia de la vida le permitía tener conocimientos en refrigeración y electricidad, entre otros. 
Una vez instalado, mi abuelo Enrique lo siguió hasta aquí y fue tanto su comodidad y gusto por Zihuatanejo que también decidió quedarse a vivir en la costa, al lado de su hijo, hasta que la muerte los separó.
Cuando mi abuelo se vino, se trajo los tanques inmensos y la “planta” de luz para hacer hielo, aunque aquí fue un fracaso comercial, puesto que no había compra-venta de sus productos, ya que cada familia tenía sus propios satisfactores. 
Pero una vez instalada la “planta” de luz para hacer funcionar las hieleras, iluminó su casa y las casas de los vecinos, y empezó a colocar postes de mangle para colgar los cables  sobre las calles de Zihuatanejo, y así dotar del suministro eléctrico a nuestro pueblo, aunque ya había habido otro ingeniero que lo había intentado anteriormente. Aun así, mi abuelo y mi padre recibieron con humildad, la gratitud de sus amistades, por su don de gente y las bondades de sus caracteres. Para esto en la noche se daban... uno, dos y tres apagones para avisar a los pobladores que se terminaba, por ese día, la prestación del servicio de iluminación y así... hasta otro día, dios mediante.
Don Enrique tuvo el acierto de ir gastando sus ahorros poco a poco, cambiándolos por el tipo de vida agradable, cómodo y placentero que encontró aquí, ya que aunque no progreso ya económicamente, si disfrutó su vejez al jugar al dominó, platicar con sus amistades que lo identificaban por lo agradable de su risa: ¡jo... jo... jo!... Cuando mi abuelo falleció, al paso del tiempo mi papá vendió la maquinaria frigorífica al señor Álvarez, por un solo billete de $ 500.00 pesos, quedándonos sólo el recuerdo de haber jugado en la bodega en medio del hielo revuelto con aserrín, para regocijo infantil.
En el período presidencial del Capitán Bustos Aldana fue cuando se desarrollaron los carnavales más atractivos y divertidos, en los cuales mi papá siempre obtenía los primeros lugares por la calidad de sus exposiciones alegóricas, como: pulpos en movimiento, caballos de mar, conchas que se abrían y cerraban, en fin; unido a su carácter simpático se le apreciaba por ser un gran conversador, espontáneo y ocurrente, sencillo y divertido, nunca tomó la vida en serio, siempre fue sincero, franco, amistoso y divertido. Con el Dr. Sotelo, de San Jerónimo, se pasaban las noches enteras en la conversación.    
 Tenemos un sinnúmero de poesías escritas por él: al mar, a la esposa, a la mujer en general, a la amistad… bueno, bueno ya se las presentaremos después. 
Por amor a Zihuatanejo y a su gente, don Fabio construyó e instaló la puerta de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, que hasta la fecha ahí se encuentra; ganó infinidad de veces los concursos de poesía, cada 10 de mayo que convocaba la radiodifusora, hasta que le indicaron que su premio era ya especial para que los demás concursantes tuvieran más oportunidad de ganar; fue maestro fundador de la secundaria “Eva Sámano” y profesor de carpintería en la escuela secundaria “Caritino Maldonado Pérez”; se preció de tener amistad con el Profr. Raúl Caballero Aburto, con don Baltasar Leyva Mancilla, con el Sr. Gómez Zúñiga y con el maestro Raúl Pous Ortiz, que le dispensaban su amistad por la alegría y jocosidad de mi papá, llamándole el “Sr. de los huaraches”, puesto que siempre los usó. Pero con los que les unió una amistad plena, inolvidable y eterna, fue con “Chamberina”, con don Daniel Cárdenas y Manuel Garfias, todos eran carpinteros, pero con “Chamberina” fue hermosa: se iban a México juntos, con “Chámbera” a Acapulco, a Veracruz, a seguir a los Diablos Rojos del México, el equipo beisbolero de sus amores, y nomás regresaba con el puro talón del cheque y las contraseñas del boleto para entrar al partido.
Mi padre jamás discutió con mi madre; cuando presentía que iba a ver discusión, inmediatamente salía de la casa, para regresar, más tarde, completamente reconciliado con su mujer, lleno de vitalidad, de alegría contagiante y su caminar pausado y cadencioso.
Recuerdo que entre sus ocurrencias hacía divertida nuestra pobreza material, puesto que expresaba que:
- ¡Ay hijos, las familias numerosas son bonitas!- afirmaba.
-¡Uh apá, no ves cómo estamos, con hambre!- le inquirían sus hijos.
-¡Pues por eso, cuando hay mucha hambre, nos la repartimos entre todos y nos toca de a poquita!- remataba con dulzura, entre carcajadas.
O bien, ya afectado por la diabetes, a mi padre le amputaron una pierna, por lo que el médico le preguntó:
-Ahora don Fabio, ¿Qué hacemos con su pierna?
-¡Pues háganla en barbacoa, nomás no me inviten a los tacos!- contestaba divertido.
 Mi padre también fue un gran poeta y ahora les damos una pequeña demostración de su talento:
ELEONOR
Cuenta un viejo pescador
del puerto de Zihuatanejo
la triste historia de amor
de la mulata Eleonor
y de un rubio marinero.
Eleonor era muy bella
con un cuerpo escultural
su sonrisa angelical
y sus grandes ojos negros
brillaban como luceros
en noche primaveral.
Los jóvenes pescadores
y los hombres de valer
se postraban a sus pies
a ofrecer sus amores.
-No zanquitas- les decía
-agradezco el gran honor,
pero el dueño de mi amor
no ha llegado todavía-.
Y ha de venir de otros mares
en un hermoso velero
sus ojos serán de cielo
y sus dorados cabellos
al color de los trigales.
Ya no sueñes Eleonor
esos son aventureros
son aves del mal agüero
que mancillarán tu amor.
Cásate con un costeño
de tu raza y tu color
que corresponda a tu amor
y que comparta tus sueños.
Eleonor nada entendía
su rizada cabellera
negaba lo que decía
lanzando a los cuatro vientos
su risa cascabelera.
Y llegó el maldito día
en que apareció el velero
con su rubio marinero
anclado a media bahía.
Eleonor enamorada
contemplaba aquel velero
con su rubio marinero
que la haría desgraciada.
El marinero al mirarla
con su cuerpo escultural
su sonrisa angelical
se propuso conquistarla.
Muy pronto cayó Eleonor
en los brazos del marinero
el de los ojos de cielo
el de los dorados cabellos.
Por doquiera se veía
a la pareja enamorada
y la gente se preguntaba
lo que ese amor duraría.
En las noches estrelladas
y abrazada al marinero
la muchacha contemplaba
las estrellas en el cielo
que alegre le tintineaban.
El marinero miraba
su velero en la bahía
que parecían dos gaviotas
con las alas amarradas
y que al moverse con las olas
parecía que lo llamaban.
Muy pronto anidó el hastío
en el alma del marinero
el de los rubios cabellos
el de los ojos de cielo.
Mañana al caer la tarde
he de partir Eleonor
agradezco el gran amor
que sincera me entregaste.
Pero mi destino es navegar
ando en busca de mejor suerte
hasta que encuentre la muerte
en las espumas del mar.
Por piedad ya no te vayas
y el domingo venidero
iremos en tu velero
hasta la isla de Ixtapa
a bañarnos en sus playas.
Y cuando el sol de la tarde
pinte de rojos colores
los montes y las laderas
regresamos ¡amor mío¡
a mi escondido bohío
que tengo en playa “Madera”
a gozar de nuestros amores.
Nada detuvo al marinero
que embarcado en su velero
y agitando su pañuelo
se perdió en el infinito.
Muy triste quedó Eleonor
por la ausencia del marinero
el ave del mal agüero
que se burló de su amor.
Sus pies desnudos hoyaban
en continuo deambular
las arenas de las playas
“Del Almacén” a “La Madera”
y de “ La Ropa” a “Las Gatas”.
Hasta que una fresca mañana
amaneció muerta Eleonor
la encontró un pescador
a la orilla de la playa.
Su hermoso cuerpo tendido
sus grandes ojos sin vida
contemplaban la bahía
pues nunca volvió el marino.
Y aquí termina la historia
la triste historia de amor
de la mulata Eleonor
y de un rubio marinero
que me contó el pescador
del puerto de Zihuatanejo.
Por eso lo recordamos con amor, cariño y ternura”, terminaban de platicar sus hijos.
Cuando entendimos el fin de la entrevista, nos miramos, y el rostro de Mireya denotaba discretamente su emoción, orgullo y placer por el recuerdo de su padre, así como los ojos de Enrique demostraban el hermoso sentimiento de la gratitud para don Fabio, por el ejemplo de amor y sentido del humor, que su padre les heredó.
 Y así decidimos hacerle un sencillo homenaje al hombre que jugó, amistosa y divertidamente con la vida.  
Desde el hermoso “lugar de mujeres”. Raúl Román Román. 

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